La ciudad de Colima, la joya que todos anhelan

POR Jorge Octavio González

Ha sido en este proceso que las autoridades electorales han emitido resoluciones confusas que han sido aprovechadas por las partes interesadas para interpretarlas a su modo.

Tanto el Instituto Electoral del Estado de Colima como el Tribunal Electoral del Estado de Colima han emitido recomendaciones y resoluciones que no han sido del todo explicadas para el entendimiento de la sociedad en general.

Los equipos de las partes interesadas están en su derecho de interpretar las resoluciones de tal manera que sus jefes queden bien; el problema es que ninguna de las dependencias en cuestión (el IEE y el TEE) han salido a corregir y a explicar con un lenguaje menos técnico el sentido de sus acuerdos colegiados.

No vamos a hablar de ejemplos anteriores, sino de lo más actual.

Sobre la impugnación que hizo Viridiana Valencia Vargas para que el ayuntamiento de Colima le otorgue la constancia de residencia de Colima para poder competir como candidata a la presidencia municipal de la capital, hubo dos interpretaciones:

Quienes quisieron ver que el Tribunal Electoral del Estado le ordenó a la administración municipal que le diera en un plazo de 24 horas su constancia de residencia, señalaron que con esto queda claro que se habían violentado sus derechos políticos y que el ayuntamiento de Colima, al expedir la carta de residencia que ella pide, queda libre para competir por la alcaldía colimense.

Y quienes manejaron que el Tribunal Electoral del Estado no tiene por qué darle la carta de residencia a Viri Valencia retomaron una parte del acuerdo que decía, palabras más, palabras menos, que, “por otra parte, debe apuntarse que, si bien la pretensión de la promovente es que este Tribunal Electoral ordene a las autoridades municipales la expedición de la constancia de residencia por el periodo que ella desea, ello no resulta conducente”.

¿Qué significa lo anterior? Las dos partes, que están en una disputa por el poder político, manejan la información de acuerdo a sus intereses; las dos tienen razón y no.

De acuerdo a la resolución del Tribunal Electoral del Estado de Colima, el ayuntamiento de Colima debe atender la solicitud de Viridiana Valencia para expedirle lo que ella está solicitando; sin embargo, especifica que no es a modo, esto eso, que no necesariamente le tienen que dar la constancia de residencia con los años que ella desea, sino con los que en realidad ha comprobado vivir en la capital.

El TEE, pues, ni siquiera tiene un vocero o algún enlace con los medios de comunicación para salir a aclarar las dudas que genera este tipo de interpretaciones.

A esta confusión se prestan personajes corruptos y mercenarios de la política como Carlos César Farías Ramos, quien, de manera atropellada, con un galimatías que da vergüenza, escribió en sus redes sociales sobre la resolución en cuestión:

“Tribunal Electoral del Estado, resuelve, el Honorable Ayuntamiento de Colima, por conducto de su órgano municipal correspondiente, expida a la brevedad posible, la constancia de residencia a Viri Valencia, de acuerdo a legítimas constancias presentadas que, en lo conducente justifican, mas de tres años, con lo cual quedaría en condiciones de participar por la Alcaldía de Colima, Capital. ENHORABUENA!”

Al margen de la redacción tan sucia y deplorable de este sujeto, igual que su proceder en la política, Carlos César Farías Ramos ni siquiera supo interpretar lo que la autoridad electoral resolvió; sólo se dedicó a transcribir una parte del documento y añadió, sin que eso fuera lo que dijo el TEE, que le tendrían que dar a Viri su constancia de más de tres años, cuando lo que señalaron es que le dieran su constancia de residencia para ver si los años que puede comprobar son suficientes para participar como candidata a la alcaldía.

Es indispensable que tanto el Instituto Electoral del Estado como el Tribunal Electoral del Estado nombren a un enlace con los medios que sepa explicar, sin interesadas interpretaciones, las resoluciones que se emitan por mayoría o por unanimidad en esos dos órganos electorales.

Lo más sano para la democracia sería que tanto Viridiana Valencia como Margarita Moreno pudieran participar y que sea la sociedad colimense la que decida quién de ellas será la presidenta municipal de Colima.

Porque, de lo contrario, quedaría solo en la contiende un sujeto mitómano, ausente de los problemas de Colima e indolente como Riult Rivera, que ni siquiera ha sido capaz de desempeñar dignamente el cargo de diputado federal.

Colima no merece un alcalde que ni siquiera honra su palabra y que golpea a sus contrincantes con mercenarios que le hacen el trabajo sucio.

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