POR Jorge Octavio González
Claudia Sheinbaum Pardo por fin dijo en la mañanera lo que algunos columnistas habían escrito a manera de trascendidos: manifestó su molestia por los claros actos anticipados de campaña y promoción personalizada de la senadora Andrea Chávez Treviño en Chihuahua.
Y es que, debido a la protección que tiene del mafioso Adán Augusto López Hernández, la vocera de la fracción de MORENA en el Senado de la República se envalentonó y no se cansó de presumir y alardear sus caravanas de la salud y los espectaculares que están por toda la entidad fronteriza.
El medio Latinus dio a conocer que cada camión que tiene Andrea Chávez en varios puntos de Chihuahua tiene un costo de alrededor de 10 millones de pesos; ella reconoció que tiene cuatro y que va por otro más.
El problema es que, como bien lo reconoció la propia senadora en un programa de radio, dichos camiones no los paga ella sino un empresario, Fernando Padilla Farfán, casualmente un contratista consentido de Adán Augusto López Hernández cuando fue gobernador de Tabasco y que también le consiguió contratos millonarios en Chiapas, donde gobernaba el esposo de su hermana Rosalinda López Hernández, ya fallecida, por cierto.
El conflicto de interés está más que claro: la senadora promueve camiones rotulados con su rostro y nombre —lo que en principio se configura una promoción personalizada— financiados por un empresario-contratista de gobiernos de MORENA; lo hace cuando todavía no son tiempos electorales, tomando una tramposa ventaja sobre los demás competidores que también aspiran a la candidatura de MORENA al gobierno del Estado de Chihuahua.
Claudia Sheinbaum fue cuestionada en la mañanera sobre el tema específico de los actos anticipados de campaña de Andrea Chávez; la presidenta de la República respondió que enviaría una carta a la dirigencia de Movimiento de Regeneración Nacional para que fijen reglas claras sobre los aspirantes a alguna candidatura por el movimiento.
“Voy a enviar una carta a la dirigencia se MORENA, porque creo que tiene que haber reglas: no se debe adelantar nada”, dijo tajante la presidenta de México.
Y agregó: “Hay que recordar la ética de nuestro movimiento: para nosotros no es un asunto de llegar al poder por llegar al poder, sino la transformación del país que se viene construyendo”.
Andrea Chávez, en su infinito egocentrismo, con un cinismo mayúsculo, se atrevió a decir que las palabras de Claudia Sheinbaum no iban dirigidas hacia su persona porque ella no estaba haciendo nada ilegal; sin embargo, señaló que sería la primera en votar a favor de lo que está pidiendo la presidenta, en el sentido de que se fijen reglas claras para los contendientes a candidaturas por MORENA.
Lo que quiso decir la senadora Andrea Chávez fue: “mientras no se aprueben las reglas para los aspirantes a candidaturas en MORENA, seguiré violando la ley”.
Andrea Chávez se siente poderosa porque el gánster Adán Augusto López Hernández la protege; como prueba de lo anterior, operó en la Cámara de Senadores para que no pasaran las listas de los candidatos a magistrados de tribunales electorales: no alcanzaron la mayoría calificada.
Ayer, en la Cámara de Diputados, sí se aprobó la lista; en Colima serán magistrados del Tribunal Electoral del Estado Guillermo Navarrete Zamora y Ayizde Anguiano Polanco.
Lo cierto, al margen de que las palabras de Claudia Sheibuam Pardo llevaran dedicatoria a la senadora Andrea Chávez, es que sí debe haber reglas para todos los aspirantes de todos los partidos que quieran ser candidatos en las próximas elecciones.
En Colima, por ejemplo, deberían hacer lo propio —poner reglas internas para los acelerados— en el PRI y en el PAN con algunos de sus militantes que van a bailes, jaripeos, callejoneadas y cabalgatas a tomarse la foto y a hacer actos anticipados de campaña, pero en lo que menos están es en sus municipios trabajando a favor de la gente.
Sería sano para la democracia que estas reglas aplicaran para todos sin excepción.