POR Jorge Octavio González
El descaro de Indira
Otro error de los chicos de comunicación social, aunque no se sabe si ya se le puede achacar a Miguel Salazar Abaroa o todavía al empresario Miguel Ángel Vargas Vaca, fue el discurso incendiario que dio la gobernadora Indira Vizcaíno Silva y que pasó totalmente desapercibido el pasado 31 de agosto.
Ese día, el último del mes, la mandataria presidió, en la Décima Región Naval en el puerto de Manzanillo, la segunda sesión ordinaria del Consejo Estatal de Seguridad Pública; ahí estuvo Clara Luz Flores, secretaria Ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Clara Luz Flores, sólo para contextualizar, es la candidata perdedora a la gubernatura de Nuevo León en el 2021; fue acusada entre muchas otras cosas de pertenecer a la secta sexual del depredador Keith Raniere, fundador de NXIVM, a quien dijo no conocer, pero a los días se publicó un video en donde la ex priísta hablaba con toda la confianza del mundo con el sujeto. Mentirosa, pues.
Tal vez porque los une algo en común, no propiamente pertenecer a una secta sexual sino por lo mitómanas, cínicas y sinvergüenzas que son, Indira Vizcaíno se envalentonó y comenzó a decir que “hoy, más que nunca, Colima necesita de unidad para hacer frente común contra quienes buscan arrebatar la tranquilidad”.
¿Quiénes son los que, según la gobernadora, buscan arrebatar la tranquilidad? No lo dijo.
Invitó a quienes ejercen alguna responsabilidad pública a abordar el tema de la seguridad y recuperación de la paz pública con neutralidad política y sin fines políticos; sin pensar en evaluaciones personales anteponiendo el objetivo de que la gente esté segura.
De nueva cuenta: ¿quiénes son, a su ver y entender, aquellos con responsabilidad pública (funcionarios de su administración no; tal vez se refiera a los diputados) que deben abordar el tema de la seguridad sin fines políticos? Tampoco los refirió por nombres.
“Que se entienda que todo lo que no sea neutralidad política es mezquindad política”, sentenció. ¿Mezquindad política? Si fue ella, cuando buscaba la gubernatura del Estado, la que, a través de sus redes sociales, utilizaba el tema de la inseguridad para golpear al gobierno saliente y ganar adeptos a su causa. Hipócrita.
Peor lo más cínico fue lo que dijo al final: “Indira Vizcaíno aseguró que no lograrán sus propósitos quienes apuestan al desgaste del gobierno, aprovechan el dolor de las familias colimenses para generar rumores, sembrar noticias falsas y que apuestan al descrédito y no tienen empacho en dificultar el actuar de las instituciones”.
¿Quiénes apuestan al desgaste del gobierno? Desgastado está; no se requiere mucho para exhibir las torpezas que a diario se comenten en la administración estatal.
¿Quiénes aprovechan el dolor de las familias colimenses para generar rumores y noticias falsas? Las noticias falsas, en la mayoría de los casos, provienen de sus medios afines a los que ordenan publicar alguna información para desviar la atención.
Un claro ejemplo es cuando el júnior hijo del diputado Armando Reyna Magaña, en total estado de ebriedad y manejando a exceso de velocidad, provocó un choque con un taxi, provocando la muerte inmediata del conductor Carlos Castillo. En aquella ocasión, desde la coordinación de Comunicación Social, se envió una nota en donde decían que el conductor del vehículo no venía a exceso de velocidad, nunca huyó del lugar y no estaba alcoholizado.
Miserables, en lugar de ponerse del lado de las víctimas, el medio decidió respaldar al poderoso para que el hijo de un legislador no fuera condenado conforme a derecho.
Las noticias falsas, que no se olvide, provienen en su mayoría de los medios al servicio del gobierno para controlar la narrativa política del momento. Otra hipocresía y cinismo de Indira Vizcaíno.
Ese discurso, que no se transmitió en vivo, no tuvo la repercusión deseada; o tal vez por las falacias que decía es que los chavorrucos de comunicación social del gobierno del Estado decidieron ocultarlo.
Lo malo, sin embargo, es que no pueden ocultar la información todo el tiempo. Indira Vizcaíno tuvo la desfachatez de llamar mezquinos a quienes abordan el tema de seguridad; cuestionó a los que se aprovechan del dolor de las familias para sembrar noticias falsas; y pidió que sean neutrales cuando hablen sobre temas sensibles de la administración.
Qué sinvergüenza. Qué descarada. Mitómana.