POR Luis Fernando Moreno Mayoral
El rector Christian Torres Ortiz Zermeño no tendrá problema alguno en que su Informe de Labores al frente de la Universidad de Colima se difunda por todos los medios de comunicación y los articulistas que tiene en la nómina lo llenen de elogios.
Esa dinámica es la misma que aplicaron sus antecesores para que toda la clase política y empresarial los vieran como legítimos aspirantes a un cargo de elección popular. Un rector no se rebaja a una diputación local o a una alcaldía; ellos van por cargos federales o la misma gubernatura del Estado.
El caso más reciente fue el de Miguel Ángel Aguayo López: su cinismo llegó al extremo de ser candidato del Revolucionario Institucional a la diputación federal y, al mismo tiempo, rector de la Universidad de Colima. En ese entonces, sin embargo, había unas cuantas voces que cuestionaron dicha medida; el problema es que el sistema lo cobijó y protegió y el señor dejó la rectoría cuando quiso y también alcanzó su onerosa pensión como premio por sus servicios prestados.
Más atrás, cuando de plano el PRI-Gobierno era todopoderoso, sólo Humberto Silva Ochoa se atrevió a tanto: fue rector de la máxima casa de estudios por tres periodos (asumió el periodo de uno que murió en funciones y el siguiente lo ganó y después recurrió a la reelección) y también diputado federal los tres años de la LII Legislatura.
El tema, pues, da para un análisis más a fondo; sin embargo, será para otra ocasión.
Christian Torres Ortiz Zermeño, como ya lo hemos dicho en estas páginas, es un alfil de la gobernadora del Estado y lo utilizará de acuerdo a sus intereses políticos; si decide que se quede por otros tres años así será y si no pues lo enviará a que sea candidato por MORENA.
La diferencia con sus antecesores, que sentían merecer diputaciones federales y gubernaturas, es que ahora tendrá que seguir las instrucciones de la mandataria: como el buen empelado que es, Torres Ortiz obedecerá sin chistar.
Y si le dicen que será candidato a diputado local lo aceptará, pero también si lo ponen de síndico o regidor en alguna planilla municipal. Así de doblegado lo tienen.
Uno de los temas que abordará en su Informe de Labores será el tema presupuestario, en donde dirá que, pese a las dificultades financieras, han salido adelante; lo que no dirá es que parte del problema son las pensiones millonarias de los ex rectores y que no tiene el carácter de exigirle a la Federación más presupuesto porque la gobernadora lo regañaría.
Ha sido tan incompetente que, en lo referente a las cuotas de inscripción a las carreras de la Universidad de Colima, ha tenido que aceptar a alumnos que no tendrán que pagar un solo peso porque ganaron los amparos interpuestos para tener educación gratuita, tal y como señala el artículo tercero de la Constitución.
El Juzgado Segundo de Distrito en Colima ha otorgado 3 amparos de 30 que se han interpuesto por parte de los estudiantes; sin embargo, en lugar de aceptar la resolución y con ello incentivar a que los alumnos de más escasos recursos tengan la oportunidad de continuar con sus estudios, la U de C interpuso un recurso de revisión ante el Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Circuito para que revoquen la sentencia de amparos.
La misma sentencia del Juzgado Segundo de Distrito en Colima señala que, para equilibrar la falta de ingresos por la devolución de las cuotas de inscripción, algo que será más recurrente en tanto los alumnos sigan ganando los amparos, el rector debe cabildear con el gobierno del Estado, la Federación y el Congreso del Estado para que le otorguen más recursos y no verse mermados en sus finanzas.
El recurso de revisión ante el Tribunal Colegiado, sin embargo, evidencia el nulo interés del rector Christian Torres Ortiz Zermeño por dialogar con las autoridades del Estado para allegarse de recursos y no tener que enfrentar a sus propios estudiantes en los tribunales para que sigan pagando esas altísimas cuotas para poder estudiar una carrera en la institución.
Pero prefiere seguir arrodillado ante el poder y combatir a los estudiantes en tribunales para que sigan pagando por estudiar.
Así la estatura política de ese rector maniatado.