POR Jorge Octavio González
El problema con nombrar en cargos públicos a militares es que, debido a la opacidad e impunidad que prevalece al interior de la milicia, pocas veces trascienden a la luz los actos de corrupción u otros delitos que cometieron cuando estuvieron en activo.
El Comisionado de Seguridad Pública y Justicia Cívica del ayuntamiento de Colima, Vicente Venustiano Guzmán Lucero, fue sancionado por el Órgano Interno de Control de la Secretaría de la Defensa Nacional “por hostigamiento sexual, laboral y conductas contrarias a la disciplina militar”.
Riult Rivera, sin embargo, no hizo nada al respecto; decidió mantener a su empleado en el cargo sin importar que había incurrido en acciones vejatorias en contra de mujeres.
Ahora, sin embargo, surgió otro asunto aún más delicado que el anterior: una mujer que vive en Guanajuato entablará acciones legales en contra de Vicente Guzmán Lucero para que la reconozca como su hija después de décadas de haberla abandonado y evitado hasta el punto de bloquearla de las redes sociales.
La mujer, que se hace llamar Wera Limón, es una activista social y ha participado en campañas políticas; en la pasada elección del 2024, por ejemplo, fue candidata de Movimiento Ciudadano por el Distrito III en su natal León, Guanajuato.
Semanas atrás, cuando en estas páginas publicamos los antecedentes del Comisionado de Seguridad Pública y Justicia Cívica del ayuntamiento de Colima, la señora se contactó con nosotros para informarnos acerca de sus pretensiones jurídicas.
Ayer, como se publicó en PXPres —ningún otro medio lo hizo por el dinero que reciben de Riult Rivera y las supuestas feministas demostraron ser de ocasión y un completo fraude—, Wera Limón hizo un story time en su cuenta de Instagram de su caso y reveló algunos datos acerca de su padre.
Antes de hacer la confesión, publicó una fotografía del funcionario municipal, hace ya muchos años, donde está ella de niña con él y su mamá; debajo de la imagen puso una foto actual de Guzmán Lucero, para que no quedara dudas de a quién se refería.
Limón, contrario a lo que se pudiera pensar de una hija que fue abandonada y rechazada por su propio padre, no actúa con rencor y ni siquiera le desea un mal a Vicente Venustiano; incluso menciona que ella quisiera una conciliación para cerrar ese ciclo de su vida y que el funcionario asuma su responsabilidad.
Cierto es que, por la irresponsabilidad y mala entraña del Comisionado de Seguridad Pública, Guzmán Lucero no merece tener una hija empática y alegre como Wera Limón; sin embargo, hasta ahora emprenderá las acciones legales porque, de acuerdo a lo que dijo en sus redes sociales, a los militares los esconden sus propios superiores y los protegen de cualquier eventualidad.
Ahora es diferente: si no tiene la vergüenza de presentar su renuncia y Riult Rivera lo sigue manteniendo en su cargo, las notificaciones de la denuncia le llegarán a las oficinas del ayuntamiento de Colima en Palacio Municipal o donde despacha como Comisionado de Seguridad Pública y Justicia Cívica.
Curioso que, cuando dimos a conocer esta denuncia, hubo quienes justificaron al funcionario y sugirieron a la señora que no busque lo que nunca tuvo de niña, como si ella no tuviera el derecho de, a través de la ley, obligarlo a que asuma su responsabilidad.
Una de ellas, desde una oficina municipal dedicada al fomento deportivo, se dedica a denostar todo lo que escribimos aquí en horario laboral, como si no tuviera nada qué hacer.
Oficiosas como ella es lo que menos necesita Riult Rivera porque sólo le ocasionan problemas.
Lamentable, por otro lado, las feministas de ocasión que se ponen a denunciar a periodistas por violencia política en razón de género pero nada dicen, ni siquiera condenan, que un funcionario que nombró Riult Rivera sea un acosador sexual y laboral y nunca haya reconocido a una hija que tuvo hace décadas.