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POR PXPress

Aldrín Jarquín quedó libre por un juez; La Vaca tendría el mismo destino

Aldrín Jarquín y José Bernabé La Vaca son beneficiarios del sistema judicial mexicano

JOSÉ BERNABÉ BRIZUELA alias La Vaca podría quedar en libertad en los próximos días gracias a que en Colima, donde ha cometido toda serie de delitos y atrocidades desde hace más de 15 años, no se integraron correctamente las carpetas de investigación en su contra: una, del fuero común, fue desechada por un juez, según dio a conocer el siniestro Gustavo Joya Cervera en la última conferencia de prensa; la otra que tiene es del orden federal, de la Fiscalía General de la República de Colima, por acopio de armas. Y sólo quedaría la que tiene por homicidio en Tamaulipas. Si no se logra acreditar su autoría en el crimen, La Vaca saldría caminando por la puerta principal de la cárcel donde actualmente se encuentra recluido. Desde ser el “autor material” del asesinato de Silverio Cavazos, haber participado en el homicidio del juez federal Uriel Villegas Ortiz y su esposa, así como ser un generador de violencia en la entidad, en la Fiscalía General del Estado no se cuenta con ninguna investigación en su contra. ¿Qué significa? Que ni la anterior FGE ni la actual, ya con el mini fiscal Bryant Alejandro García Ramírez, detectó actividad criminal de José Bernabé Brizuela, clasificado por el gobierno de la República como el principal generador de violencia en Colima. En el gobierno del Estado, desde la coordinación de Comunicación Social, se les dictó línea a sus medios aliados para que desmintieran la especie de que La Vaca podría quedar libre tras la no vinculación a proceso de un juez por delitos federales; el argumento era que todavía estaba pendiente la orden de aprehensión de Colima y otra de Tamaulipas. Lo que no dijeron los voceros del régimen, porque obviamente no les convenía, es que la orden de aprehensión de Colima no es de la Fiscalía General del Estado sino de la Fiscalía General de la República en la entidad. Y el delito no tiene relación alguna con delincuencia organizada ni daños contra la salud ni narcotráfico ni secuestro ni nada grave que lo pudiera hundir en prisión; el delito por el que tiene orden de aprehensión es el de acopio de armas. Así como leyeron: ¡acopio de armas! ¿Qué pasó con el otro generador de violencia de Colima, Aldrín Jarquín Jarquín, al que detuvieron el pasado 13 de marzo con un arsenal de armas en Zapopan, Jalisco? Exacto: fue puesto en libertad por un juez. De él se decía en un informe de inteligencia: “En su momento la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, dio a conocer que de conformidad con la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros (Ley Kingpin), Aldrin Miguel Jarquín Jarquín, alias El Chaparrito, es un ‘narcotraficante significativo’ y operador del trasiego de drogas para el CJNG en el puerto de Manzanillo, Colima. El Gobierno de EUA enfatizó que, por Manzanillo, el CJNG acopia grandes cantidades de drogas sintéticas que contienen fentanilo, sustancia letal que llega a México en su mayoría procedente de China”. Pese a todo eso, Jarquín Jarquín fue puesto en libertad menos de un mes después, cuando obtuvo un amparo contra su “ilegal retención” y el acuerdo de duplicidad del término constitucional de retención, “sin fundar ni motivar, emitido dentro de la carpeta de investigación”. Si se aplica el mismo criterio, José Bernabé quedaría exonerado del delito de acopio de armas, por lo que, sumado a la no vinculación por el mismo delito por el que lo detuvieron en la Ciudad de México la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Seguridad Ciudadana del gobierno de la CdMx, su permanencia en la cárcel sólo dependería de que en Tamaulipas logren acreditar el homicidio (de un custodio que murió cuando intentaron rescatarlo en un traslado hacia Oaxaca; cabe destacar que La Vaca no fue quien disparó porque venía esposado en la camioneta) por el que se le acusa. De no ser vinculado tampoco por ese delito, La Vaca saldría caminando ya sin ningún expediente ni del fuero común ni del fuero federal. En una de esas hasta el gobierno del Estado y el gobierno de la República tendrían que ofrecerle una disculpa y reparar el daño ocasionado a su persona por falsas acusaciones. Lo curioso, sin embargo, es que José Bernabé Brizuela Meraz amenazó al menos en dos ocasiones a la gobernadora Indira Vizcaíno Silva:si sigues te voy a chingar a ti y a toda tu familia; ya los tengo a todos ubicados y también a tu papá lo vamos a chingar al hijo de su puta madre pinchi chapulín”. Si sólo hay tres órdenes de aprehensión en su contra (una ya se desechó, queda la de acopio de armas y la de homicidio en Tamaulipas), quiere decir que la mandataria no lo denunció. ¿Por qué? ¿Miedo? ¿O por las grabaciones que pudiera tener de ella y de su padre y de sus operadores políticos? El miedo no anda en vaca.

EN RECIENTE VISITA A INSTALACIONES de la Universidad de Guadalajara, donde de manera civilizada las autoridades universitarias le exponían la problemática que hay y que no se ha logrado solucionar aún en la actual administración estatal, el gobernador del estado de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, se comportó como un porro cualquiera, vistiendo de manera inapropiada para su encargo político, a pesar de ser –como lo gruñó— también universitario. El problema, sin embargo, no es si se es o no una persona con educación, sino la actitud que se asume ante un suceso cualquiera. Bien puede ser una persona la más ignorante del mundo, pero eso no le quita que sea educada, atenta, prudente y servicial, valores que no necesariamente se adquieren en las aulas escolares. El gobernador, emanado del Movimiento Ciudadano, con evidentes estudios académicos en su biografía, simplemente se portó como un patán frente a unos universitarios que estuvieron a la altura de las circunstancias con ese energúmeno que parecía haber salido de alguna caverna con taparrabo y esgrimiendo un enorme garrote como arma, no el titular del Ejecutivo. Era claro que el expresidente municipal de Guadalajara y de Tlajomulco de Zúñiga, respectivamente, se había levantado de malas ese infausto día, pero no tenían porqué haberse desquitado con las autoridades de la UG, que tuvieron que soportar sus malos modos, su prepotencia, su abuso de poder y su notorio valemadrismo, sabedor de que era grabado en un video y que ni por esa razón trató de guardar las formas elementales de la cortesía y la urbanidad. Nos llama la atención esa forma de comportarse del emecista gobernador jalisciense, pues no han faltado los idiotas que lo consideran presidenciable en el 2024, es decir, que ese porro podría ser considerado para ser abanderado de su partido (MC), en alianza con algunos otros más, para tratar de sustituir en el cargo que ocupa de momento López Obrador. Es lugar común creer que, en política, ya no puede haber alguien peor que el presidente de la República en funciones (que en este caso es el morenaco amlo); sin embargo, la realidad nos demuestra que sí puede haber alguien más necio, cuadrado, ojete, ignorante, arbitrario, vengativo y demás pecados achacables a López Obrador: se llama Enrique Alfaro Ramírez y cobra aún como gobernador jalisciense. Imagínense: si el tipo llega a instalaciones de la Universidad de Guadalajara y se porta como un pandillero de barrio bravo, ¿qué pueden esperar los vecinos de zonas marginadas de la zona metropolitana en la que conviven unos cinco millones de habitantes de los municipios de Zapopan, Tlajomulco, Tlaquepaque, Tonalá y, sobre todo, la capital tapatía? Ni hablar: el gobernador Alfie –como lo conocen los caricaturistas jaliscienses— es un peligro para Jalisco y un eventual peligro para México. 

EL ENFERMERO KARATECA, golpeador a la mala de sus compañeros de trabajo y de copas, Oscar Josué Ceja Salcedo, hace honor a su apellido: no ceja en su desleal empeño de dañar la imagen del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), al que esquilmó a más no poder cuando en el gobierno de Mario Anguiano Moreno hacía y deshacía a su antojo en la entonces Delegación Colima, protegido por su jefe, el doctor Guillermo Villa Godínez, con tal de defender sus intereses personales, familiares y de pandilla. Así, pues, ahora el pretexto para emprenderla contra la noble institución que tanto ha dañado es la competencia por la Jefatura de Enfermería en la Clínica Miguel Trejo Ochoa entre su señora esposa, Zenaida Rodríguez, que fue impugnada por Ofelia Santacruz, cuyo caso legal se encuentra en la cancha de la Comisión Nacional de Escalafón que tiene sus propios términos y tiempos para resolver al respecto. El diferendo laboral no se puede resolver a capricho de terceros interesados, como el tal Ceja Salcedo, que amenaza con iniciar una investigación ante la Secretaría de la Función Pública Federal a María Fernanda Castañeda Ruiz, Secretaria Técnica de la Sub Comisión Estatal Mixta de Escalafón en la Delegación de Colima, a quien el sujeto de marras acusa de negligencia en sus obligaciones como funcionaria, además de por daños y perjuicios que ha ocasionado a los trabajadores de base y a la propia Clínica Hospital “Dr. Miguel Trejo Ochoa”. Aceptando sin conceder que esos trabajadores de base supuestamente afectados llevan más de un año sin poder ocupar los puestos que se ganaron a través de una convocatoria y continúan acéfalos, corriéndose el riesgo de que dichas plazas se pierdan, ya que la normatividad marca que no pueden cubrirse más de dos interinatos de forma consecutiva, como alega el abogado de causas perdidas y desesperadas, como su intento fallido de hacerse del control de la Sección XII del ISSSTE, lo cierto y verdadero es que la solución al problema no está en las manos locales de la Sub Comisión Estatal Mixta de Escalafón, sino en la Nacional. A la acusada en Colima, María Fernanda Castañeda Ruiz, no la preocupan las balandronadas del marido de la enfermera Zenaida Rodríguez, que amenaza incluso con llegar hasta las más altas autoridades del país por las que su limitada capacidad cerebral apenas le da para calificar como “irregularidades” o un “compló” lo que desconoce. Las cosas caminan en la institución, pero no al ritmo que quiera el enfermero Ceja. 

TODAVÍA ATARANTADO POR LA paliza que le pusieron sus compañeros diputados de MORENA la semana pasada, el legislador José de Jesús Dueñas García, alias Chuy Dueñas, quiso presumir su encuentro con el basquetbolista Ivan Rangel, a quien le atribuyó haber jugado nada más y nada menos que en la NBA, además de la LNBP, LIBE y CIBACOPA. Los conocedores del deporte no se hicieron esperar y en la parte de los comentarios salieron a desmentirlo. Wilbert Magallón dijo: “Que bueno que volteen a ver el Basquetbol, felicidades, solo una observación, él no ha jugado en NBA, si no me equivoco jugó en LNBP, la liga profesional aquí en México”. Y Miguel Orozco señaló: Nada más diputado, ¿está seguro que Uribe jugó en la NBA? Revise su texto antes de publicarlo”. El legislador, además de ignorante, es bruto. Si entre él y su esposa suman 746 mil pesos anuales, ¿por qué no le paga a alguien que sepa de redes sociales y le corrobore la información antes de publicarla? Hasta parece que le maneja sus cuentas la femme fatale. Y todavía se sorprenden cuando aquí nos preguntamos cómo es que llegó un tipo tan limitado al Congreso del Estado.