POR Jorge Octavio González
En MORENA están aterrorizados por el trabajo de Margarita Moreno y su cómoda posición en todos los estudios de opinión pública; ni siquiera la gobernadora tiene esos niveles de aceptación ni por equivocación.
¿Qué es lo que están haciendo para evitar que la presidenta municipal siga creciendo en el ánimo de los colimenses?
Revivieron una denuncia que estaba archivada en la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, dependiente del mini fiscal y protector de narcos, en donde ninguno de los últimos titulares ha trabajado en serio en el combate a la corrupción en la entidad, sino que, más bien, se han dedicado a solapar a los que han violado la ley los últimos años.
¿Y cuál creen que, de todas las denuncias que están durmiendo el sueño de los justos, están utilizando para el golpeteo político? El que tiene que ver con el ex secretario de Planeación y Finanzas de la pasada administración, Carlos Arturo Noriega García, que se fue del cargo el 30 de marzo del 2021, meses antes de que se diera a conocer el desastre financiero que le tocó administrar a Santiago Chávez, Marina Nieto Carrasco y Valeria Pérez Manzo, ésta última la más cobarde por irse cuando estaba en proceso uno de los pagos a los trabajadores del gobierno del Estado que, por miedo a comparecer ante el Congreso del Estado, decidió renunciar y dejar que el próximo titular iniciara de ceros el procedimiento de pago.
¿Dónde están las denuncias por el impago en contra de esos secretarios de Planeación y Finanzas que, ellos sí, fueron los que firmaron todas las decisiones que llevaron al despido injustificado de cientos de empleados, incluso de base, que llevaban más de 10 ó 20 años trabajando en el gobierno del Estado?
Carlos Noriega, con todo lo que se puede decir de él y del manejo que hizo de las finanzas del Estado, no es el responsable del desastre sucedido a mitad del año 2021, sino de Santiago Chávez, Marina Nieto y Valeria Pérez; el más claro ejemplo de lo anterior es que todas las cuentas públicas de Noriega García como secretario fueron aprobadas por el Congreso del Estado menos la del 2020 por otro tipo de cuestiones.
El problema, sin embargo, no es que quieran imputar a Carlos Noriega por las denuncias que interpusieron en la Fiscalía Anticorrupción; el problema es que se está utilizando el expediente para amedrentar a Margarita Moreno, en estos momentos el cuadro priísta mejor posicionado de todos los políticos de la entidad, incluso de MORENA, que fácilmente puede ganar su relección en el 2024 como presidenta, así pongan desde Casa de Gobierno a Viridiana Valencia Vargas o a cualquiera que esté en el ánimo de los dueños del partido en el momento de las definiciones políticas.
¿Dónde está la denuncia, por ejemplo, en contra de Leoncio Morán Sánchez, por el desvío de las cuotas de los trabajadores al IPECOL, ocasionando un daño a la hacienda municipal por más de 50 millones de pesos, de acuerdo a las denuncias interpuestas por el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Colima? Como es aliado, MORENA le da impunidad.
Es tan burdo el montaje que en los otros casos, como por ejemplo en el de José Ignacio Peralta Sánchez, el atarantado presidente de la Comisión de Responsabilidades del Congreso del Estado, Armando Reyna Magaña, fue capaz de decir la idiotez de que ni siquiera se había notificado al ex gobernador porque no sabía dónde vivía. ¡Así de imbécil el sujeto que pretende ser candidato a la alcaldía de Tecomán!
Todo esto es orquestado desde el gobierno del Estado, maquinado por los diputados oficialistas de MORENA y difundido a través de trascendidos por dos medios afines a la administración estatal y que tienen familiares en las áreas de la Oficina de la Gobernadora.
En Movimiento de Regeneración Nacional pueden proceder como se les plazca, inclusive imputar al diputado, desaforarlo y meterlo a la cárcel; eso no le quitará el revanchismo de los morenistas que saben que no podrán ganarle a la buena a la alcaldesa de Colima, que se mantiene por encima de todos los cuadros de MORENA en las preferencias electorales.
No les preocupa, en el fondo, el 2024, sino el 2027.