¿Lo nuevo es la vieja política?

POR Jorge Octavio González

En Colima no se está viviendo la elección como en otros lugares de la República: aquí, por ejemplo, hay apatía, los candidatos son pésimos y, lo peor, son las mismas caras de hace 20 años.

¿Alguien cree que, como dice Movimiento Ciudadano, “lo nuevo” es Griselda Martínez Martínez, cuando la propia candidata al Senado de la República ha reconocido que tiene más de 30 años en la izquierda buscando transformar el país?

O qué dicen de Virgilio Mendoza Amescua: el candidato de MORENA a la Cámara Alta, en el sexenio de Felipe Calderón, fue exhibido en audio en donde reconocía haberse reunido con miembros de la delincuencia organizada.

Ha sido dos veces alcalde de Manzanillo y funcionario de la administración de Nabor Ochoa López; tuvo su oportunidad de oro de ser el gobernador en el 2015, pero los pactos oscuros con su amigo José Ignacio Peralta Sánchez lo obligaron a hacerse a un lado para que el priísta llegara a Casa de Gobierno.

La presidenta de Manzanillo, cuando detectó la tarjeta American Express ilimitada, de inmediato puso la denuncia ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, pero fue protegido por su amigo Ignacio Peralta, a quien le pagó el sacrificio de bajarse de la contienda por el gobierno del Estado.

¿Mely Romero? Si bien su apariencia es de una mujer joven, lo cierto, sin embargo, es que lleva más de 20 años en el servicio público; incluso fue subsecretaria en el gobierno de Enrique Peña Nieto tras dejar el Senado de la República al que llegó tras abandonar la contienda por la alcaldía de Cuauhtémoc.

No es, como se puede apreciar, una persona estable. Y alguien así no garantiza un trabajo serio y responsable a favor de la sociedad.

Tiene muchas ganas de conectarse de nuevo al erario público, pero no se ven ideas concretas y viables para beneficio de los colimenses; lo único que resalta es una crítica al actual gobierno federal y al local, lo que cualquier candidato puede hacer sin problema alguno en estos momentos.

Mely dejó pasar la oportunidad de convertirse en una líder que Colima esperaba, pero huyó cuando perdió la gubernatura en el 2021; si hubiera continuado la lucha frente al sistema sería una María Corina Machado, que tanto miedo provoca en la dictadura venezolana al grado de tener prohibido competir en las elecciones presidenciales.

Y aquí la joya de la corona y el ajonjolí de todos los moles: Leoncio Morán Sánchez. El sujeto, candidato a la diputación federal por el Distrito I, ha sido nueve veces candidato en los últimos 20 años.

Perdió ante Silverio Cavazos, perdió ante José Ignacio Peralta Sánchez y, más recientemente, perdió ante Indira Vizcaíno; con todo y eso sigue sin darse cuenta que la gente no lo quiere, pero insiste en participar porque los partidos le han dado la oportunidad de jugar.

Y a nivel local ni se diga: Óscar Ávalos Verdugo tomó protesta como alcalde hace más de 24 años. Ese es el perfil que el PRI ofrece a la ciudadanía para elegir este 2 de junio.

El mismo dirigente del Revolucionario Institucional es un septuagenario que comenzó a hacer política hace más de 50 años.

¿Lo nuevo? ¿Caras nuevas? ¿Propuestas? Nada de eso.

La mayoría de las candidaturas, de todos los partidos, son de la vieja política, con ideas obsoletas y una forma de hacer política de los tiempos del corrupto y criminal partido omnímodo.

Con este panorama qué ganas le van a dar a los colimenses de salir a votar.