POR Bibiano Moreno Montes de Oca
El año nuevo 2023 no pudo haber comenzado de mejor manera en el estado de Colima (a nivel nacional igual: no será presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación la plagiadora y farsante Yasmín Esquivel Mossa), al dar a conocer la buena nueva, urbit et ornit, el propio Locho Morán Sánchez, que hasta fines del 2022 fue el dueño del MC (Movimiento Ciudadano): por fin deja el control del partido al que explotó sabrosamente durante tres campañas político-electorales, queriendo aparentar ser diferente, sin serlo, como lo presumen los morenacos.
En su cuenta de Facebook señaló el tipo lo siguiente: “Les comparto que he tomado la decisión de dejar, a partir del 1 de enero del 2023, la Coordinación Estatal del Movimiento Ciudadano en Colima. Agradezco al Senador Dante Delgado su amistad, confianza y apoyo permanente que desde mi llegada a esta fuerza política he recibido de su parte; de la misma forma agradezco a quienes conforman la Coordinadora Ciudadana Estatal la confianza otorgada a mi persona, así como a todas las personas que simpatizan o forman parte de este Movimiento a nivel nacional como local. ¡¡¡Muchas gracias!!!”.
Dejar el control absoluto del MC no es, ciertamente, una decisión tomada con convicción por parte del dueño de la franquicia durante años, sino forzada: no se explica de otra manera que, a las primeras de cambio, el primero en levantar la mano para sustituir a Locho Morán sea el diputado Ignacio Vizcaíno Ramírez, que de un tiempo para acá asumió una posición de real oposición en un Congreso del Estado en el que la mayoría, encabezada por Morena, se mantiene postrada ante el Poder Ejecutivo del que son sumisos empleados, cuando realmente son pares. Así, si Nacho Vizcaíno quiere ser dirigente estatal, no es precisamente con el aval del que fuera su “guía moral y espiritual” durante años.
Como se recuerda, dizque en aras de “la gobernabilidad”, el MC se unió –con sus dos diputados— en la LX Legislatura local al coro de los matraqueros de Indira Vizcaíno Silva, con la evidente complacencia del dueño de La Barata Permanente, que al haber entregado a sus dos tribunos supuso que salvaría su pellejo por los malos manejos y pésimas cuentas que dejó en el Ayuntamiento de Colima (en el periodo 2018-2021), y así evitar ser sentado en el banquillo de los acusados por la Fiscalía General de Justicia, la Fiscalía Anticorrupción y por el Poder Legislativo en el que se promovió en su contra un juicio político que actualmente duerme el sueño de los justos.
Si bien la diputada Glenda Yazmín Ochoa sigue entregada en cuerpo y alma a la causa cuatrotera, su homólogo Nacho Vizcaíno por lo menos se quitó el bozal que le impedía actuar libremente en el sumiso y abyecto Congreso del Estado, con su mayoría morenaca. Por tanto, al haberse salido del huacal, está claro que ese tribuno ya no obedecía a las consignas del ex dueño del MC, algo con lo que sin duda estarán de acuerdo a nivel central, donde se supone que la línea es anti Morena. Sin embargo, como bien lo reconoce el legislador, la decisión de designar al nuevo dirigente es de la dirección nacional, no local.
A este respecto, es conveniente destacar que, si de méritos se trata, hay otros con mejores cartas credenciales que Nacho Vizcaíno, que por primera vez incursiona en la política activa con el disfraz de ciudadano. Hay otro nombre para sustituir con decoro y dignidad al renunciado Locho Morán, pero que no es el de Héctor Insúa García, ex presidente municipal de Colima que prácticamente dejó tirado el cargo de regidor en la administración 2018-2021, pero al que el propietario de La BarataPermanente premió con la dizque coordinación de su campaña a la gubernatura del estado en la elección del 2021.
El sucesor ideal de Locho Morán en el MC es el profesor Federico Rangel Lozano, quien ya fue presidente del PRI en el municipio de Colima y presidente del CDE del otrora partido mayoritario, es decir, en materia de trabajo partidista el maestro no es ningún improvisado. Al trabajo de partido se suma la trayectoria como líder de la Sección 39 del SNTE, secretario de Educación del Gobierno del Estado, dos veces diputado local y dos veces regidor de la capital del estado, cargo en el que actualmente se desempeña. En el panorama del MC no se ve mejor candidato a encabezarlo que Federico Rangel. Pero, claro, será la dirección nacional la que decida sobre el particular.
Como quiera que sea, el cambio de directriz del MC en Colima es saludable por donde quiera que se le vea. Al contrario de un Locho Morán cerrado, sectario, paranoico, egocéntrico, desconfiado y que sólo se quiere a sí mismo, con el que no existía la menor posibilidad de tener entendimiento político alguno con sus hipotéticos aliados, cualquiera otro que quede al frente tendrá que asumir que es necesaria una alianza con PRI, PAN y PRD en los comicios del 2024, donde los emecistas no tendrán nada por hacer si van solos y su alma y buscan enfrentar a la maquinaria de Morena en 2024.
Aunque la revocación de mandato podría aplicarse en el 2025 al nefasto indirato que padecen los colimenses, en 2024 se le podría adelantar esa figura a la Gobernadora Altozano echando a patadas del Congreso del Estado a la mayoría morenaca y compinches, lo cual podrá llevarse a cabo sólo si se da una alianza amplia con candidatos competitivos, en la que a Morena no le quede margen de maniobra para sus trampas, triquiñuelas y demás parafernalia a la que recurrirá con tal de quedarse en el poder por tiempo indefinido.