La oposición, experta en boicotearse

POR Jorge Octavio González

Apenas ayer decíamos que la oposición en México y en Colima no han sabido aprovechar los errores y escándalos de corrupción del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, centrándose más en la grilla (a nivel nacional) y en pelear su dinero (diputados locales).

Veníamos de la primera derrota brutal para la candidata Claudia Sheinbaum con la no ratificación de Ernestina Godoy como titular de la Fiscalía General de la Ciudad de México, amén de la denuncia que hizo Sanjuana Martínez de actos de corrupción en la Secretaría del Trabajo y la petición del 20% de la liquidación a los trabajadores de Notimex para la campaña de la abanderada de Movimiento de Regeneración Nacional a la presidencia de la República.

(Ayer en la noche, en Latinus, se reveló que el otro hijo del presidente, Gonzalo López Beltrán, también influye en la asignación de contratos millonarios para sus amigos en las obras emblemas del gobierno federal).

Escandalazos. Y la oposición dormida.

En Colima, por ejemplo, los diputados Rigoberto García Negrete, Crispín Guerra Cárdenas, Patricia Ceballos y Fernanda Salazar, después de salirse abruptamente de la sesión donde iban a comparecer secretarios del gobierno del Estado, fueron sancionados con el descuento de cinco días de su salario; ante semejante aberración y atrocidad, según su ver y entender, los legisladores decidieron impugnar ante el Tribunal Electoral del Estado la determinación, quedando la sanción como estaba.

La nueva pifia la dio el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, quien exhibió un documento firmado por los miembros de la Alianza por México y el candidato a gobernador de Coahuila, en donde el priísta se compromete a darle espacios a panistas en su administración, así como candidaturas en alcaldías y diputaciones locales, algo que es normal.

El problema es que, además de esos acuerdos, también quedaba asentado la entrega de notarías y el nombramiento de magistrados.

No podía ser más torpe e ingenuo Marko Cortés; no por nada en MORENA le dieron vuelo a sus críticas diciendo que ese tipo de negociaciones era lo único que les interesaba a los partidos PRI y PAN, no el bienestar de la gente ni su seguridad.

¿Qué pretendía Marko Cortés con la publicación del documento firmado? ¿Desprestigiar más al PRI? No necesitaba tanto; el problema es que ahora quedará en el imaginario de la gente qué otras negociaciones han hecho con tal de mantenerse como aliados y ganar espacios a lo largo y ancho de la República Mexicana.

¿Qué se negoció, por ejemplo, en Colima?

PRI y PAN nunca se llevaron y cada elección era una guerra de campañas de lodo para alcanzar el poder. Su alianza, que de origen es para sacar a MORENA de la ecuación, ahora no está tan clara; en especial, porque en Coahuila hubo acuerdos que iban más allá de las facultades del gobierno del Estado, como la entrega de notarías y el nombramiento de magistrados, que deberían ser autónomos y con reglas claras para darse.

Lo único bueno de todo esto es que, si se llega a romper la alianza por las torpezas del dirigente nacional del PAN, en Colima pueden ir cada quién por su lado y ver qué tan competitivos son para ganas las elecciones.

Lo malo, sin embargo, es que en todo momento les recordarán que su alianza no es, como siempre lo dijeron, para hacer un México mejor, alejado de las corruptelas y nexos con el crimen organizado de MORENA, sino, simple y sencillamente, repartirse el botín.

Qué mal: tan bien que iban.

LA CENSURA EN LA U DE C

¿Quiénes de los funcionarios del rector Christian Torres Ortiz Zermeño es el que, en lugar de hacer bien su trabajo y tender puentes con los medios para aclarar las dudas y los asuntos de interés de la Universidad de Colima, pide a los directores de medios que tienen en su nómina bloquear todas las cuentas que comparten el contenido de PXPress en sus grupos de Facebook?

¿El coordinador general de comunicación social, un tal Jorge Martínez Durán? ¿O el director general de prensa, un hippie trasnochado llamado Jorge Vega Aguayo?

Ese par de incompetentes, sin embargo, tiene el trabajo más sencillo del mundo; el problema es que hasta para eso son unos buenos para nada.