POR Bibiano Moreno Montes de Oca
La Gobernadora Altozano se llena la boca para anunciar a los cuatro vientos, con bombo y platillos, que este año se destinarán casi 350 millones de pesos para un supuesto combate a la violencia que se ha enseñoreado en Colima desde que el indirato llegó –en mala hora— al poder. Las aportaciones mayoritarias vienen del Gobierno Federal, pero el Gobierno del Estado igualmente se mochará con su cuerno. Sin embargo, mientras no haya voluntad política para combatir al crimen organizado, ningún dinero servirá para ese propósito.
De nada vale que se inviertan millones y millones de pesos, si en los hechos la autoridad tolera a los criminales, finge combatirlos o de plano es cómplice de sus atroces actos que tienen teñido en sangre todo el territorio nacional. La falla, por supuesto, viene desde arriba, desde el momento en que el obradorato armó como su principal estrategia la payasada de “abrazos, no balazos”, lo que ha sido la causa de que ya vaya el doble de los muertos que hubo durante el gobierno de Felipe Calderón y se supere la cifra obtenida durante el sexenio de Peña Nieto, con todo y que el periodo de amlo aún –por desgracia— no termina.
Desde su llegada al poder, amlo dio muestras claras de que no se iba a lanzar en contra de los narcos. En campaña prometió que, aun antes de que él cogiera las riendas de la presidencia de México el primero de diciembre de 2018 (el próximo presidente entrará dos meses antes, es decir, en octubre de 2024), los narcos ya estarían trabajando las tierras con su tractor, pues idealizaba a esos delincuentes como unas pobres personas que no habían tenido ninguna oportunidad en la vida. Bien: no sólo nunca cambiaron las armas por el arado, sino que se volvieron más sanguinarios que antes.
El hecho no pasa inadvertido: la violencia se ha recrudecido entre esos maleantes porque saben que saldrán impunes de sus actos cometidos, ya que en el gobierno no hay ninguna intención por enfrentarlos y hacerlos pagar sus crímenes. Así, al ser el del narcotráfico un delito federal, la mayor parte de la tarea de dar batalla en su contra es del Gobierno Federal, donde los gobiernos estatales no hacen gran cosa y los gobiernos municipales prácticamente se encuentran atadas de pies y manos por la falta de recursos. Es un lugar común decir que hay administraciones municipales que apenas tienen lana para completar la nómina.
De manera que, si no hay dinero para los más elemental en algunos gobiernos municipales, menos habrá para enfrentar la delincuencia que es solapada por el Gobierno Federal. La primera liberación de Ovidio Guzmán no fue para evitar una masacre, como justificó amlo, sino para respetar acuerdos hechos con el padre. Los saludos públicos a la madre de El Chapo Guzmán y a gente cercana al capo de la droga son evidencias de que existe algo más que simple amistad. Y la tórrida relación se encuentra en su punto más bajo por la detención del junior, pues hasta las visitas a Badiraguato se terminaron abruptamente.
Con el obradorato nuestra capacidad de asombro siempre es puesta a prueba. El viejo tabasqueño, desde su búnker de Palacio Nacional, festinó el juicio que se llevó a cabo en contra del corruptazo Genaro García Luna, sin verse en el espejo en el que se reflejará dentro de algunos años, cuando también esté respondiendo ante una corte gringa por los crímenes que ha cometido impunemente a lo largo de su ingrato sexenio. Los gobiernos estatales que llegaron al poder hace un año, como el de Indira Vizcaíno Silva, también tendrán que responder por lo que hoy todos los colimenses estamos pagando, sin deberla ni temerla.
Por tanto, volvemos al principio: de nada vale que se anuncien cifras millonarias dizque para seguridad en Colima, si los principales causantes de que se genere la violencia despachan en Casa de Gobierno, Complejo Administrativo y Palacio de Gobierno. ¿Qué caso tiene que gasten dinero para seguridad pública en nuestro estado, si los mayores delincuentes tienen el poder político y económico? Así, el cinismo de la ex presidenta municipal de Cuauhtémoc es infinito: no sólo es una mujer con un frío corazón, sino que lo más grave de todo es que no tiene alma.