Triunfo de Sofía Peralta, en vilo

POR Jorge Octavio González

Engreída, altanera y orgullosa, antivalores que le enseñaron en su casa, Sofía Peralta Ferro dijo en una conferencia de prensa que su triunfo era legítimo y pedía que se abrieran la totalidad de las casillas para corroborarlo.

Lo anterior lo dijo por las declaraciones del líder moral y espiritual de MORENA en Colima, Arnoldo Vizcaíno Rodríguez, quien la víspera había señalado que en el recuento de los votos en el Distrito VII el resultado se iba a revertir a favor de la candidata Karely Vázquez Solórzano.

La petición de la hija de Pedro Peralta Rivas no era necesaria; de cualquier manera, en el Consejo Municipal se iba a llevar a cabo el recuento para saber a ciencia cierta quién había triunfado en esa demarcación.

Fue en la mañana de ayer lunes cuando, al finalizar el conteo de los votos en el Distrito 7, se dio a conocer que Sofía Peralta Ferro había ganado; sin embargo, la ventaja se redujo considerablemente, quedando en 119 sufragios de diferencia entre el primero y el segundo lugar.

De 242 votos que arrojó el conteo rápido del PREP, el margen se redujo a 119, esto es, 123 sufragios pasaron a la abanderada de Movimiento de Regeneración Nacional tras el conteo voto por voto.

Razón de más para impugnar la elección del Distrito VII y que las autoridades electorales, sobre todo el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, determinen si se revierte el resultado por la descarada compra de votos del padre de la candidata panista y todas las demás trampas que hizo durante el proceso electoral, como el gasto millonario que hizo en espectaculares por todo lo largo y ancho de Villa de Álvarez para promocionar su imagen.

119 votos de diferencia entre el primero y el segundo lugar merecen toda la revisión de la autoridad electoral para limpiar esta contienda, sobre todo porque de todos es sabido el actuar siniestro y ventajoso de Pedro Peralta Rivas, que impuso a Julia Jiménez para que nominara a Sofía Peralta candidata en el Distrito VII.

Indignos aquellos que promovieron a Julia Jiménez y al secretario general con la narrativa de que Pedro Peralta Rivas y Jorge Luis Preciado Rodríguez dejarían de intervenir en las decisiones de Acción Nacional, cuando en los hechos es el constructor traficante de influencias el que siempre dio órdenes en la dirigencia estatal del PAN, con la complacencia de quienes juraron y perjuraron que ya nada tendría que ver en la vida interna del partido albiazul.

La prueba madre de que Pedro Peralta Rivas utilizaba a Julia Jiménez como su extensión en la dirigencia del PAN fue la imposición de Sofía Peralta Ferro como candidata sin ningún tipo de elección interna que legitimara su nominación.

El capricho se cumplió y la hija orgullo del nepotismo compitió con las siglas del PRI y el PAN en el Distrito VII; tras una campaña onerosa y tramposa, donde se dejaron ver las peores prácticas del prianismo, Sofía Peralta se alzó con la victoria en un conteo rápido que resultó equivocado y con muchas irregularidades.

Ahora, tras el conteo voto por voto y casilla por casilla, la diferencia entre una y otra se redujo hasta los 119 sufragios, que está dentro del margen para que la alianza de MORENA, PT y Verde Ecologista interpongan los recursos legales correspondientes para pedir la anulación de la elección o revertir el resultado por la descarada compra de votos y el gasto millonario que hizo la candidata Peralta Ferro.

El Distrito VII se resolverá en los tribunales federales.