POR Jorge Octavio González
El senador Joel Padilla Peña se vende como un tipo humilde y hasta dice “haiga” para demostrar que viene del pueblo, pero en realidad es un político perverso y oportunista que se ha mantenido pegado al presupuesto gracias al negocio familiar en que convirtió el PT y las cuotas carísimas que cobra para los CENDIS Tierra y Libertad.
Y que nadie se confunda: es MENTIRA que siempre estuvo acompañando a Andrés Manuel López Obrador en sus intentos por ser presidente de la República.
Desde que fue diputado local, siempre por la vía plurinominal, tuvo la fortuna de convertirse en el legislador decisivo en las votaciones que requerían la mayoría calificada; en todo momento votó con el PRI, pero cuando quería encarecer su voto en ocasiones aprobaba iniciativas menores de la oposición.
En algún momento se le llegó a considerar el diputado de oro, habida cuenta de que su voto era el que inclinaba la balanza; aun así, trascendió Legislaturas y siempre se acomodó con la fracción del tricolor, que hasta hace unos años siempre ganaba la mayoría y ocupaban la presidencia de la Comisión de Gobierno Interno y Acuerdos Parlamentarios, hoy Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.
Y para que nadie se confunda: en la elección del 2016, cuando José Ignacio Peralta Sánchez fue candidato a gobernador, Joel Padilla puso a disposición del PRI el voto duro del Partido del Trabajo y fue parte de su alianza electoral. ¿Y saben qué otros partidos también lo postularon como su candidato a gobernador? El Verde Ecologista y Nueva Alianza.
Una vez explicado lo anterior, vamos al tema:
La fórmula al Senado de la República fue siglado, por el convenio Seguimos Haciendo Historia, con el primer lugar para el PT y el segundo para el Verde Ecologista; por supuesto que al interior de Movimiento de Regeneración Nacional no vieron con buenos ojos esta determinación, pero al final la base decidió disciplinarse.
Pero resulta que Joel Padilla Peña, como si estuviera retando a la gobernadora del Estado, comenzó a rescatar a cadáveres políticos y los fue sumando a su equipo.
Primero fue Carlos César Farías Ramos, el ex diputado que fue denunciado por la propia Indira Vizcaíno por violencia política de género y cuyas autoridades electorales obligaron al entonces petista a borrar publicaciones en donde denostaba a quien en ese momento aspiraba a la candidatura de MORENA al gobierno del Estado.
El colmo, sin embargo, fue cuando también presentó a Claudia Yáñez Centeno, quien terminó peleada con todos los que la ayudaron a llegar, por no cumplir sus compromisos de palabra con gente que aportó recursos para los eventos de campaña cuando competía por la diputación federal en el 2018.
Algo pasó que, de repente, se anunció un cambio en la fórmula al Senado de la República: el primer lugar lo ocuparía el Verde Ecologista y el segundo el Partido del Trabajo.
Virgilio Mendoza, ni tardo ni perezoso, pidió ser el candidato; sin embargo, Joel Padilla Peña quedaría fuera porque el segundo lugar tendría que ser para una mujer.
Desde la visión de una empresa familiar, por supuesto que Joel Padilla pensó en su esposa, cuyo paso por la 60 Legislatura fue sin pena ni gloria, Evangelina Bustamante.
Al dueño del PT no le preocupaba la fórmula de la alianza Fuerza y Corazón por México, pues Mely Romero salió de la chistera sin tener un merecimiento para ser la candidata en el primer lugar de la fórmula, y el anuncio de José Guadalupe García Negrete como el compañero de la priísta lo único que provocó fue una cascada de cuestionamientos que, al final, concluyó con la traición de Julia Jiménez que vendió la posición, de acuerdo al propio Lupillo.
La verdadera preocupación era la fórmula que presentara Movimiento Ciudadano: si, como se especulaba en ese momento, irían dos mujeres con buenos números y trabajo político, ellas serían las enemigas a vencer.
Virgilio Mendoza tendría asegurado la llegada a Cámara Alta, ganando o perdiendo, no así la diputada Evangelina Bustamante, que tendría que invertir mucho dinero y recorrer todo el Estado para entusiasmar a los votantes.
Ahora, al parecer, el segundo lugar de la fórmula de Seguimos Haciendo Historia no será para Evangelina Bustamante, ¡sino para Claudia Yáñez Centeno!
El matrimonio Padilla Bustamante le habría entregado a Yáñez Centeno, sin quererlo, la candidatura al Senado de la República.
Joel Padilla le jugó al vivo y, al final, se quedó sin candidatura para él y para su esposa.
No cabe duda que nadie sabe para quién trabaja.