POR Jorge Octavio González
¿Por qué el dueño de uno de los medios que más se ha beneficiado de los contratos en la Coordinación General de Comunicación Social le haría un cuestionamiento incómodo a Indira Vizcaíno en su show de stand up Diálogos por la Transformación? Porque no fue así.
Explicamos: desde hace como dos semanas, en la Plataforma Nacional de Transparencia se subió la información referente al tercer trimestre del 2022 (algo retardado, pues debieron hacerlo desde los primeros días de septiembre) del personal del gobierno del Estado.
Unos reporteros, al ver la lista de nombres, se encontraron con el de Elías Zamora Verduzco, que aparecía en la Secretaría General de Gobierno. Hasta ahí todo bien: es cierto que aparece ese nombre; el problema es que el sueldo no correspondía a alguien de la talla de un ex gobernador. Faltaba corroborar de quién se trataba exactamente.
Por ganar la nota, creyendo que nadie se había enterado del asunto (nosotros sí, pero no teníamos la confirmación de que se tratara del ex gobernador), decidieron publicarla para ser los primeros en dar la exclusiva. Lo hicieron. Y, en efecto, causó indignación; el colmo en un gobierno que se dice austero es, además de invertir millones de pesos en publicitar sus “obras y acciones”, tener en la nómina a un ex mandatario que se caracterizó, por cierto, por el despilfarro de los recursos públicos.
¿Qué podían hacer en el gobierno del Estado ante semejante manjar? Coordinarse con uno de los reporteros a modo para hacerle la pregunta, para que la gobernadora se luciera y, de paso, desacreditara el trabajo de los medios de comunicación que hemos exhibido los contratos y las contrataciones inmorales.
Indira Vizcaíno, hay que insistir, jamás habla de los temas que se manejan en los medios de comunicación; tampoco permite que en sus conferencias alguien de los que están en la nómina le haga ese tipo de preguntas. Y si alguien logra hacerla, tiene una respuesta básica y evita entrar al fondo, ya que el formato no permite que se le interrogue de nueva cuenta.
Tuvieron la oportunidad de oro para que se luciera la mandataria: el reportero hizo la pregunta y, de inmediato, como si ya supiera lo que tenía que decir, respondió que, en efecto, había un Elías Zamora Verduzco en la Secretaría General de Gobierno, pero que no se trataba de su tío (en ese momento confesó tener parentesco con el ex gobernador) sino de un homónimo que, además, no fue contratado en esta administración, sino que ya estaba desde la pasada.
Y lo que en realidad pretendía el gobierno de Indira era desacreditar el trabajo de los medios de comunicación que la cuestionan, señalando, como lo hizo con los medios que publicaron que el ex mandatario Zamora Verduzco estaba en la nómina como asesor, que los reporteros no repararon en corroborar la información que publicaron, sino que lanzaron la nota para hacer daño a su gobierno. Y eso tenía dedicatoria para los que hemos exhibido sus fechorías en el ejercicio de gobierno.
¿Por qué el reportero, si no estaba de común acuerdo con Miguel Ángel Varas Vaca, hizo la pregunta sobre el tío de la gobernadora? ¿Por qué, en todo caso, el reportero no hizo la misma pregunta cuando exhibimos a Rafael Briceño Alcaraz, oculto en la nómina de la Coordinación de Asesores de la Oficina de la Gubernatura, teniendo antecedentes de violencia intrafamiliar, siendo la gobernadora feminista y defensora de las mujeres? Podría decir que no era información de su medio como para darle seguimiento; sin embargo, lo de Elías Zamora tampoco era de su medio.
Y es ahí donde la farsa se cae: si hizo el cuestionamiento fue porque de antemano se coordinó con el vocero y confidente de Indira Vizcaíno, Miguel Vargas, con lo que pretendían desmentir que el ex gobernador estuviera en la nómina y, de paso, exhibir a los medios que la atacan como poco creíbles, pues no corroboraron que la persona en cuestión fuera en realidad el ex mandatario.
Pero así como no preguntó sobre Rafael Briceño Alcaraz, tampoco lo hizo con el golpeador en redes sociales Ricardo Sánchez Arreguín, con la nutrióloga que está en la oficina de Eduardo Jurado Escamilla, con los más de 12 millones de pesos destinados a empresas de fuera para promocionar las obras y acciones de la gobernadora, ni con muchos otros temas que han salido a colación.
Y no lo hará porque para eso no tiene respuesta; no podría responder algo que sabe de antemano que es inmoral e irregular. Por eso tiene a sus reporteros a modo: para que le pregunten algo “incómodo” cuando sea necesario.