POR Jorge Octavio González
Un gobierno que se dice de izquierda y vanguardista no puede darle la espalda a sus trabajadores, como lo ha venido haciendo la presidenta municipal de Manzanillo, Griselda Martínez Martínez, desde que ganó sorpresivamente la presidencia en el 2018.
El sindicato mayoritario, que protestó el pasado Día del Trabajo, fue objeto de una campaña de desprestigio de parte de la alcaldesa porteña y su amanuense Martha Zepeda del Toro, todo con el objetivo de invisibilizar las demandas que se han conquistado a lo largo de los años.
Griselda Martínez no entiende que no puede pelearse con la clase trabajadora porque son el motor de la administración municipal; tampoco porque si se lo proponen pueden poner en una encrucijada la operatividad del ayuntamiento y, sobre todo, paralizar los servicios básicos.
Un comentario en la página de Facebook del sindicato mayoritario del ayuntamiento de Manzanillo fue suficiente para que la secretaria de la comuna porteña saliera a los medios a victimizarse y a reprobar a los integrantes de la organización.
Atrás dejó las conquistas y los adeudos que tiene la administración de Martínez Martínez con los trabajadores, a los que desde hace años ha venido escamoteándole para no cumplir con su responsabilidad.
Y es que, le guste o no a la presidenta de Manzanillo, los laudos que ha ganado el sindicato mayoritario los tiene que asumir como suyos, pues la herencia es institucional, no personal; no obstante ella ha retrasado todo lo posible el cumplimiento de sus obligaciones con la clase trabajadora.
Otros ayuntamientos, por ejemplo, han asumido su responsabilidad en el pago de deudas cuando algún tribunal así lo ha ordenado, pues saben que eso es parte de tomar las riendas de una administración pública; no hacerlo sólo los exhibe como unos irresponsables que no quieren asumir la parte de lo que les corresponde.
El comentario en la página de Facebook, si bien es deplorable por donde quiera que se le vea, no es el sentir general de los trabajadores, que en el mismo post opinaron acerca de la situación que prevalece al interior de la administración, que es de hostigamiento y cerrazón de parte de Griselda Martínez y Martha Zepeda en contra de la clase trabajadora.
Colgarse del comentario en cuestión, como lo hizo la secretaria del ayuntamiento, es sólo el pretexto ideal para desatenderse de sus obligaciones como autoridad; ante la falta de una respuesta concreta sobre los laudos que el sindicato mayoritario ha ganado, la autoridad municipal ha recurrido a la victimización para continuar negándoles a los trabajadores lo que se han ganado a pulso.
Con este tipo de enfrentamientos que tiene Griselda Martínez y Martha Zepeda, flaco favor le hacen a sus aspiraciones en el 2024, donde lo único que les queda es que el dedo dictatorial de Andrés Manuel López Obrador señale a Adán Augusto López Hernández como el candidato de MORENA a la presidencia de la República para seguir enchufadas del erario.