Una inclusión interesada la de Riult

POR Jorge Octavio González

¿Qué seña está haciendo Riult Rivera? ¿A quién se la raya?

Información proporcionada a PXPress revela que, ciertamente, la supuesta inclusión de Riult Rivera tiene un trasfondo político: no vela por el bien de las personas con discapacidad sino de grupos de interés que manejan a estas personas para su propio beneficio.

En la columna Xpress´o de la semana pasada, sin embargo, se dio a conocer que la contratación de Juan Diego Salazar Vergara, Lucía Ortega Navarro y Fabiola Ciprián Figueroa en el ayuntamiento de Colima era una falsa inclusión de parte del presidente municipal de Colima.

El editorial decía:

“¿Y SABEN SI A UNA O A LAS tres personas (Juan Diego Salazar Vergara, Lucía Ortega Navarro o Fabiola Cipirán Figueroa) las colocó en cargos de primer nivel, en alguna dirección general o coordinación en el ayuntamiento de Colima?

POR SUPUESTO QUE NO. LA inclusión de Riult Rivera no llega tanto: Fabiola Ciprián se encargará de atender a las personas en la oficina de Ingresos, en la Tesorería Municipal; las otras dos personas fueron adscritas al Centro de Justicia Preventiva”.

El dato dado a este medio indica que, en efecto, las tres personas contratadas en el ayuntamiento de Colima son incondicionales de la intérprete de lengua de señas, María de Jesús Andrade Flores, la misma que, de acuerdo a nuestras fuentes, tiene una denuncia en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima por malas prácticas.

Indican que las tres personas con discapacidad han sido utilizadas por la intérprete de señas como bandera política, así como Rosario García García, que también tiene un interés político por ser hija de una diputada local.

Riult Rivera, en el fondo, está siendo cómplice del abuso que se ejerce en contra de tres personas con sordera que, desde hace varios años, han estado sufriendo explotación por parte de la señora María de Jesús Andrade Flores, que parece tener el monopolio de la interpretación del lenguaje de señas en los círculos políticos.

Que el presidente municipal de Colima salga en videos utilizando el lenguaje de señas para decir el abecedario no lo hace incluyente ni empático con esa minoría de la sociedad colimense; lo único que demuestra es un cinismo mayúsculo por dejarse influenciar por quien acaparó el monopolio de la inclusión para sus intereses políticos.

El alcalde de la capital debería enfocarse en limpiar los parques y jardines de la ciudad de Colima —la mayoría de ellos sucios y descuidados— y en transparentar en qué se gasta el dinero de los festivales que realiza para lucimiento político.

Si Riult Rivera quiso congraciarse con la comunidad de discapacidad en Colima y con la sociedad en general contratando a tres personas con sordera como guías de turistas en el ayuntamiento de Colima, con lo revelado hoy quedó de manifiesto que sus locas ansias de aparecer en los medios por cualquier cosa lo van a perjudicar.

Y apenas lleva 3 meses en el cargo.