POR Luis Fernando Moreno Mayoral
En el PRI creen que pueden resurgir de las cenizas y ganar posiciones en el 2027.
Que alguien les diga que su credibilidad está por los suelos y que los agravios que infringió a los ciudadanos no se olvidarán tan fácilmente.
En el Revolucionario Institucional son maestros en el harakiri.
La Sala Regional de Toluca del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó quitarle la regiduría a Óscar Ávalos Verdugo para asignársela a una persona de la comunidad LGBT+.
La cuestión, sin embargo, es un tanto curiosa: resulta que la impugnación ante las autoridades electorales no la hizo Movimiento de Regeneración Nacional ni otro aspirante a la alcaldía de Tecomán, sino un abogado de la misma coalición Fuerza y Corazón por Colima.
La argumentación de los magistrados de la Sala Regional en Toluca fue confusa: aunque Óscar Ávalos encabezó la planilla a la presidencia municipal de Tecomán, dijeron los señores togados, la finalidad es equilibrar la representación en el Cabildo municipal de todos los grupos, como el de la diversidad sexual y de las mujeres.
El TEPJF está diciendo, tácitamente, que le retiró la regiduría a quien era el candidato a la presidencia municipal de Tecomán porque no es mujer ni parte de la comunidad lésbico gay.
Óscar Ávalos puede ser un político que no genere simpatías en algunos sectores de la sociedad, pero hablando de manera objetiva a él le correspondería la regiduría porque es quien encabezó la planilla y los votos que alcanzó le permiten ingresar al Cabildo 2024-2027.
Los argumentos que utilizaron los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no se sostienen en ninguna ley; lo más probable es que, si decide impugnar la decisión ante la Sala Superior del TEPJF, le regresen la regiduría al empresario tecomense.
El problema, sin embargo, es que el agravio de la coalición PRI-PAN está hecho y es posible que Óscar Ávalos, como ya lo intentó en su momento, ahora sí se pase a las filas de MORENA por la trastada que le intentaron hacer.
Y si a eso le sumamos que el PRI y el PAN desean imponer a uno de los suyos como el candidato al gobierno del Estado en el 2027, no queda más que augurar con tiempo de anticipación la ruptura de la coalición.
La ambición está consumiendo al PRIAN y lo más seguro es que no tendrán oportunidad de competir dentro de tres años.