POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Sísifo, en la mitología griega, era el rey de Corinto y cometió uno de los errores más graves del mundo: engañar a la muerte.
Pidió permiso para regresar al mundo terrenal porque su esposa no estaba cumpliendo con sus deberes; una vez concretada su misión, el acuerdo era que tendría que volver al Infierno, algo que no hizo.
Como nadie escapa de la muerte, Sísifo fue devuelto a la fuerza al inframundo y, como castigo, se vio obligado a empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero justo cuando estaba a punto de llegar a la cima, la piedra rodaba de nueva cuenta hacia abajo, por lo que Sísifo tenía que volver a subir cargando la piedra, y así hasta el infinito.
Xóchitl Gálvez Ruiz, ciertamente, no engañó a la muerte, pero sí carga con una losa demasiado pesada en su espalda y así tiene que subir cuesta arriba en estas campañas electorales que, por supuesto, no son parejas ni tiene árbitros justos.
La candidata de Fuerza y Corazón por México, sin embargo, asumió el reto y fue postulada por los partidos PRI, PAN y PRD para competir contra la candidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum.
Son innumerables los errores que ha cometido la alianza que, a su vez, le han pegado a Xóchitl Gálvez; resultaría ocioso enumerarlos porque ya son del dominio público.
Su gira por Estados Unidos, al margen de la mala pronunciación que tiene del inglés, fue productiva porque habló con personalidades del mundo de la política y advirtió la elección de Estado que se está cocinando en México.
En España, sin embargo, las cosas no le salieron tan bien como quisiera: no se concretó la reunión con el líder del Partido Popular y tampoco con el Premio Nobel Mario Vargas Llosa.
Lo que más trascendió fue la foto que se tomó con el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, repudiado por una parte de la sociedad mexicana que aún recuerda con terror la guerra contra el narcotráfico que desató para legitimar su arribo a la presidencia de la República, pero que después se supo que en realidad trabajaban para un cártel del narcotráfico y realizaban operativos en conjunto para detener y matar a los miembros de los cárteles rivales.
Hoy por hoy, con pruebas no tan contundentes, está preso en Estados Unidos Genaro García Luna, quien tenía la encomienda de crear un mega cártel que estuviera por encima de las demás organizaciones criminales, en donde el Cártel de Sinaloa y el gobierno de la República serían los líderes que manejarían a su antojo a los criminales, oficializando ante la opinión pública su victoria frente a la delincuencia, que nunca más sería un peligro para los mexicanos.
Xóchitl Gálvez, aunque dijo que piensa diferente a Felipe Calderón, le dio munición al oficialismo para que la destruyeran en las redes sociales. Qué necesidad.
La salvó, aunque no le sirva de mucho, la puntada que se aventó Mario Delgado Carrillo, dirigente de MORENA, que acusó al PRI y al PAN de gastar 1 millón de dólares a la semana en redes sociales para golpear al presidente Andrés Manuel López Obrador y a Claudia Sheinbaum.
El colimense habló de alrededor de 161 mil cuentas falsas que estuvieron operando desde 50 países para inflar las tendencias sobre los nexos del presidente de México con el narcotráfico, todo de acuerdo a la información de ProPublica, en donde, con declaraciones de testigos protegidos, se afirma que le habrían dado 2 millones de dólares a López Obrador para su primera campaña presidencial en el 2006.
Un millón de dólares a la semana para ser invertido en X, antes Twitter, se escucha disparatado; tan solo hay que voltear a ver al PRI de Colima, en donde no tienen los recursos ni para colocar sus pinchurrientos boletines en los medios de comunicación.
Pero en fin: así está Xóchitl Gálvez, como Sísifo, cargando una losa demasiado pesada en su espalda, con la esperanza de llegar a la cima; sin embargo, cuando cree que está a punto de lograrlo, tiene que empezar de cero a cargar su piedra.
Y así se verá toda la campaña.