POR Jorge Octavio González
La salida de Salvador Gómez Meillón de la Administración del Sistema Portuario Nacional no cambió mucho la dinámica de los negocios al amparo del poder y los privilegios para los contratistas consentidos.
Mario Alberto Gasque Peña, actual titular de ASIPONA, no aprendió de los errores de su antecesor; incluso mantiene al mismo empresario extorsionador como uno de sus favoritos y le sigue permitiendo operar al margen de la ley.
El pasado viernes 15 de marzo, a través de un comunicado de prensa, Terminal Portuaria respondió a los señalamientos de Raúl Sandoval, dueño de Terminal Marítima Hazesa, quien en un video en redes sociales aseguró que la mercancía depositada en el muelle #9 estaba almacenada de manera insegura y en un área que no estaba autorizada para esos fines.
En el comunicado en cuestión se afirma que Raúl Sandoval, que también es inversor de medios de comunicación y tiene a mercenarios a su servicio para extorsionar a sus competidores y a las autoridades, “transmite información totalmente falsa y manipulada”.
Terminal Portuaria explicó que la carga del diferendo no estaba con fines de almacenamiento, sino en calidad de tránsito; explicó que las reglas de operación del puerto permiten utilizar esas áreas como depósito temporal, “ya que fungen como un recinto y toda la carga se da de alta en nuestro sistema previo a la llegada de cada buque, pagan impuestos y salen con pedimento pagado”.
Y he aquí por qué la molestia de ese corrupto empresario de Grupo Hazesa: “tanto ellos (sus clientes) como los agentes navieros se rehúsan a utilizar la terminal de este personaje (Terminal Marítima Hazesa, de Raúl Sandoval) por las pésimas experiencias en cuanto a costos y mal manejo de sus cargas, mismas que les han ocasionado innumerables daños de los cuales no se hacen responsables”.
En Terminal Portuaria, por lo que se puede apreciar, sí confían los clientes y los agentes navieros, porque su servicio es más profesional y efectivo; la empresa de Raúl Sandoval, por el contrario, es pésima y se valen de la cercanía con la ASIPONA para operar al margen de la ley sin que nadie los llama a cuentas.
El comunicado concluye con una revelación contundente: “lo que esta persona no menciona es que en su terminal almacenan material en áreas que no están autorizadas como recinto fiscalizado y que ASIPONA, por intereses muy poco transparentes en común, le permiten”.
Hace algunos años, en una columna de Mario Maldonado en el periódico El Universal, se reveló que Salvador Gómez Meillón, “según denuncias de su personal, a su llegada a este recinto le dio un permiso fuera de la ley a la Terminal Marítima de Hazesa, que dirige su amigo Raúl Sandoval, para operar la llegada y salida de contenedores”.
No hay que ser muy astuto para darse cuenta que Terminal Portuaria es competidora de Terminal Marítima Hazesa, por lo que la denuncia de Raúl Sandoval sobre el muelle #9 es porque prefieren a esa terminal que la suya; para eso se basa en la complicidad del nuevo administrador de ASIPONA, Mario Alberto Gasque Peña, quien le sigue permitiendo actuar como todo un hampón portuario y tiene la libertad de calumniar a sus competidores a través de los medios de comunicación que tiene a su servicio, como esa empresa que se encuentra en el edificio de lujo Torrepuerto Manzanillo.
Raúl Sandoval, que basa su actuar impune a que es cómplice de Mario Alberto Gasque y tiene su medio de comunicación para extorsionar y golpear a sus enemigos, cree que puede estar por encima de la ley y que nunca va a pagar las consecuencias.
Ya son muchas las denuncias en contra de este barbaján que han padecido todos los titulares de ASIPONA; hace falta que la autoridad competente audite las empresas de Grupo Hazesa y los contratos asignados que ha recibido de manera irregular todos estos años.
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