POR Edgar Rodríguez
Hasta ahora, la única voz consistentemente crítica en el Cabildo de Colima ha sido la de la regidora morenista Gisela Méndez, quien, como real opositora, aprovecha cuanta oportunidad se le presenta para fustigar las acciones de gobierno de la alcaldesa que reina en las redes sociales, Margarita Moreno González. En la más reciente, denuncia irregularidades en la aprobación de nuevos desarrollos inmobiliarios en el municipio que incumplen la legislación, reglamentos y normas vigentes.
Para Gisela, los desarrollos inmobiliarios auspiciados por la alcaldesa Moreno González se pasan por alto “leyes, reglamentos, forma y diseño”, permisividad que se traduce en fraccionamientos “inseguros, inaccesibles, que van a tener problemas para brindar los servicios públicos y sobre todo que atentan contra la seguridad de niñas y mujeres que en Colima, tanto en municipio como en el estado se tiene una alta percepción de inseguridad cuando caminamos por las calles”.
“Tenemos una ley de asentamientos humanos actualizada, tenemos reglamento, normas, tenemos gente capacitada, pero evidentemente la presidenta desde el primer día de este Cabildo manifestó que tiene un compromiso personal con los desarrolladores inmobiliarios, con las cámaras que desarrollan viviendas, para que sus procesos pasen rápidamente”, denuncia con claridad y contundencia la regidora incómoda a quien su compañero regidor fifí de su mismo partido, Jerónimo Cárdenas Ochoa, no secunda como debiera .
La arquitecta Méndez asegura que hay fraccionamientos autorizados por la alcaldesa carentes de calles con continuidad, “áreas verdes, sin zonas residuales, calles ciegas, en donde va a haber muros a lo largo de muchos metros, en donde niñas y mujeres van a tener que caminar en absoluta obscuridad y me parece que esas clases de autorizaciones pueden regresarse, tener mejores diseños, pero la rapidez de ese compromiso que ella tiene con este sector, va en contra de cuidar a la ciudadanía y me parece una incongruencia que el sentido de responsabilidad en seguridad que tenemos, todo el tema de prevención no lo estemos tomando en cuenta al momento de una autorización en lo que será la construcción nueva de espacios en la ciudad”, todo lo cual no le quita el sueña a una alcaldesa que ya anda en campaña por la gubernatura del estado a disputarse en 2027.
Le asiste la razón y le cabe todo el derecho a la regidora Méndez al señalar que los fraccionamientos autorizados por Moreno González privan al pueblo bueno del municipio de Colima de “espacios para hacer cohesión social, que es lo que más necesitamos justamente como sociedad, dejar de fracturarnos y que el espacio en donde vivimos sea un reflejo de la sociedad que queremos construir, porque la sociedad que estamos construyendo a través de los desarrollos inmobiliarios que se están autorizando evidentemente tienen el privilegio, el interés del fraccionador y no del interés de la sociedad”.
El impacto negativo a la seguridad vecinal en el entorno de los fraccionamientos a que se refiere Gisela, lo provoca la ausencia de transporte público que obliga a la gente a “caminar por lugares obscuros, donde se puede concentrar la basura, se hacen zonas insalubres, que son el día a día de las demandas ciudadanas, y es lamentable que no estemos aprendiendo de esos errores y autorizando esas condiciones en los nuevos desarrollos, solamente porque hay un compromiso de la presidenta por pasarle rápido el trámite a los fraccionadores”. Y sí, los compromisos para llegar al cargo, permanecer en él y saltar a la gubernatura del estado en 2027, tienen que honrarse, cumplirse, por parte de la alcaldesa a quien la suerte del pueblo bueno poco le importa.
Se dice que…
*“Por un compromiso personal y privado de la alcaldesa capitalina no se toma en cuenta el bien de la ciudadanía, pero sí el de los fraccionadores Seguiremos Señalando Irregularidades Del Ayuntamiento De Colima Para Aprobar Nuevos Desarrollos Inmobiliarios” :Gisela Méndez
* Otros regidores del mismo cabildo capitalino ven lo mismo que denuncia Gisela y más abusos de Elia Margarita, pero callan para no contrariarla ni provocar su malquerencia. Su permisividad se la cobrarán los electores la próxima vez que se les vuelvan a presentárseles como candidatos a lo que sea.