PRI y PAN, destinados a su extinción

POR Jorge Octavio González

Después de las elecciones del pasado 2 de junio, en donde la aplanadora de Movimiento de Regeneración Nacional y sus aliados obtuvo el voto de la mayoría de los mexicanos, algunos en el PRI y en el PAN comenzaron a difundir una narrativa peligrosa para su sobrevivencia como partidos.

Y es que, en lugar de reflexionar por qué la gente los rechazó y decidió por la continuidad de lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó la cuarta transformación, los que conformaron la alianza Fuerza y Corazón por México optaron por recriminar a quienes, a través de las urnas, eligieron a los que integraron la coalición Seguimos Haciendo Historia.

No sólo fue Dolores González Meza, la sempiterna secretaria general de la sección 30 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, la que descaradamente pintó su raya con quienes votaron por MORENA, sino políticos como Óscar Ávalos Verdugo y otros más que, ciertamente, creen que perdieron únicamente por los programas sociales.

Ya se dijo, en un estudio que publicó El Financiero a días de las elecciones de junio, que la mayoría de la gente que no recibía apoyos sociales votó mayoritariamente por Claudia Sheinbaum y los candidatos de MORENA, PT y Verde Ecologista.

Quienes, de acuerdo al mismo estudio, sí recibían los programas sociales, votaron en menor medida por la candidata oficialista.

Esto, ciertamente, desmiente uno de los mitos que hasta el propio Mario Anguiano Moreno, ya en sus cinco sentidos, declaró ante medios de comunicación, como es el hecho de que los apoyos de los programas sociales fueron determinantes para que los abanderados del partido de AMLO ganaran, cuando hay, por supuesto, cientos de factores más por los que la gente tomó esa decisión en lugar de darle la oportunidad a los partidos de siempre que ya demostraron que sólo saben robar y hacer negocios al amparo del poder.

Pero la narrativa, respaldada por unos cuantos que también se llevaron por el odio y rencor, es incorrecta y, sobre todo, injusta: no pueden despreciar a la gente así como así y decir que, como votaron por MORENA y sus aliados, entonces que ahora se rasquen con sus propias uñas cuando tengan algún problema.

Dolores González Meza lo dejó muy en claro: si el trabajador ve que no existen las condiciones para realizar una cirugía —y esto, desde luego, engloba hasta que no haya una gasa, por decir— se negará a participar y enviará un oficio al director para deslindarse de cualquier responsabilidad laboral y penal.

Y obvio: si el paciente se muere por no haberse realizado la operación, dijo la secretaria general de la sección 30 del SNTSA, que le reclamen al gobierno del Estado.

El candidato perdedor por la alcaldía de Tecomán salió en el mismo tono: “el pueblo tiene el gobierno que se merece”, que es, añadió, “a favor de la falta de medicamentos, de la inseguridad, de los desaparecidos, de los feminicidios”.

La narrativa que adoptaron los políticos perdedores en las pasadas elecciones, molestos porque la gente no votó por ellos aun cuando los apoyaron con dinero y gestiones, es peligrosa, pero, además, cruel e indolente.

Decir que ya no van a apoyar a la gente que votó por MORENA porque “tienen el gobierno que se merecen” es, sin embargo, no entender que la sociedad necesita un plan de gobierno viable y apegado a la realidad, no sólo un discurso de odio en contra de las autoridades.

Esperemos que, en los próximos días, no salgan más políticos del PRI y el PAN a decir lo mismo que Dolores González Meza y Óscar Ávalos Verdugo, porque, de ser así, pueden estar seguros que la gente seguirá votando igual y manifestará su repudio en las urnas por indolentes, sinvergüenzas y soberbios.

Quien sea que haya diseñado esa estrategia sólo los está empujando a su extinción.

A lo mejor ese es el objetivo.