POR Jorge Octavio González
Las escuelas en la entidad son tantas que a veces es muy difícil centrarse en las problemáticas de cada una y ver sus necesidades inmediatas; aunque es más complicado aun cuando se trata de conflictos internos en donde suceden situaciones a veces terroríficas.
El fin de semana pasado se dio conocer que en la escuela primaria Marina Nacional, T.M, en el municipio de Manzanillo, se suscitó un hecho en donde se habló de prácticamente un secuestro dentro de la institución educativa y la posterior muerte de un recién nacido.
Los hechos se ventilaron en una publicación que recreó cada paso con una narrativa que, ciertamente, se tomó licencias para atrapar y cautivar a los lectores; no por nada se advierte en la introducción del texto que la historia estaba basada en hechos reales, lo que no significa que haya estado apegada a la realidad al cien por ciento.
Lo que desató la ira e indignación de la sociedad toda es que se dan los nombres y apellidos de quienes, en la historia, fueron los villanos que mantuvieron cautiva a una maestra que estaba en un estado avanzado de embarazo, situación que desencadenó en una muerte posterior del no nato.
¿Qué sí es verdad? La misma sección 6 del SNTE lo explicó en el comunicado conjunto que envió a los medios de comunicación tras saberse lo ocurrido en la escuela de Manzanillo: “…que nueve docentes adscritos al plantel referido (Marina Nacional, T.M), denunciaron ante las autoridades educativas dichos hechos, lo que implicó que en ambos casos inmediatamente se iniciara una investigación a fin de aclarar a la brevedad tales sucesos, y de ser procedente, emitir la sanción administrativa correspondiente”.
El comunicado, hay que decirlo, está mal escrito y contiene severos errores de sintaxis y redacción; lo peor es que está firmado por la Secretaría de Educación y Cultura, la Coordinación de los Servicios Educativos del Estado de Colima y la sección 6 del SNTE.
Mención aparte merece el dirigente de la sección 6 del SNTE, José Jaime Núñez Murguía, quien reconoció que ambas partes, la SEP y el sindicato, actuaron mal al respecto, no obstante tener en su poder la denuncia de los docentes que manifestaron una serie de arbitrariedades y abusos de la directora del plantel.
Dijo que, por no atender a tiempo el problema, llegó a niveles trágicos; se menciona que en la manifestación que hicieron los maestros hubo un mensaje amenazante, al estilo del crimen organizado, en contra de la directora del plantel educativo.
La directora, por su parte, ya fue separada de su cargo en tanto se llevan a cabo las investigaciones. La narración de los hechos fue, en sí misma, escalofriante; aunque digan que no sucedió lo que se denuncia, lo cierto es que había un problema serio en la escuela primaria Marina Nacional, ubicada en Manzanillo, y nadie movió un solo dedo para hacer algo.
Dejaron que los problemas internos entre el personal del plantel crecieran hasta que, finalmente, se tuvo que actuar ya que se hizo un escándalo a nivel estatal.
Lo que hay que preguntarnos, ante lo sucedido en la escuela de Manzanillo, es cuántos casos más como este existen en toda la entidad. ¿Se atenderán ahora sí las quejas que presentan las y los maestros o esperarán a que se desate un escándalo?