TONALTEPETL

POR Gustavo L. Solórzano

Mi tía Carmen Ramírez Romero, prima hermana de mi madre le tocó, siendo maestra, andar “ranchando”. Era una jovencita cuando llegaron los cristeros a la comunidad en donde ella se encontraba, y las mujeres avisadas de la ingrata visita, vistieron a mi tía como una de ellas, con rebozo guaraches. Justo cuando ellos llegaron, mi tía estaba torteando y sin mucho esfuerzo, pasó por una más del lugar. El problema era que algunos hombres denigraban el movimiento y a muchas docentes se las llevaban, o les hacían daño físico de consideración e incluso, las desaparecían.

El gobierno federal no se daba a vasto para aplacar y combatir a los insurrectos, que al grito de ¡Viva Cristo Rey y fuego! Entraban a las rancherías y poblaciones adueñándose de lo que encontraban. La historia señala, por ejemplo, que el 24 de mayo de 1928, los cristeros atacaron el puerto de Manzanillo, comandados por el General Jesús Degollado Guízar. Los resultados, nada favorables para lo que olía a ricos o a gobierno. Entre los años de 1926 y 1929, se dio este importante movimiento, teniendo como causa principal el rechazo a las políticas anticlericales del gobierno, en especial la Ley Calles, él era ateo espiritista.

Fue el mayor conflicto religioso en México en la década del siglo XX. Se estima que dejó un saldo de unos 250 000 muertos y 250 000 refugiados hacia Estados Unidos. ¿Qué señalaba la ley que motivó el conflicto? Imagínese apreciable leyente, la idiosincrasia del mexicano de hace cien años, algo nada fácil. Conocida como Ley de Tolerancia de Cultos, limitó el culto católico en México, eso nada más y nada menos, prendió la mecha de la inconformidad, aunado a la efervescencia revolucionaria. Claro que no todo fue violencia o “malo”, muchas personas lucharon por una idea de sana justicia. De ahí surgieron hombres reconocidos por su trayectoria de servicio y amor a México.

Expedida el 14 de junio de 1926 con el fin de acotar el culto y sacerdocio católico en México, y conforme a lo establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en 1917: la ley Calles señalaba el no reconocimiento de personalidad jurídica a las iglesias ni de su derecho a poseer bienes raíces. Finalmente, la guerra cristera terminó en 1929 con la firma de unos acuerdos (llamados “arreglos”) entre el gobierno y las autoridades eclesiásticas, mediados por el embajador de Estados Unidos, en los que se resolvió devolver a la Iglesia muchas de las propiedades que habían sido clausuradas y conceder la amnistía a los cristeros.

En Colima, Andrés Salazar, general cristero, lideró en el último año de la guerra. Dionisio Ochoa, primer jefe cristero del estado, murió en 1927. Enrique Ochoa: Hermano de Dionisio, fue la conciencia del movimiento en Colima. Atrás de catedral existían hasta hace algunos años, enmarcados en una de las paredes, los boquetes que dejaron con sus rifles, quienes fusilaron a dos niños que servían al movimiento cristero.

Cuando era niño, me gustaba ir a catedral, para ver y escuchar la potente voz de un hombre que endulzaba la homilía. Había sido jefe cristero, decían, bajito, de cabello blanco, cejas pobladas y gran bigote. En la quietud de su familia, falleció un 4 de enero de 1995, hombre de ideales, creyente y con el grado de Coronel.  María Magdalena, María Guadalupe y María Virginia, de apellidos García Ochoa, Hijas de Don Virginio García Cisneros, lo recuerdan con aprecio y se refieren a él como un gran hombre. Yo lo conocí y lo traté, doy fe de su nobleza y don de gentes; ya adulto, en más de una ocasión, el Prof. Juan Oseguera Velázquez, historiador de origen michoacano y hacendado en Colima, me invitó para platicar con él y conocer de viva voz, algunas de sus vivencias. Descanse en paz, lo recuerdo con admiración y aprecio.

ABUELITAS:

Deseo de corazón que el presente 2025= 9, traiga para usted lo que necesite. Nuevas experiencias y oportunidades para seguir creciendo. Un año que trae cierres de ciclo, y con ello, la magia de una nueva apertura. Que sea de bendiciones para usted y su familia. Es cuánto.