CONCIERTO POLÍTICO

POR Bibiano Moreno Montes de Oca

¿Golpe de timón en el Poder Judicial de Colima? 

Como si no fuera suficiente con la escalada de violencia con saldo de tres muertos por día (a razón de 90 por mes y ya con cerca de los 600, entre objetivos y daños colaterales, desde que comenzaron las masacres), una crisis económica generada en el gobierno anterior e incrementada en el actual, entre otros males, en el Poder Judicial del Estado se llevó a cabo un raro movimiento en el que, de madrugada, en sesión del pleno fue echado de la presidencia el magistrado Bernardo Alfredo Salazar Santana, quien fue sustituido interinamente por Leticia Chávez Ponce, la más reciente de sus nueve homólogos. 

El motivo de tan repentina salida del magistrado presidente es confuso: lo mismo se manejaron versiones que solicitó licencia para retirarse del cargo por motivos de salud, que fue destituido antes de tiempo por presuntos actos de corrupción, esto último muy poco probable. Y no porque no haya corruptos en el Poder Judicial, sino porque ese no sería motivo suficiente para que Bernardo Salazar saliera huyendo por piernas del cargo de presidente, cuando sólo le restan tres meses para concluir el periodo para el que fue electo por sus compañeros. Una clara tercera opción es que no es bien visto por la Gobernadora Altozano

Desde que tomó las riendas del Gobierno del Estado, el deseo de Indira Vizcaíno Silva ha sido el de repetir la historia que ya vivió Colima hace cuatro décadas con Griselda Álvarez, cuando los tres Poderes en la entidad estuvieron encabezados por mujeres, apenas por un mes. En aquella época el estado tuvo a damas en los tres Poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), a saber: Griselda Álvarez, Yolanda Delgado Olivera y Margarita Torres Huerta, respectivamente. Un hecho irrepetible a la fecha, pues el primer semestre del indirato hubo dos Poderes con damas al mando, pero no en el restante: precisamente, en el Judicial. 

Ahora, con Leticia Chávez al frente del Poder Judicial, de manera interina durante tres meses, de nuevo son dos los que están al mando de mujeres, pero ahora es el Legislativo el que ya cambió a la impresentable Viridiana Valencia Vargas por el impresentable llamado Armando Reyna Magaña, chaquetero que se benefició del priismo durante años. Así, por mucho que haya sido el intento, no se ha podido lograr –ni se logrará— el sueño de la Indi, es decir, que los tres Poderes de Colima estén en manos de las del sexo bello. 

La presidenta interina del Poder Judicial no fue propuesta de Indira, pero tampoco dijo nada cuando Nachito Peralta Sánchez la nombro magistrada; por tanto, se podría creer que es de su gente, pero no es así. De los abogados consultados sobre el particular, todos coinciden en que Leticia Chávez es producto de la cultura del esfuerzo, al haber comenzado desde abajo. Así, pues, ella fue actuaria, secretaria, juez, hasta lograr el cargo de magistrada por la única vía posible a la fecha: ser propuesta en una terna por el Ejecutivo al Legislativo, en el que se aprueba al que ya viene con la bendición. 

Atención: una cosa es ser propuesto por el Ejecutivo ante el Legislativo por simples razones de amistad o por pago de favores políticos a alguien en especial, pero otra muy distinta es que se acceda al cargo por méritos propios, como es el caso de Leticia Chávez, A Bernardo Salazar le andan pisando los talones varias instancias fiscalizadoras por actos de corrupción, por lo que su jugada fue la de abandonar el cargo y nombrar a la interina, a la que se tratará de volver a elegir para que sea presidenta a partir de noviembre próximo, que es cuando se elige al nuevo titular del Poder Judicial en Colima. 

Por décadas, el Poder Judicial ha estado dividido, pero generalmente siempre hay un bando mayoritario que se impone sobre el otro, mismo que invariablemente es el del presidente en funciones. En este sentido, no hay ninguna duda que el grupo con más integrantes es el de Bernardo Salazar; luego entonces, si Leticia Chávez fue nombrada la presidenta interina, será ella la que seguiría los siguientes dos años del periodo formal –a partir de noviembre—, por supuesto que con derecho a otros dos de reelección. Al menos, con la nueva presidenta está garantizada la autonomía del STJE frente al gandaya Poder Ejecutivo. 

La propia presidenta interina del Poder Judicial, en sus primeras declaraciones a la prensa, ha manifestado que no estará al servicio de la Gobernadora Altozano, lo que es un buen síntoma para Colima y los colimenses, que ya tienen más que suficiente con una LX Legislatura local abyecta, sumisa y entregada por completo al Ejecutivo, tanto por la mayoría morenaca como por los paleros que tiene como aliados el partido de los nuevos ricos, es decir, el Panal, el PVEM, el PT y el MC del farsante y sinvergüenza de Locho Morán Sánchez, que ahora nos resultó muy “preocupado” porque haya “gobernabilidad” en el estado.