El cinismo del PRI

POR Jorge Octavio González

Los seguidores de El Tecolín Memo Toscano son demasiado violentos: al menos algo les enseñó mientras estuvo encarcelado más de 3 años por envenenar a adolescentes y jóvenes.

Los que de plano no tienen vergüenza son los del PRI: comandados por el septuagenario Arnoldo Ochoa González, un sujeto siniestro y perverso que se aferra así todo enfermo al poder, tuvo el cinismo de cuestionar el desabasto de medicamentos en la entidad y pedir a las autoridades que hagan algo al respecto.

Si algo hicieron cuando fueron gobierno es, precisamente, corromper a todas las instituciones del Estado; llenaron los organismos e instituciones con recomendados y amantes que colocaban para que no hablaran de más, además de que hicieron negocios al amparo del poder.

El desabasto de medicamentos, si bien se ha agudizado en este sexenio de López Obrador, siempre ha existido; el problema es que ahora es muy fácil salir a cuestionar cuando son oposición, porque mientras fueron gobierno la indolencia y el desprecio por la sociedad fue lo que los dominó.

El problema de salud en Colima es igual en todos los demás Estados de la República. Y así también es en el tema de la seguridad, la educación y otros más: este gobierno ha centralizado todo.

Si el gobierno de Colima decide emplear una estrategia propia para combatir al crimen organizado, la Federación retira de inmediato a todos los elementos de las fuerzas del orden que están coadyuvando en tareas de seguridad.

La salud es igual: AMLO decidió tomar el control de la salud pública en sus manos; por más que quieran, los gobernadores no pueden hacer nada.

Y el que se rebela así le va.

¿Qué pasó en Michoacán cuando estaba Silvano Aureoles Conejo? El presidente fue tan criminal que dejó solo al gobernador y no reforzó el Estado con elementos de seguridad hasta que llegó Alfredo Ramírez Bedolla; en ese tiempo murieron miles de personas sólo porque el presidente dijo que no iba a poner un pie en la entidad hasta que llegara la 4T.

Suena increíble, pero así fue.

Hay que decirlo: durante todo este sexenio de AMLO, y los tres de Indira Vizcaíno, nadie del PRI salió a decir que la salud en la entidad estaba para llorar. Nadie. Todos, en alguna medida, estaban en su zona de confort sin confrontar al gobierno del Estado.

Y ejemplos ahí están por decenas: Riult Rivera, Julia Jiménez, Arnoldo Ochoa, por decir los más representativos.

Los únicos que sí alzaron la voz fueron Crispín Guerra Cárdenas, Héctor Magaña y Chuy Dueñas.

Los demás, ciertamente, dormían el sueño de los justos y no se desgastaban en tanto llegara el proceso electoral.

Hoy, ahora sí, están en las calles, vociferando, acusando y señalando; como son tiempos electorales y temporada de zopilotes, la gente no debe creerle a nadie que hoy salga a decir lo que no dijo hace años.

Es politiquería pura; es lucrar con la desgracia y la muerte.

El PRI es muerte. El PRI es corrupción. El PRI es narcotráfico. El PRI es el pasado que no debe regresar.

El chiste de la semana fue de Mely Romero: pidió a Chuy Dueñas y a Griselda Martínez Martínez que declinen por la fórmula Fuerza y Corazón por México.

Ya le respondieron a la candidata a senadora: tú ya fuiste senadora y nos desgraciaste, además vas en tercer lugar.

 Se llevan pesado.