POR Jorge Octavio González
Las justificaciones que dio Leoncio Morán Sánchez para dejar la dirigencia de Movimiento Ciudadano en Colima fueron las de una persona que pasará al retiro político a disfrutar de su familia y hacer las cosas que pueda en el tiempo que le quede de vida.
Algo no cuadra, ¿verdad? Por supuesto: el cínico de dobleces asume que, retirándose de la arena política, pasará a una especie de jubilación anticipada con todas sus ventajas; lo que también da por sentado es que las denuncias que pesan en su contra por desvío de recursos han quedado zanjadas o de plano le importan un comino.
Cierto es que, cuando misteriosamente reconoció su derrota en el pasado proceso electoral, luego de recibir advertencias de un grupo criminal ligado al gobierno del Estado, pasó de ser el más férreo crítico de Indira Vizcaíno, lo que le valió el reconocimiento de muchas personas que esperaban que diera la batalla al sistema que centralizaba su poder en Palacio Nacional, a convertirse es un aliado de facto de la gobernadora.
Los dos diputados que llegaron al Congreso del Estado de Colima, Glenda Ochoa y Nacho Vizcaíno Ramírez, fueron entregados al oficialismo como parte del pacto de impunidad que se firmó entre la gobernadora y Locho Morán, habida cuenta de que, así como sucedió con José Ignacio Peralta Sánchez, también con el ex alcalde de la capital habría un carpetazo en sus denuncias que, por cierto, están en manos de MORENA en la Comisión de Responsabilidades del Poder Legislativo y en la Fiscalía General del Estado con el mini fiscal y sirviente de Indira Vizcaíno Silva. Esto es: impunidad garantizada.
En el camino, sin embargo, a Indira comenzó a pesarle el manto de impunidad que le otorgó a Morán Sánchez; luego del asesinato de Roberto Chapula de la Mora, que es cuando más cerca estuvieron de perder la mayoría el oficialismo, con el entreguismo de David Grajales y el alineamiento de Patricia Ceballos, ya no eran necesarios los legisladores de MC para tener la mayoría.
Eso y, por supuesto, la línea de la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano, hicieron al menos que uno de los dos diputados, Nacho Vizcaíno, acatara la instrucción, no así Glenda Ochoa, que al menos puede estar tranquila con las acusaciones en su contra por tener la protección de MORENA, pero puede tener la seguridad de ya no tener futuro en MC ni candidatura alguna en el 2024.
Leoncio Morán confesó, en une entrevista de radio, que se reunió con la gobernadora al menos en tres ocasiones en el 2022, la última vez en agosto; según el ex dueño de MC en Colima, se trataron asuntos estrictamente de partido, cuando en todo caso con quien se tendría que reunir era con el dirigente de MORENA en Colima, alguien que ya nadie recuerda quién es, pero no con la gobernadora del Estado.
¿Qué podrían hablar Leoncio Morán e Indira Vizcaíno en privado? En todo el año nunca hubo un anuncio en común entre la gobernadora y el partido naranja para emprender algo conjuntamente; tampoco con la fracción de Movimiento Ciudadano en algo que tuviera que ver el gobierno del Estado.
Lo que sí podrán haber hablado, y que se evidenció claramente en el Congreso del Estado, era la entrega de los votos de la bancada de MC para aprobar leyes e iniciativas del Ejecutivo, todo a cambio de nunca citar a Leoncio Morán sobre los juicios políticos que interpusieron en su contra, además de ordenar a la Fiscalía General del Estado que las denuncias interpuestas por el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Colima quedaran en la congeladora.
Ya sin serle útil a la gobernadora Indira Vizcaíno y con la línea nacional de Movimiento Ciudadano de no tener acuerdos con MORENA en las entidades, Leoncio Morán ya no tenía velo en el entierro; su supuesto liderazgo ya no servía de nada y lo más sano fue dejar la dirigencia estatal para no incumplir acuerdos con el gobierno del Estado, pero tampoco para quedar mal con Dante Delgado y demás miembros de Movimiento Ciudadano, que esperan dar la batalla a MORENA en este último tramo del gobierno de López Obrador.
Que se vaya Locho Morán está bien, porque así entraría alguien que sí sea contrapeso al gobierno del Estado y podría fortalecer la Alianza por Colima en el 2024, pero ¿quedará impune y sus delitos perdonados? ¿Se librará, así como si nada, de las acusaciones que pesan en su contra? ¿Esos más de 50 millones de pesos que desvió para su campaña, cuando debían ingresar al IPECOL, sencillamente quedarán en el olvido? ¿Los juicios políticos también?
Leoncio Morán puede retirarse cuando quiera de la política y dedicarse a lo que nunca hizo, que es estar al pendiente de su familia, pero eso no lo deslinda de los delitos que cometió cuando fue presidente municipal de Colima ni tiene por qué ser ese el trato al que llegó con la gobernadora con tal de no cuestionar a su administración.
Morán Sánchez debe pagar por los delitos cometidos, así como Ignacio Peralta y los demás diputados que están señalados de desvío de recursos, no disfrutar vacaciones anticipadas y poner como pretexto su salud para que no lo alcance el brazo de la justicia.