POR Bibiano Moreno Montes de Oca
El regreso del PAN al ayuntamiento capitalino, luego de permanecer en el ostracismo durante tres administraciones tricolores al hilo, tiene envalentonados a los panistas que llegaron de la mano del actual alcalde, Héctor El torpedo Insúa García, aun cuando éste ganó con apretados cien votos de diferencia. Así, con su hipocresía proverbial, los panuchos se aprestan a asestarle un nuevo golpe a los colimenses capitalinos.
El hachazo panista no podría venir peor: la administración municipal, que es encabezada por El torpedo Insúa, pretende privatizar los servicios que son fundamentales en todo ayuntamiento que se precie de serlo, es decir, los de limpia y sanidad. Por supuesto, la consumación de este atentado laboral traería aparejado el despido de decenas de personas pertenecientes al Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Colima.
Gente del área de la Dirección General de Servicios Públicos, obviamente que pertenece al PAN, se ha encargado de difundir la gran nueva entre el personal que trabaja en esa importante dependencia. En resumen, la idea del presidente municipal es la de entregar la responsabilidad de los servicios de limpieza y sanidad de la capital del estado a una empresa particular de la ciudad de Guadalajara, donde el personal que se salve “sólo” se encargaría de la supervisión en la recolección y separación de la basura.
Así, aparte de privatizar el servicio de la basura, donde una empresa particular cobrará por realizar un servicio que constitucionalmente le corresponde ofrecer a los ayuntamientos (el de Colima, en este caso particular), encima el empresario tapatío resultará beneficiado con el asesoramiento de personal municipal conocedor de la materia. O sea: un negocio redondo entre los funcionarios inescrupulosos del PAN y una IP voraz y mezquina que ni siquiera es de Colima, auspiciados por El torpedo Insúa.
El problema que se va a generar con esta decisión privatizadora, por supuesto, es de pronóstico reservado: decenas de trabajadores se van a quedar sin su empleo, pues en la lógica empresarial de los panistas va a salir más barato darles una liquidación que tener que mantenerlos –la expresión fue usada por un panista— de por vida, como si el de la recolección de la basura no fuera una tarea pesada, además de dañina para la propia salud por el cúmulo de porquerías de todo tipo que se genera y que se tiene que manejar a diario.
A la intentona de la administración municipal panista, en el sentido de pretender lanzar al desempleo a decenas de trabajadores que actualmente llevan a cabo una labor pesada y nociva para la salud, se suma la otra (denunciada en esta columna de culto hace pocas semanas) de crear un sindicato a modo que le haga la competencia al legalmente existente. Es decir, los panistas han reivindicado su fama de ser enemigos de la clase trabajadora. En esas anda el responsable de la Dirección Jurídica, Romualdo La Romina García Mejía.
No hay que olvidar que en el Congreso del Estado, donde el PAN tiene la mayoría simple –que, obvio, más bien es simplona—, la presidenta de la Comisión de Gobierno Interno y Asuntos Parlamentarios de la 58 Legislatura local, Martha Leticia La madrastra Sosa Govea, al puro entrón corrió a gente del Poder Legislativo, a fin de meter ahí a sus incondicionales; entre ellos, a la nueva oficial mayor, Yarahzet Candelaria Villalpando Valdés, así como al traidor Hugo El primer espada Vergara y su pareja sentimental.
Por si todo lo anterior no fuera suficiente, la administración de El torpedo Insúa ha filtrado al PAN los datos personales de trabajadores del Ayuntamiento de Colima, incluido el personal sindicalizado y de base. La intención tiene marcados tintes electorales, al pretender empadronar de manera colectiva a gente que ni siquiera lo ha solicitado. Está claro que con esta maniobra el panismo pretende dar la impresión de poseer una gran fuerza en la elección extraordinaria con sus nuevos simpatizantes conseguidos a la mala.
De estos temas es muy probable que declare fuerte el dirigente sindical de la comuna capitalina, Héctor Arturo León Álam. Veremos y diremos.
*Columna publicada el 3 de diciembre de 2015.
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