POR PXPress
LOS FUNCIONARIOS DEL GOBIERNO DEL ESTADO han aprendido bien de su jefa Indira Vizcaíno. Si a la gobernadora no le duelen los asesinatos ni los daños colaterales ni las bombas molotov ni los cuerpos cercenados que tiran como basura en las calles de todo el Estado, así actúan sus subalternos de todas las dependencias. Cuando esa indolencia se traslada a las corporaciones de seguridad es cuando toda esperanza de la ciudadanía por un mejor Colima se pierde. Así sucedió cuando, a inicios de esta semana, una pareja fue atacada a balazos en Lomas de Vista Hermosa, en la ciudad capital. De acuerdo a la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de Paz y Seguridad de Colima, luego de atender un reporte del 911 por un incidente con detonaciones de armas de fuego, “unidades de diversas corporaciones se trasladaron al lugar de los hechos sin encontrar en el sitio de referencia a los presuntos responsables ni más indicios del delito; al circular por la zona para continuar con la búsqueda, los elementos detectaron a un vehículo que se alejaba a alta velocidad, y cuyas características coincidían con las mencionadas en el reporte como el auto en el que viajaban las personas agredidas”. La primera inconsistencia del comunicado oficial es evidente. Los policías llegaron, en efecto, al lugar reportado; como no vieron a los sicarios, decidieron perseguir al auto negro que se alejaba a toda velocidad. No sabían, desde luego, de quiénes se trataba; sencillamente fueron tras ellos. El error: se grabaron. Los lectores que comentan en las redes sociales, acuciosos como son, descubrieron que el agente que grababa el video desde la camioneta de la Policía Municipal de Colima era de la Guardia Nacional; a esa conclusión llegaron por el reflejo que se vio en el espejo frontal del vehículo. Y ese fue el que, con lujo de prepotencia, exigió que se bajaran del auto el hombre y la mujer embarazada; el mismo que abrió la puerta del copiloto donde se percibió la cara somnolienta de la joven, asustada, llevándose las manos al vientre, casi por desvanecerse. Continuó el comunicado de las autoridades estatales: “Unos minutos después del reporte, elementos de la Policía Municipal de Colima le dieron alcance al vehículo sobre Avenida Constitución cerca del Tercer Anillo Periférico; ahí corroboraron que coincidían las características del vehículo reportado como agredido, y que tanto el conductor como su acompañante, se encontraban heridos”. Ellos mismos reconocieron, en esta parte del texto, que hasta que les dieron alcance se dieron cuenta que eran las víctimas; en el primer párrafo dijeron que el auto que se alejaba a alta velocidad tenía las características del auto “en el que viajaban las personas agredidas”. En dos párrafos mintieron y se desmintieron: primero dijeron que vieron el auto que coincidía con las características del reporte, pero en el segundo reconocieron que hasta que los obligaron a detenerse se dieron cuenta que eran los agredidos. Conclusión: no sabían a quiénes perseguían desde el principio. El siguiente párrafo es un galimatías que no vamos a transcribir; sin embargo, señalan que después del intercambio verbal los escoltaron hasta un hospital. Esa fue la mentira más atroz: cuando les dieron alcance y los obligaron a detenerse, el agente de la Guardia Nacional que venía grabando en la camioneta de la Policía Municipal de Colima les gritó en todo momento a las personas baleadas que estaban en el interior del auto color negro; segundos después otro compañero de su misma corporación hizo lo mismo y le gritó en diversas ocasiones al conductor que se bajara del vehículo para subirse a la patrulla. Fue ahí que se cortó la transmisión. Mentira, pues, que las autoridades iban escoltando al vehículo color negro. Mentira que desde el principio se dieron cuenta que eran los agredidos. Mentira que tuvieron un intercambio verbal; lo que hubo fue una persecución a las víctimas de un atentado, en donde venía una mujer embarazada que necesitaba atención médica. Mentira el comunicado enviado por la Mesa de Coordinación para la Paz. Mentira de las corporaciones policiacas del Estado el cuento redactado como comunicado de prensa. Pero esa indolencia la aprendieron muy bien de su jefa: la gobernadora Indira Vizcaíno Silva.
SI BIEN ES CIERTO QUE DE LA LX Legislatura local, controlada por Morena y sus compinches, nada bueno se puede esperar, sus integrantes morenacos hacen todo lo posible para no decepcionar a los colimenses. En el transcurso de la semana anterior exoneraron de toda culpabilidad al diputado Ignacio Vizcaíno Ramírez, quien fue jefe del jurídico de la administración municipal que presidió el locochón de Locho Morán Sánchez. Entre los que serían sujetos a juicio político se encontraban cinco exfuncionarios municipales; sin embargo, como por arte de magia, la denuncia en contra del tribuno de marras fue retirada para sacarlo de la lista negra. ¿La razón? El entreguismo que le tiene a Morena el legislador del Movimiento Ciudadano, aun cuando a nivel nacional el MC ha estado trabajando en contra de las propuestas de López Obrador en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República. Así, pese a que no hay relación cordial del MC con el gobierno de amlo, en Colima el mismo partido es todo miel con el indirato, donde se pusieron incondicionalmente a las órdenes de los que tienen el poder en la entidad. El diputado Nacho Vizcaíno está alineado al Gobierno del Estado, igual que su compañera emecista Glenda Yazmín Ochoa; por lo tanto, los nuevos ricos de la política en Colima absolvieron de todo pecado capital al diputado, cuando la realidad es que, al haber sido director del área jurídica del Ayuntamiento de Colima, sí lo hace corresponsable del desastre financiero que dejó su jefe político, el sinvergüenza dueño de La Barata Permanente. Ah, pero no se trate de uno que es opositor al nefasto régimen estatal, como es el caso del priista Héctor el Traxcavo Lara Magaña, porque se le dejan ir con todo el poder para hacerle juicio político por quítame estas pajas. En plena sesión, efectuada este miércoles, le fue notificada por la Comisión de Responsabilidades su situación al villalvarense. Ajá: la notificación llegó de la misma Comisión de Responsabilidades que preside el impresentable tecomense Armando Reyna Magaña, el mismo que no ha podido notificarle del juicio político que se le piensa seguir al ex gobernador Nachito Peralta Sánchez ¡porque ignora dónde está su domicilio! Al que sí pudo localizarse fue al pluri Carlos Arturo Noriega García, que curiosamente trabaja donde mismo, pero al que no pueden hacerle nada porque anda con un amparo federal en la bolsa. Aunque la diputada Isamar Ramírez Rodríguez es la presidenta de la Junta de Gobierno y es la que promueve los juicios en contra de los que no son del rebaño morenaco en el Congreso del Estado, está claro que las instrucciones para la persecución política a la oposición vienen desde Palacio de Gobierno, lo que deja bien en claro que se aplica al pie de la letra esa máxima juarista que dice: “A los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, justicia a secas”. Así, pues, a los futuros ajusticiados ni oportunidad les van a dar de ponerse cremita.
POR CIERTO, UNO DE LOS QUE espera turno para ser objeto de juicio político es el ex presidente municipal de Colima, Locho Morán, que dejó en ruinas las finanzas del Ayuntamiento capitalino. Ser objeto de juicio político implica perder sus derechos ciudadanos, es decir, no se puede aspirar a algún cargo de elección popular por estar impedido para ser votado. Así de simple: pueden ser seis o 10 años, lo que significa que el sancionado no podría participar durante al menos las siguientes dos elecciones al hilo, a menos que busque un cargo de elección popular federal, pues la sanción es local. Bueno, todo esto viene a cuento porque el cínico Locho Morán declaró recientemente que volverá a participar como candidato de su partido a la alcaldía capitalina, es decir, se siente tan seguro de librarla que ya tiene planeada su incursión por convertirse en edil capitalino por tercera vez, como si aún fuera el mismo tipo que, en sus inicios, sí tenía alguna aceptación entre la gente. Hoy, empero, con la sombra de las corruptelas cometidas en la anterior administración municipal, es posible que ni siquiera logre colarse como regidor. Claro, eso en caso de que sus amigos de Morena lo perdonen por su entreguismo a la causa morenaca en Colima y lo libren del juicio político.