POR José Luis Santana Ochoa
Si el Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Distrito con sede en la ciudad de Colima ha sentenciado que en adelante realizará todas sus diligencias a distancia, “con la finalidad de proteger a su personal de la violencia que se vive en Colima”, pronto harán lo mismo el Supremo Tribunal de Justicia del Estado. También, las fiscalías locales y la Secretaría de Seguridad Pública, no se diga las policías preventivas municipales cuyos integrantes peligran mucho más que los juzgadores federales. ¿O no?
El Magistrado Francisco Miguel Padilla Gómez, el Secretario en funciones de Magistrado Luis Enrique Radbruch Sánchez y el Magistrado Presidente, Luis Núñez Sandoval, entraron en pánico porque afuera de las instalaciones del Centro de Justicia Penal Federal fueron asesinadas dos personas que salían de una audiencia inicial celebrada el domingo 9 de julio de 2023. También se espantaron porque “aproximadamente a la 1:30 de la tarde del martes 11 de junio de 2023, el responsable de seguridad del Centro de Justicia Penal, detectó a una persona sospechosa en el lugar, mismo que al ver policías se dio a la fuga”.
Como creen que sus pellejos peligran ante descontrolada violenta delincuencia , aunque no tanto como los de los policías ministeriales, estatales y municipales que han visto caer asesinados por los sicarios a decenas de sus compañeros, “y con la finalidad de resguardar la integridad de los trabajadores”, el Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Circuito determinó trabajar a distancia, debiendo acudir a las instalaciones el menor número de personas, y que el personal se retirara de forma escalonada, para que no egresaran todos al mismo tiempo, disposición que se mantendrá vigente para las personas que acudan de manera física al Tribunal.
Al grito de “sálvese el que pueda”, bajaron cortinas, atrancaron puertas y sellaron ventanas los funcionarios del socialmente distanciado Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Distrito con sede en la ciudad de Colima, tónica proteccionista que pronto será seguida por todas las dependencias locales responsables de garantizar la seguridad de los colimenses y de procurarles y administrarles justicia. Como soldados, marinos y guardias nacionales también peligran, no tardan en operar a distancia. ¿Y el pueblo bueno de Colima? Bien, gracias por preguntar, viendo que su gobernadora se moviliza en grandes camionetas de lujo blindadas y con escoltas fuertemente armados.
Como el mal es de muchos, no de unos cuantos, hay que consolarse sabiendo que en el estado de Guerrero donde gobierna otra Juanita, Evelyn Cecia Salgado Pineda, por cierto muy amiga de la de Colima Indira Vizcaíno Silva, están peor. También hay que darle gracias a Dios porque el narcoterrorismo todavía no se generaliza en Colima como en otros estados del país.
Con un presidente de la República permisivo, encubridor de los malos a quienes abraza dejando a su suerte a los buenos; y una gobernadora que sigue en la fiesta sin fin acompañada de su cómplices aduladores, entre ellos Bellota, Burbuja y el violentador político de género, Vladimir Parra Barrgán, a los colimenses de bien sólo les queda encomendarse a su Dios y a sus santos de preferencia, y el domingo 2 de junio de 2024 cobrárselas en las urnas a López Obrador y a la Bombón Vizcaíno votando en contra de todos y cada uno de sus candidatos.
EL ACABO
El paracaidista, buzo y ex coordinador del Centro Nacional de Fusión de Inteligencia, Capitán del Navío Héctor Alfredo Castillo Báez, lleva ya diez meses sin dar pie con bola en el cargo de Secretario de Seguridad Públicas del Gobierno del Estado.
Eso sí, jura y perjura que “con mucho gusto y esmero” él y los demás integrantes de la mesa que más aplaude, la de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz y Seguridad, trabajan “con mucho gusto y esmero” para dar resultados a los colimenses, mismos que siguen sin verse.
Como dijo la claridosa alcaldesa de Manzanillo Griselda Martínez M, de nada sirve que los meseros se reúnan a tomarse el cafecito si no implementan una estrategia, si no se aplican en serio y a fondo, si no se comprometen a dar resultados. Los de la aplaudidora mesa no tardan, como Padilla Gómez, Radbruch Sánchez y Núñez Sandoval, en reunirse a distancia para que no los cojan amontonados los apaches.
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