POR Jorge Octavio González
Sin ir al fondo del asunto, la resolución del Tribunal Electoral de Colima en torno a negarle la diputación plurinominal a Manuel Agustín Trujillo Gutiérrez podría pasar a simple vista como un favor más que los magistrados le pagaron a uno de los jefes de la mafia de Colima.
Y es que, de acuerdo a la información que se dio a conocer ayer en los medios de comunicación, el órgano electoral colimense declaró “la inexistencia de la infracción objeto de la denuncia presentada por la parte quejosa en contra de Arnoldo Ochoa González, Betzaida Alondra Luz Pinzón y el Partido Revolucionario Institucional”
El delito en cuestión al que se refiere el TEE es por violencia política de género.
Agustín Trujillo, cuando se estaban definiendo las candidaturas de la alianza Fuerza y Corazón por México en Colima, denunció el desaseo en el proceso interno donde se impuso a un tipo traidor, corrupto y patán como candidato a la diputación local por el Distrito II: Carlos Antonio Cárdenas Roque.
Después de una encerrona con el septuagenario Arnoldo Ochoa González, que le dio una regañada de antología y lo arrodilló (le encanta eso) para que borrara sus publicaciones críticas en contra del proceso interno priísta, Manuel Agustín se vio obligado, además, a legitimar la candidatura del sujeto que ahora exige una posición de primer nivel con Riult Rivera en el ayuntamiento de Colima que está por comenzar.
Pero le dieron un premio de consolación, claro que sí: lo pusieron en el tercer lugar de la lista de los candidatos a las diputaciones locales por la vía de representación proporcional, es decir, pluris.
Como Arnoldo Ochoa se puso en primer lugar y en el segundo se aseguró a Lizzie Moreno Ceballos ante la eventual derrota que veían venir como candidata de mayoría en el Distrito VI (antes de que metieran un dineral para comprar conciencias y votos en uno de los lugares más golpeados por el crimen organizado), si la legisladora que buscó la reelección ganaba la elección, como sucedió, Manuel Agustín Trujillo entraría a la 61 Legislatura.
Con lo que no contaba el rebelde priísta es con el hecho de que Arnoldo Ochoa González, con la complicidad de los magistrados del Tribunal Electoral de Colima, sustituyó a Lizzie Moreno por Betzaida Pinzón, porque, de acuerdo a los criterios de los magistrados, tenía que cubrir ese lugar otra mujer.
Manuel Agustín Trujillo alegaba que, como su candidatura era por la cuota de la diversidad sexual, el lugar que dejó Lizzie Moreno bien podría cubrirlo él; sin embargo, lo que sucedió fue que la lista no se recorrió, sino que el segundo lugar fue cubierto por una mujer, en este caso, Betzaida Pinzón, quedando fuera el quejoso.
Como la Sexagésima Primera Legislatura ya se instaló no pueden recurrir la resolución ante las autoridades electorales federales, algo en lo que, ciertamente, los magistrados del Tribunal Electoral del Estado tuvieron que ver al retrasar la sentencia para que el señore Trujillo no pudiera interponer recurso alguno.
El septuagenario Arnoldo Ochoa González se va a aferrar a su diputación plurinominal como clavo ardiendo y no solicitará licencia para separarse aun cuando esté en cuidados intensivos.
Así es como culminará su carrera política uno de los jefes de la mafia en Colima.