POR Jorge Octavio González
En todas las encuestas que se han hecho, con todo tipo de combinaciones, Riult Rivera pierde las elecciones a la presidencia municipal de Colima.
Ni en algún multiverso, de los mil que ve Doctor Strange en un solo momento, el candidato del PRI y del PAN tiene posibilidades de ser alcalde de Colima.
Incluso en un ejercicio en donde Riult Rivera Gutiérrez es el único candidato, perdería contra las opciones “No sé” o “Aún no decido mi voto”.
La asesoría que le está dando Mario Anguiano Moreno, el ex gobernador que aún debe a las arcas estatales más de 515 millones de pesos por pedir un crédito para gasto corriente, algo que el propio Riult Rivera le dijo desde tribuna que era ilegal, no le está funcionando.
Para que MAM esté a sus anchas en una campaña él debe ser el protagonista; ser el asesor no es lo suyo. Porque, como ya se dijo en una colaboración pasada, al ex gobernador de Colima no le gusta escuchar opiniones adversas ni que lo interrumpan cuando está hablando ni que estornuden o tosan frente a él.
Pagaría por ver una sola de las reuniones del war room: ahí veríamos a quién pendejea más, a quién corre de la reunión o a quién calla a gritos por decir algo que él considera inútil.
Pagaría el doble por saber si Mario Anguiano le ha gritado a Riult Rivera en alguna ocasión por no coincidir en sus planteamientos. Sería épico un video, por ejemplo. Riult, sin embargo, tendría que aguantarse: su campaña la financia Mario.
El candidato del Revolucionario Institucional y Acción Nacional a la presidencia municipal de Colima se ve incómodo, nervioso, con mucha incertidumbre; el hecho de que tenga competencia lo vuelve inseguro, a tal grado que debería tomar los cursos de la señora cubana sobre las nuevas masculinidades.
PARÉNTESIS: hablando de la capacitación donde se exhibe en una serie de fotografías a Esteban Herrera y a Mario Anguiano, faltó señalar que el panista es, además de incongruente, un hipócrita.
Mientras obligó a su equipo de campaña a tomarse la foto en un curso sobre el respeto y la inclusión, los seguidores de Riult Rivera van a las páginas de medios que cuestionan a su candidato a insultar y a hacer comentarios ofensivos que rayan en la discriminación y el clasismo.
Dinero tirado a la basura. Al cabo sobra el cash.
El nerviosismo, el saber que está abajo en todas las mediciones que se han hecho sobre la elección de presidente municipal de Colima, ha hecho que Riult Rivera gaste una fortuna en abogados de todos lados, del PRI, del PAN, para que impugnen a las dos candidatas con más posibilidades de ganar.
Cierto es que, como se dijo también aquí, el equipo legal de la campaña de Riult Rivera impugnó la candidatura de Viridiana Vargas Valencia y metió los recursos sobre su residencia y la de su suplente para que las autoridades electorales, en la mesa, no le permitan participar en las elecciones.
De igual manera, aunque lo querían mantener en la oscuridad, el equipo jurídico de la campaña de Riult Rivera también impugnó el registro de la candidata de Movimiento Ciudadano; para ello pidieron un per saltum a la Sala Regional de Toluca del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, negándole su petición por todavía tener instancias locales que agotar.
En su afán por deshacerse de las candidatas que lo enviarían a un lejano y humillante tercer lugar, el panista cometió la misma pifia que el equipo de Viri Valencia, de quienes se burlaron por ir hasta Toluca cuando tenían la opción del Tribunal Electoral de Colima, que finalmente falló en su contra.
Estas acciones, como pretender sacar de la jugada a dos mujeres, lo vuelven un cobarde, un machista inseguro de su masculinidad que, en lugar de enfrentarse a ellas en la campaña, prefiere utilizar a las autoridades electorales para sacarlas de la competencia.
Nada más para verlo perder de manera estrepitosa, espero que en la contienda compitan las candidatas de MORENA y de Movimiento Ciudadano y que sea la sociedad, con su voto razonado, el que mande al basurero de la política a un sujeto inseguro y cobarde como Riult Rivera.
Un comentario sobre «Riult, como sus lonas: por los suelos»
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