Indira, la Jefa de Jefas

POR Jorge Octavio González

A Indira Vizcaíno, de acuerdo a los funcionarios que la ven todos los días, esos que le dan por su lado aunque Colima se esté cayendo a pedazos, le gusta que la saluden con una reverencia y que le digan Jefa de Jefas.

Eso, dicen, la pone de buen humor.

Jefa de jefas es en alusión a la legendaria canción de Los Tigres del Norte, El Jefe de Jefes. Dicha canción, por cierto, es un homenaje a Miguel Ángel Félix Gallardo, el primer patrón de los narcotraficantes que años más adelante figurarían como celebridades: El Chapo Guzmán y Amado Carrillo El señor de los cielos.

La letra alude a un sujeto al que todos se le cuadran, respetado, cuyo nombre y fotografía nunca verán en papeles; también menciona que unos pollos, que pudieran ser novatos o aprendices, se quieren pelear con el gallo, a lo que les advierte que, para eso, tendrán que pasar muchos años. “Y no pienso dejarles el puesto/Donde yo me la paso ordenando”.

Indira Vizcaíno se subió al escenario cuando Los Tigres del Norte estaban por cantar El Jefe de Jefes. Fue a petición de la gobernadora. Después de varias micheladas, Indira comenzó a cantar y a bailar muy alegremente.

El mensaje era claro: ella se siente La Jefa de Jefas y advierte que su cargo no lo dejará porque ahí se la pasa ordenando; a ella se le cuadran y todos la respetan. También sería un mensaje y un desafío para el crimen organizado que la víspera la amenazó por estar protegiendo a la organización criminal proveniente del vecino Jalisco.

Indira Vizcaíno no tomó en serio las veladas amenazas de los malosos y acudió con su familia y escoltas fuertemente armados al concierto de Los Tigres del Norte; no conforme con eso, pidió subir al escenario para cantar una canción con un mensaje bastante directo a sus enemigos políticos y criminales.

A Valentín Elizalde le prohibían cantar “A mis enemigos” y a Natanael Cano, más recientemente, el CJNG lo amenazó con que si cantaba “Cuerno azulado” lo iban a desaparecer. Indira Vizcaíno se siente tan valiente e inmune que no cree que en realidad puedan cumplir sus amenazas los integrantes del crimen organizado. Allá ella.

Y si no es por ella, por los colimenses: ella tiene una diana en la espalda y a donde va, aunque sea con escoltas fuertemente armados y con camionetas blindadas, es un peligro para quien esté cerca de ella. Pone en peligro constante a las personas que están a su alrededor.

Indira Vizcaíno quiso ser gobernadora para conocer a los artistas y a los políticos de élite; su función principal como mandataria no le interesa y para ello tiene a su papá, que sin cargo alguno ordena y planea lo que los funcionarios tienen que hacer.

En redes sociales cuestionaron severamente a la gobernadora por subirse al escenario y cantar El Jefe de Jefes, cuya letra alude al crimen organizado y al machismo que a ella le tocó vivir en su infancia, con todo y los problemas de alcoholismo y violencia intrafamiliar, producto de la frustración de su padre por no ganar ni una sola elección.

Indira Vizcaíno es un fraude: no es feminista; es machista de clóset. No defiende los derechos humanos; es una aspirante a dictadora. Y no tiene la sensibilidad ni la capacidad para gobernar.

¿Y qué dicen del sujeto que, la misma noche que Indira Vizcaíno cantó entre copas El Jefe de Jefes, apareció afuera de un restaurante en la Feria de Colima tirado, inconsciente, golpeado y con manchas de sangre?

La dirección del IFFECOL salió a desmentir los hechos, pero sin aclarar entonces qué le había sucedido al joven que estuvo en el suelo por mucho tiempo.

Esto da a entender que no les importaba la salud del sujeto, del cual no se ha informado nada de manera oficial, sino que no creyeran que lo había asesinado de varios balazos un comando armado que se filtró en las instalaciones de los máximos festejos y de la misma manera logró escapar.

Indira Vizcaíno, con su falso feminismo, jamás podrá lograr que Los Tigres del Norte cambien la letra de su canción, como muchos otros que se dejaron presionar por la moda woke, para ponerle La Jefa de Jefas. Iría contra su esencia.

Hasta Café Tacuba dejó de cantar Ingrata.