POR Jorge Octavio González
Indira Vizcaíno es tan inútil que ni siquiera pudo avisar a tiempo si se suspendían las clases el martes por la mañana porque se encontraba a esas horas besándole los pies al presidente de la República.
¿Y qué hacía allá, por cierto? Fue a firmar el Acuerdo Nacional para la Federalización del Sistema de Salud, con lo que, según la gobernadora, “avanzamos en la implementación del modelo IMSS-Bienestar hospital”.
Ese día, sin embargo, se anunció el fallecimiento de una niña a la que le negaron el servicio de hemodiálisis en el Centro Estatal y el Hospital Regional Universitario, cuando la mitómana mandataria había anunciado en junio que sería gratuito el tratamiento a pacientes del Centro Estatal de Hemodiálisis.
Otros gobernadores enviaron representantes a la firma en cuestión, pero la gobernadora de Colima prefirió ir para tomarse la foto en lugar de atender el problema generado por Lidia.
A las 7 de la mañana con 2 minutos, cuando muchos padres de familia habían enviado a sus hijos a la escuela con el riesgo de exponer sus vidas y otros decidieron no llevarlos hasta tener una comunicación oficial, la Secretaría de Educación avisó que sí habría clases en el turno matutino.
Tarde, desde luego, el comunicado oficial; eso debieron haberlo hecho al menos a las 6 ó 6 y media de la mañana, como lo hicieron en otras entidades que ya tenían la información sobre el huracán, para que tanto los padres como los alumnos pudieran planificar su día.
El huracán Lidia se intensificó durante la mañana de ayer y comenzó a generar estragos en prácticamente los diez municipios de la entidad.
Manzanillo era un caos por las inundaciones y la presidenta, ante el vacío informativo oficial del gobierno del Estado, pidió a los manzanillenses que estuvieran atentos a los comunicados de Protección Civil de Manzanillo; más tarde envió a patrullas a trasladar a la gente que no tenía cómo regresarse a sus casas o lugares de trabajo, algo que ni siquiera pudo hacer la administración estatal.
En Colima se desbordó el Río Colima y en otros puntos de la ciudad capital hubo afectaciones a calles y avenidas; en Villa de Álvarez se derrumbó el puente en Tulipanes y La Reserva, además de que un tinaco fue arrastrado por la Avenida Benito Juárez.
En Coquimatlán, en Las Higueras, hubo inundaciones; de igual manera se cerró la carretera hacia Minatitlán, como cada temporada de lluvias, sin que el gobierno del Estado pueda solucionar ese problema, no obstante que la cínica gobernadora se comprometiera a invertir en ese lugar para que no ocurriera lo mismo. Puras promesas.
Mientras Colima era golpeado severamente por el huracán Lidia, Indira Vizcaíno se encontraba en la Ciudad de México, en el show de las mañaneras, firmando un acuerdo que de nada ha servido a Colima, pues siguen muriendo niños con cáncer por falta de medicamentos y por negarles el tratamiento de hemodiálisis en el Centro Estatal y el Hospital Regional Universitario, aun cuando la mandataria se solazó diciendo que sería gratuito para todos sin excepción.
Quedó claro que Indira es una sinvergüenza a la que no le importa la salud y el bienestar de los colimenses; a ella sólo le interesa enriquecerse a costa del sufrimiento de la gente y apoyar con todos los recursos del gobierno del Estado a Claudia Sheinbaum para que la proteja de las denuncias que la pueden llevar a la cárcel.
Indira debe saber que, si no es en este sexenio, en el otro pagará todas las corruptelas que ha cometido.
Pero de que pagará lo hará. Seguro.