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¿Por qué Gustavo Joya se prestó a la farsa y asumió el costo político al decir que lo robado no era oro, plata y zinc?

¿QUÉ INTERESES TAN PODEROSOS hay detrás del denominado robo del siglo en Manzanillo como para que, después de una semana de haberse perpetrado el atraco a mano armada, sin vigilancia en el patio donde estaban resguardados los contenedores y con alrededor de 10 horas para sustraer la mercancía con toda la tranquilidad del mundo, tenga que salir el vocero de la Mesa de Seguridad Gustavo Joya Cervera a decir que no era oro, plata y zinc lo robado, como al inicio lo dijo con toda claridad, sino jugo de durazno, llantas y cebolla en polvo? Lo primero es alarmante: el robo se llevó a cabo a inicios de junio; después de una semana reventó la noticia en medios nacionales y extranjeros, particularmente en El País, de España, en donde recogieron la primera versión del gobierno del Estado: lo robado era oro, plata, zinc y demás metales preciosos. Nadie a quien le roban jugo de durazno, llantas y cebolla en polvo mueve sus contactos con medios extranjeros para colocar la información; pero a quien le roban oro, plata, zinc y demás metales preciosos, que suman 12 mil millones de dólares, sí, porque su objetivo es hacer el mayor escándalo posible. Y funcionó: después de que la noticia salió en los medios nacionales y extranjeros, los ojos de la opinión pública se pusieron en Manzanillo, Colima. El control de daños de la Administración del Sistema Portuario Nacional (ASIPONA) de Manzanillo, principal perjudicada en su imagen por una noticia de este calibre, fue colocar mensajes editoriales en los medios a su servicio en donde deslindaron de toda responsabilidad al puerto de lo sucedido. El patio donde estaban los 20 contendores era irregular y no estaba bajo la jurisdicción de ASIPONA ni, por ende, la Guardia Nacional ni la Marina podrían intervenir. El robo se denunció, según dio a conocer Griselda Martínez Martínez, 8 horas después de ocurrido; con ese tiempo transcurrido encontrar 20 contenedores de 2 mil que circulan todos los días por Manzanillo era una tarea prácticamente imposible. Y por eso la presidenta municipal de Manzanillo regañó a los diputados del Congreso del Estado, en especial a la bancada de MORENA, que es mayoría, porque no han podido aprobar las modificaciones a la Ley de Asentamientos Humanos del Estado de Colima desde hace más de tres años, que le daría al Municipio mayor poder para tener control sobre los patios irregulares que hoy por hoy funcionan sin que autoridad alguna pueda hacer gran cosa. Lo cierto, sin embargo, es que no es creíble, como bien lo dijo en su noticiero Ciro Gómez Leyva, la explicación de las autoridades: ni que nadie se haya dado cuenta del robo en el patio ni las 10 horas que duraron sustrayendo la mercancía ni que al final lo robado haya sido jugo o llantas o cebolla en polvo. Gustavo Joya Cervera, como el fusible que es en el gobierno del Estado, asumió toda la responsabilidad de la confusión que se dio en primer lugar. El vocero de la muerte puede ser un sinvergüenza, un corrupto, alguien con nexos con la mafia y acosador de mujeres, pero no es tonto; al contrario, en un sujeto listo y mañoso, por lo que su primera declaración, en el sentido de que lo robado era oro, plata, zinc y demás metales preciosos, era la correcta; cuando el escándalo subió de nivel vino la orden de que se echara la culpa de la supuesta confusión para que los golpes los absorbiera alguien tan desprestigiado que no tiene nada que perder. Joya Cervera, con toda la información que poseía en esos momentos, no vaciló ni un momento en decir que los asaltantes seleccionaron aquello que les interesaba llevarse y dejaron los demás intactos. “Fueron muy selectivos en el tipo de mercancías que se robaron, sobre todo metales preciosos”, dijo Joya. “Tenían la logística”, recalcó el vocero, por el uso de grúas, montacargas y camiones para sacar la mercancía. 12 mil millones de dólares es la cantidad que se manejó como lo robado en los contenedores en un patio de Manzanillo; alguien que pierde esa cantidad es muy probable que pueda colocar una noticia de gran impacto en medios nacionales y extranjeros para hacerse escuchar, como al final sucedió. Ante esto surgen varias preguntas: ¿por qué ocultaron una semana el robo, para después decir que lo sustraído no eran metales sino jugo, llantas, cebolla en polvo y aires acondicionados? ¿Por qué estaría en un patio irregular mercancía con valor de 12 mil millones de dólares? ¿Por qué no había ni una sola cámara de videovigilancia en el patio irregular si estaba resguardando mercancía por 12 mil millones de dólares? ¿Por qué lo primero que hizo la autoridad federal fue deslindar de toda responsabilidad a la Administración del Sistema Portuario Nacional de Manzanillo de lo sucedido, para después pasarle la factura a los diputados del Congreso del Estado por no aprobar la Ley de Asentamientos Humanos del Estado de Colima, que le daría control total de ese tipo de patios al ayuntamiento de Manzanillo? ¿Quién es el dueño de esa mercancía, que asciende a 12 mil millones de dólares, que tiene la capacidad y contactos de alto nivel como para colocar una noticia en medios nacionales y extranjeros, dado que los de Colima están supeditados al gobierno del Estado y a la propia ASIPONA, donde jamás permitirían que una información de ese tipo fuera publicada? Pero lo más grave de todo sería: ¿por qué en Manzanillo, donde todo está militarizado, un comando armado puede circular por las calles del puerto armado hasta los dientes, llegar a un patio donde resguardan contenedores y someter a los vigilantes sin hacer un solo disparo, sustraer la mercancía por alrededor de 10 horas sin ser molestados y salir del lugar y continuar su camino con el oro, plata, zinc y demás metales preciosos en 20 camiones con armas, ante la presencia de la  Guardia Nacional y la Marina Armada de México que cuidan el recinto portuario y coadyuvan con la policía municipal para mantener la seguridad del puerto? Nadie les cree su cuento; la verdad saldrá a flote más temprano que tarde, no importa todo el dinero que gaste la ASIPONA y el gobierno del Estado para ocultar el hecho.

EL PAYASO QUE COBRA como titular de la Secretaría de Gobernación, Adán Augusto el Mayordomo de Drácula López (un sujeto aún más despreciable incluso que su antecesora en el cargo, Olga Doña Pasita Sánchez Cordero), declaró hace una semana en Toluca, la capital del Estado de México, que es el último bastión del priismo, la siguiente frase que debería ser inscrita con fuego en todos los sanitarios y mingitorios nacionales con la misma profusión que hace años se hizo con la imagen del famoso gallito inglés: “Los tiempos del señor son perfectos”. Esta expresión corresponde al ritual de los católicos, que la utilizan en los momentos en los que se confía plenamente que las cosas se habrán de acomodar debidamente, Pero, atención, el tabasqueño que cobra en el Palacio de Covián, allá por rumbos de Bucareli, no se refería a Dios o al Señor, como es costumbre referirse al Creador, ¡sino a amlo! Sí, en efecto, para el miserable titular de la Segob los tiempos del señor son los de López Obrador, quien habrá de decidir cuándo, a qué horas y quién será la corcholata que destapará para que sea el candidato de Morena y aliados a la Presidencia de la República en el año 2024, cuando el futuro del país estará nuevamente en juego, pero esta vez enfrentando la más cruda realidad histórica, tras darnos cuenta que amlo siempre fue y seguirá siendo un peligro para México. Paisano y abyecto siervo perteneciente a la feligresía de la secta morenaca, el tabasqueño Adán Augusto es un tipo que anhela fervientemente ser el destapado como candidato presidencial para tratar de darle continuidad por un sexenio más a un gobierno fallido que fracasó en todos los aspectos por estar encabezado por un ignorante en todo, razón por la cual los mexicanos viven la peor crisis de violencia en toda su historia, un crecimiento económico menor de cero, un desastre de educación (baste ver a la analfabeta que está al frente de la SEP, la corrupta y delincuente Delfina Gómez) y de salud (con niños que mueren de cáncer por la falta de medicamentos que antes sí había, aunque por la crueldad del depredador tabasqueño ya no se surten los hospitales por una supuesta corrupción que nunca se comprobó), etcétera. En un mitin violatorio de la ley, dado que se trata de actos anticipados de campaña en una entidad en la que habrá elecciones hasta dentro de un año, la concentración de militantes de Morena recordó los gloriosos tiempos del PRI más autoritario y rapaz, donde se pavonearon los precandidatos que ya se alistan desde ahora para la gubernatura del Edomex en el 2023, pero sobre todo los que buscan ser los beneficiarios en el 2024, es decir, el propio Adán Augusto, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Cheinbaum Pardo, así como Marcelo Ebrard Casaubón, el canciller mexicano de un obradorato rancio, corrupto y autoritario. La frase del secretario de Gobernación debió haberse escuchado peor que una mentada de madre en 10 de mayo entre los católicos que tienen fe en un Ser Superior, pero al que un político pedestre, ruin, primitivo y servil pone a su patrón en el mismo nivel, pues en el fondo de su alma creerá ciegamente que el impostor mesías macuspano le concederá el milagro de destaparlo como la vil corcholata que es, a pesar de que su único y visible “mérito” es ser paisano de su benefactor y amigo. Así, pues, con violaciones a la ley, muestras de autoritarismo, chantajes, amenazas veladas, cooptaciones, acarreos y todo cuanto puso en práctica el viejo PRI verticalista en sus momentos de mayor esplendor, será la premisa de aquí a que se lleven a cabo los destapes, pues lo que es gobernar, al vejete, de plano, no se le da. Eso sí: la destapadera será en grande (olvídese de las encuestas que no pasarán de ser una vacilada), pues amlo se olvidó que es presidente de la nación: seguirá en campaña permanente hasta que se muera y su momificado cuerpo sea exhibido en un ataúd con ventanillas de cristal, como hizo el sanguinario Stalin con el pelón Lenin en Moscú, aunque en este caso será en su rancho La Chingada.

A ESTA REDACCIÓN LLEGÓ el reclamo de varias personas que fueron despedidas del ayuntamiento de Colima cuando era alcalde Leoncio Morán Sánchez, y dicen que han pasado los años y no han recibido el dinero que les retuvo la administración para enterarlo al Instituto de Pensiones de los Servidores Públicos del Estado de Colima. En la misma situación se encuentran despedidos del gobierno del Estado en el sexenio anterior, que solicitaron el reintegro de sus aportaciones al IPECOL, pero la respuesta que han recibido es que no hay dinero. A más de siete meses de haber cambiado de titular, no es posible que no se tenga el dinero para que el IPECOL opere de manera normal, máxima si tiene solicitudes de ex trabajadores para que les sean devueltas sus aportaciones que por muchos años dieron mientras estuvieron laborando.