POR Jorge Octavio González
En este proceso electoral el PRI ha venido dando clases de moralidad y ha cuestionado a los demás partidos por no respetar la ley e incurrir en actos que podrían tener repercusiones penales.
El colmo del cinismo, sin embargo, radica en el hecho de que uno de los que más ha pedido que se respete la ley es el septuagenario dirigente estatal del PRI en la entidad, Arnoldo Ochoa González, justo el que se niega a pagar salarios caídos a trabajadores del otrora partidazo que corrió como viles animales.
Y es que, le guste o no al porro de la tercera edad, tenga dinero o no, lo cierto es que los tribunales en materia laboral ya determinaron que la actual dirigencia estatal del Revolucionario Institucional debe pagar los salarios caídos de los empleados que resistieron hasta el final para ser recompensados justamente, no la miseria que les dieron a los que sí aceptaron los finiquitos desde el principio.
¿No que la ley es la ley? ¿O la ley sólo se debe aplicar en los bueyes de mi compadre? Si la ley es la ley dónde está el dinero que debe pagarle a las personas que estuvieron en el PRI hasta por 20 años. ¿Dónde está el principio de legalidad y el respeto al Estado de Derecho? ¿No tendría, sólo por el hecho de que perdió el laudo, iniciar los pagos para cumplir con lo ordenado?
La ley no es la ley cuando se trata de cumplirla en el PRI. Y eso ya quedó perfectamente claro.
Las lonas de los candidatos en los camellones de las principales avenidas de la ciudad de Colima, por ejemplo, son otro botón de muestra del incumplimiento de la ley; de acuerdo a los mismos priístas y voceros que repiten como loros que se debe respetar la ley, los candidatos tienen prohibido poner su propaganda en equipamiento urbano, como lo son los camellones.
En PXPress, desde el lunes 15 de abril, hemos estado documentando la serie de ilegalidades en que incurren los abanderados de la alianza Fuerza y Corazón por México justamente por desobedecer la ley electoral.
Riult Rivera y Carlos Antonio Cárdenas Roque, candidatos del PRIAN a la presidencia municipal de Colima y a la diputación local por el Distrito II, respectivamente, tapizaron de lonas las avenidas 20 de Noviembre y De los Maestros, en la ciudad capital.
Crispín Guerra Cárdenas, candidato de Acción Nacional y Revolucionario Institucional a la diputación federal por el Distrito I, también tapizó de propaganda la Avenida Tecomán, en Colima, a unos metros de la Fiscalía General del Estado de Colima; la cuestión en este caso es que, según se documentó en este medio, la mayoría de las lonas que estaban colocadas en el camellón, desde donde está el edificio de la CMIC Colima hasta donde está la empresa refresquera Coca-Cola, fueron desatados de los árboles y tirados por gente que aún no se sabe quién es.
Ayer martes, importándoles un rábano la ley electoral de Colima, de nueva cuenta el mamonazo y pedante Carlos Roque inundó de propaganda el camellón de la 20 de Noviembre, alcanzando la cifra, sólo en ese sector, de más de 30 lonas. Y aquí la pregunta obligada: ¿ladrónde, Roqueta? El Instituto Electoral del Estado de Colima debe fiscalizar esa bestial cantidad de lonas que ese sujeto coloca todos los días en las principales avenidas de la ciudad capital.
¿Otro ejemplo más de que en el PRIAN les encanta violar la ley?
Este es el colmo del cinismo:
La Red Estatal de Personas Ciegas exhibió la miseria humana del candidato del PRI y el PAN a la diputación local por el Distrito IV, César Abelardo Rodríguez Rincón, por hacerse pasar por invidente para obtener la nominación como parte del grupo prioritario.
César Alexandro Castillo, dirigente de la agrupación de invidentes en Colima, dijo que el certificado médico que acredita la discapacidad visual del priísta, expedido el pasado 12 de marzo por el IMSS, lo firmó el doctor Manuel Velázquez Ramírez, que va en la segunda posición como regidor en la planilla de la candidata a la presidencia municipal de Comala, Verónica Fermín, ¡por el PRIAN!
Así son en el PRIAN: tramposos…y además sinvergüenzas.