Una historia de corrupción en la Aduana de Manzanillo

POR Luis Fernando Moreno Mayoral

Guillermo Mejía George, nuevo titular de ASIPONA Manzanillo

Mientras los trabajadores de la Aduana Manzanillo pedían únicamente un trato digno y laborar las 8 horas reglamentarias y no las 16 que hacían diaria y obligadamente, recibieron como respuesta un desalojo a la fuerza y la acusación de que la movilización era financiada por agentes aduanales corruptos.

Y mientras los señores que bloquearon el acceso al Recinto Fiscal Portuario de Manzanillo denunciaron los malos tratos y la prepotencia y soberbia del capitán de navío Rodolfo Torres Chávez, el cambio que se hizo desde la Secretaría de Marina fue el de Mario Alberto Gasque Peña por Guillermo Mejía George en la ASIPONA.

La historia dio un giro de 180 grados: de ser una manifestación pacífica —solamente pedían un trato humano en su área de trabajo—, pasó a ser toda una conspiración en donde agentes aduanales señalados de actos de corrupción llevaron maletas llenas de fajos de billetes para mantener activa la protesta de los trabajadores.

Este lunes, en conferencia de prensa, algunos de los protagonistas de la manifestación de la semana pasada aclararon varios de los señalamientos que se hicieron para justificar el retiro violento a los trabajadores de la Aduana Manzanillo:

Sobre el dinero que se intercambió en el recinto portuario —donde ASIPONA filtró el material y la acusación a los medios—, ellos respondieron que se trató del pago de toldos y sillas; debido a las altas temperaturas que se registraron durante ese día, era necesario mitigar el calor.

Lo que sí dijeron en la conferencia en cuestión, sin embargo, es que el capitán de navío diplomado del Estado Mayor azuzó a los transportistas para que agredieran a los manifestantes; la cuestión es que, después de dialogar con ellos y explicarles las razones de su protesta, hasta se sumaron al paro.

No se sabe si es cierto o no que el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno de la República protege a capa y espada a Rodolfo Torres Chávez, como él mismo lo presume ante quien lo escuche; sin embargo, lo que sí es un hecho es que el militar ya no es un interlocutor confiable para llevar la relación con los trabajadores que se manifestaron.

Si lo que quieren desde la Agencia Nacional de Aduanas de México es desterrar la corrupción y detener a quienes están señalados de esos actos, que procedan y sancionen a los culpables; lo que no pueden estar haciendo es sostener a Rodolfo Torres Chávez como administrador de la Aduana Manzanillo sólo porque dice tener el respaldo de Omar García Harfuch.

A estas alturas, sin embargo, es insostenible el capitán de navío en el cargo; sólo si desean un buen acuerdo es menester retirarlo de su puesto, tal y como hicieron, sin problema alguno, con Mario Alberto Gasque Peña el fin de semana pasado al destituirlo de la Administración del Sistema Portuario Nacional de Manzanillo.