Un Día del Grito sangriento en Colima

POR Luis Fernando Moreno Mayoral

Con una retahíla de agravios a todo tipo de sectores de la sociedad en estos casi dos años de la administración estatal, el llamado a la unidad de la gobernadora Indira Vizcaíno demuestra desesperación y cinismo.

De un plumazo se olvidó del desdén a una oposición que, en un principio, se sumó a construir, pero cuando su bancada MORENA logró la mayoría artificial, a través de billetazos y expedientes, fue marginada y perseguida como en los gobiernos del viejo y autoritario PRI.

También le pasó de noche cómo le quitó más de 14 millones de pesos a los trabajadores de confianza para financiar de manera ilegal la campaña de Claudia Sheinbuam.

No se diga las amenazas y represión a los medios que no se sometieron a sus caprichos; o los improperios que lanzaron funcionarios de su administración en contra de PXPress, como los corruptos y buenos para nada Bryant Alejandro García Ramírez, Víctor Torrero Enríquez y un pusilánime enano mental asesor que está en la Oficina de la Gubernatura de Eduardo Jurado Escamilla.

A Indira Vizcaíno se le olvidó que ha agraviado a muchos sectores que conviven y trabajan en Colima; su llamado a la unidad llega tarde y exhibe el miedo de una gobernadora que ha sido rebasada por el crimen organizado.

A la misma hora que la mandataria gritaba vivas a los héroes de la patria, en el municipio de Comala un comando armado ingresó a la fuerza a una vivienda y acribilló a tres mujeres que se encontraban en el lugar: una anciana, una señora en los treinta y una niña de 13 años de edad.

Con la misma fuerza con que Indira Vizcaíno presionaba sus cuerdas vocales para lanzar el grito más fuerte, así se escuchó el grito de dolor y miedo de la señora de la tercera edad que vio cómo chorreaba sangre de su cuerpo al ser impactada por las balas de los sicarios.

Con esa misma energía con que Indira Vizcaíno ondeaba la bandera mexicana, los proyectiles atravesaban el cuerpo de una señora que no resistió la pérdida de sangre y quedó inerte en el suelo.

Así como Indira Vizcaíno dijo sentirse nerviosa la primera vez que dio El Grito de Independencia, así una niña de 13 años de edad, que seguramente recibió una computadora del programa ColiBecas, lloró horrorizada por no entender por qué a ella, una simple niña que debería estar disfrutando la vida y jugar con sus amigas, recibió balazos de sicarios que protegen desde la Fiscalía General del Estado de Colima.

El viernes 15 de septiembre, cuando Indira Vizcaíno tenía preparado otro show para distraer a la sociedad, como la participación de la cantante Shaila Dúrcal, también hubo una masacre en la colonia De los Trabajadores, en Colima, donde cinco jóvenes recibieron disparos de arma de fuego, entre ellos un niño.

Ese mismo día una mujer fue lesionada con disparos en la calle Manuel Gallardo, en la ciudad de Colima, que se ha convertido en un foco rojo que la autoridad estatal no ha querido darle la seriedad e importancia que merece, por lo que ayer mismo se suscitó otro tiroteo donde hirieron a un hombre y a una mujer.

Indira Vizcaíno hizo un llamado a la unidad porque al fin se dio cuenta que gobernar no es cosa fácil; la cuestión es saber si este llamado viene tarde o todavía hay tiempo para dejar la soberbia y reconocer que necesitan de la ayuda de todos.

Aunque lo hace porque se sabe perdida y rebasada ante el poderío del crimen organizado, es un avance que Indira Vizcaíno deje a un lado el orgullo y pida el apoyo de la sociedad.

A ver si no es de dientes para afuera.