POR José Luis Santana Ochoa
Las impugnaciones a la clara, contundente e inobjetable victoria electoral que 26 mil 417 electores del municipio de Colima le otorgaron el domingo 2 de junio de 2024 al panista Riult Rivera Gutiérrez para que los sirva a ellos y a todos su habitantes como su alcalde los próximos tres años, por el dueño de la franquicia del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, comandante Arnoldo Vizcaíno Rodríguez; y el tramposo delegado del Partido “Fosfo-Fosco” que resultó un “Fiasco-Fiasco”, Benjamín Alamillo González, a todas luces carecen de lógica y de sustento, de razón de ser, sólo obedecen a los afanes protagónicos de ambos personajes de la picaresca política local empecinados en seguir revolviendo las aguas poselectorales para ver qué pescan.
Para Arturo León Alam, Secretario General del Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento de Colima, “aunque están en su derecho de presentar las impugnaciones (Arnoldo y Benjamín), queda claro que la campaña de Riult Rivera fue de propuestas, limpia, ordenada y austera. Las decisiones están tomadas. Esta campaña fue de acercamiento con la población, de propuestas y, posteriormente, de resultados en la elección, considero que estas impugnaciones no van a revertir la elección y lo que el pueblo de Colima expresó en las urnas se tiene que respetar”.
“La elección ya terminó, el pueblo de Colima ya decidió, así como decidió mayoritariamente por los candidatos de Morena, en Colima y Villa de Álvarez decidieron por la coalición que representó a la maestra Esther Gutiérrez y a Riult Rivera, así como a Sofi Peralta… las decisiones están tomadas y creo que el pueblo de Colima refrendaría esas decisiones y creo que lo único que generaríamos es más gasto que el pueblo de Colima necesita para obras y servicios”, sentencia el líder sindical.
“La campaña del presidente municipal electo de Colima, Riult Rivera, se desarrolló en todo momento en el marco de la ley, y cada uno de sus actos proselitistas estuvieron apegados a Derecho, como dan constancia todos los medios que dieron puntual cobertura a las acciones del abanderado de la coalición Fuerza y Corazón por Colima”, expresó con claridad y contundencia el síndico municipal capitalino con licencia, ex coordinador general de la campaña del ahora alcalde electo y diputado local electo, Jesús Alberto Partida Valencia.
Tiene razón Parida Valencia al afirmar que “las candidatas perdedoras (Azucena López y Elia Margarita Moreno González) están en su derecho de recurrir a las instancias jurisdiccionales que consideren convenientes, pero el triunfo de nuestro alcalde electo, Riult Rivera, es inobjetable e incontrovertible, pues obtuvo la alcaldía de Colima con la mayoría de los votos al haber sumado 28 mil 650 sufragios, con una campaña que estuvo siempre apegada a Derecho”.
También, cuando precisa que “el alcalde electo Riult Rivera, a diferencia de sus adversarias políticas, desde su registro como candidato ante el Instituto Electoral del Estado de Colima cumplió con todos los requisitos que establecen las leyes electorales, y fue el único que realizó una campaña de propuestas serias y bien documentadas, además de su real cercanía con todos los sectores de la población del municipio para escucharlos y atenderlos”.
Jesús Alberto Partida Valencia coincide con Héctor Arturo León Alam cuando reconoce que las candidatas derrotadas (Azucena López y Elia Margarita Moreno González) pueden recurrir a las instancias que consideren convenientes, “pero la Coalición PAN-PRI que postuló al hoy alcalde electo ya tiene el equipo jurídico trabajando para dar respuesta puntual a cada uno de los puntos de las controversias presentadas ante el TEE, porque bajo ninguna circunstancia permitiremos que pretendan ganar en tribunales lo que no supieron ganar con el voto mayoritario de la gente”.
EL ACABO
“La señora (Elia Margarita Moreno González) perdió y ya no hay vuelta de hoja; lo que sigue para ella y su equipo es cobrar venganzas personales y arreglar las cuentas antes de irse”: Luis Fernando Moreno Mayoral. PxPress.
No son de culpar quienes “no quisieron correr una aventura que estaba destinada al fracaso desde el momento en que la presidenta mintió descaradamente sobre su renuncia al PRI y el deslinde de actividades partidistas”, sino sus “asesores” que la desbarrancaron.