POR Gustavo L. Solórzano
Colaboradores indolentes tiene el edil capitalino, mismos que le proporcionan mala imagen en sus válidos anhelos hacia la gubernatura. He señalado, en atención a demandas ciudadanas, tres necesidades por atender y hasta la fecha, ninguna ha sido atendida. Un vecino afectado, abogado de profesión, dice, “si en dos cuadras no pueden, imagínese si llegaran a la grande”. Y agrega, que “luego los servidores públicos se enojan”. Y termina su comentario con lo siguiente: “Algunos hasta toman revancha y hacen personales las observaciones hacia su desacierto laboral”.
“Tanto no se,” dice otro vecino afectado que es docente, y agrega, “Lo que si se, es que el ayuntamiento de Colima ya se pasó con esto”. Refiriéndose a un cable colgante desde hace más de un mes en la esquina de Mariana Arista y Bartolomé de las casas, así mismo, a una lámpara cubierta por los árboles en Bartolomé con Centenario y otra lámpara fundida en Centenario y Maclovio Herrera, todos en colonia Magisterial y con los riesgos ya conocidos. Cumplo con mucho gusto y lo seguiré haciendo, todo servidor público se debe a la sociedad, esa es nuestra razón de ser y seguro estoy que el presidente municipal de Colima, ni enterado está, si no, ya hubiera dado instrucciones para que se atendiera.
Cambio de tema, la virgen de la salud, tiene su templo allá por la Doctor Miguel Galindo, zona centro de Colima. Cada año es festejada junto con santa Cecilia, patrona de los músicos. Y la orquesta que fundó don Carlos Naranjo, misma que heredó Horacio y a su vez, dejó bajo la responsabilidad de su hijo el Güero, fiel a su compromiso social con la santa patrona, es el responsable de la noche de gala en ese gran festejo que la feligresía realiza en su honor. Cada año el barrio de la salud se engalana con banderolas y listones de colores, flores y música, mucha música para celebrar la presencia divina.
Hace años, proveniente de la sabiduría popular, se dice que un viajero cansado y con el polvo del camino encima, llegó a una vieja casona para pedir agua y algo para comer. La mujer que lo recibió, gustosa, costumbres de antes, (hoy no deja entrar uno a su casa ni a su familia) ofreció agua y un taco al desconocido viajero. Tiempo después, la señora platicó que el hombre, alto, sencillo y de noble aspecto, traía dos bultos de similar tamaño, uno bajo cada brazo. Ya descansado, le entregó uno de los bultos a la buena samaritana, no sin antes pedirle que por ningún motivo lo abriera, hasta que él se hubiera ido.
Respetuosa, la mujer esperó hasta el día siguiente y al abrir el bulto que venía envuelto en hojas naturales, grande fue su sorpresa al observar una hermosa figura que representaba a quien identificó como la virgen María. Al llevarla al párroco de la capillita narró lo sucedido y de inmediato fue adoptada como patrona del lugar. Con el tiempo y los milagros que se suscitaban entre los vecinos y asistentes a la homilía, le asignaron el nombre de virgen de la salud.
La narrativa oral no termina ahí, pues se cuenta que el mismo viajero, o al menos un hombre de características muy parecidas, llegó a Tecomán con un solo bulto y lo entregó con la misma petición, que por ningún motivo lo abriera, hasta que él se hubiera ido. Resultando ser la virgen María, a quien llamarían después la Candelaria.
Me regreso con la virgen de la salud, querida, respetada y confiable, es reconocida y exaltada por una familia que heredó esa bendita responsabilidad. Don Pedro y Crucita, esposos hacendados en Colima, donaron al Lic. Roberto Terriquez Zamora, en el año de1965, una bella réplica de la virgen de la salud, tallada finamente en madera. Precisamente hace unos días, al celebrarse el sesenta aniversario de ese acontecimiento, el abogado Terriquez Zamora, expuso una extraordinaria muestra de vestidos que la srita. Carlota López Arreola, diseñadora y modista de alta costura, elabora año con año, para la virgencita.
Otro dato significativo es que la exposición abierta al público, se realizó en una casa de gran tradición e importancia histórica cultural, nada más y nada menos que la casa en la que vivió el ilustre colimense Prof. Gregorio Torres Quintero. Sensible al arte, Roberto Terriquez explicó la importancia de la colección, a quienes se dieron cita en la casa bajo su responsabilidad, para admirar el trabajo realizado y en perfecto estado de conservación. Importante señalar, que el lugar es un santuario en donde otras vírgenes, ángeles y santos reconocidos, acompañan a María de la Salud. Es cuánto.