POR Jorge Octavio González
Ha quedado demostrado que el Poder Judicial de Colima, así como a nivel nacional, sólo es efectivo para quien tiene dinero para pagar y el infierno para quien no.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, si bien ha logrado contener algunas de las arbitrariedades del presidente de la República, sólo presume su conocimiento y habilidad en ese tipo de asuntos.
En los otros casos, los que perjudican a los de abajo, que representan cientos de miles, sencillamente los dejan a su suerte; si bien les van atraen uno que otro asunto y ya, pero la inmensa mayoría depende de jueces locales que, muchas veces, están coludidos con el gobierno o el crimen organizado. O los dos.
En el juzgado federal de Colima tenemos un claro ejemplo de ello.
Esta semana, en el Congreso del Estado, la bancada de MORENA presentó el dictamen de reforma a la Ley de Pensiones de los Servidores Públicos y de la Ley Orgánica del Poder Judicial, ambas del Estado de Colima, para que se cree un programa temporal de retiro por jubilación, vejez y retiro anticipado en edad avanzada, en forma exclusiva y por única ocasión, para las y los Magistrados del Poder Judicial del Estado de Colima, que se encuentren en funciones a la entrada en vigor del presente dictamen y que opten por acogerse al programa de retiro voluntario.
La idea central, desde luego, es que haya un relevo generacional en el Poder Judicial del Estado de Colima, dado que, por la red de intereses creados por quienes han estado décadas en función de magistrados y otros que tienen la categoría de inamovibles, sólo velan por ellos mismos y perdieron la perspectiva de lo que es la aplicación de la justicia.
¿Alguien extrañaría a Bernardo Salazar Santana, un sujeto al que ya le exhibieron las corruptelas que cometió cuando era presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado y sus líos de faldas?
¿Alguien realmente cree que Miguel García de la Mora, otro que también traicionó sus valores morales, se olvidó de su familia y de sus amigos y fue cegado por el dinero y el poder, haría falta en el Poder Judicial?
¿O José Alfredo Jiménez Carrillo, compadre del ex gobernador Mario Anguiano Moreno? ¿Es necesario alguien que beneficiaría al de Tinajas?
¿Qué tal Sergio Marcelino Bravo Sandoval, priísta de toda la vida y notario público, incurriendo en un claro conflicto de intereses?
Las mujeres, ciertamente, han demostrado estar a la altura, pero también pueden acogerse al programa temporal de retiro para que puedan dedicarse a su familia y no sean sujetos de presión por sus decisiones tanto de grupo de interés como del crimen organizado.
Sobre la participación del diputado Crispín Guerra Cárdenas, en donde manifestó su férrea oposición al dictamen en cuestión, le faltó decir que, cando fue legislador la primera vez, él y sus compañeros de Legislatura fueron omisos cuando debieron votar la terna donde se hizo inamovible Miguel García de la Mora, al que ya se le había vencido el plazo de magistrado y por los yerros y omisiones de los diputados manipuló la ley para quedarse eternamente en el Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Colima.
Hoy, que pide legalidad, sería bueno que el perdedor en las pasadas elecciones para la diputación federal reconociera que por su culpa uno de los magistrados que tendría que salir terminó como inamovible.