POR PXPress
EN EL COLIMA DE LAS MARAVILLAS de Indira Vizcaíno Silva se puede perpetrar una masacre en el CERESO por los acuerdos incumplidos de la gobernadora con las organizaciones criminales y no pasa nada; la respuesta de la inútil Fiscalía General del Estado de Colima es, después de meses de “ardua” investigación, vincular a proceso a dos sujetos que ya estaban encerrados en el penal. Se puede denunciar el aumento de hasta el 70% en el sueldo de la gobernadora y su círculo más cercano y, de igual manera, no pasa nada; hasta después de las críticas en redes sociales, en un cambio de opinión de la mandataria, se anunció el revés en los incrementos, aunque hasta la fecha no se ha probado que en realidad ya no ganan más. Se puede asesinar a hombres, mujeres, niños y atacar bares sin que las autoridades detengan a los responsables; lo más que ofrecen es una conferencia con el mafioso Gustavo Joya Cervera para justificar los crímenes, diciendo que pertenecían a células delictivas o que no eran daños colaterales porque los ataques eran directos hacia su persona. Lo que no se puede, sin embargo, es cuestionar el vestido que usó la gobernadora en la ceremonia del Día del Grito de Independencia. Así es: después de las críticas que recibió en redes sociales acerca del atuendo que utilizó la noche del 15 de septiembre, Indira Vizcaíno emitió un escueto comunicado en su Facebook y Twitter para reconocer al diseñador colimense Carlos Pineda “por el hermoso vestido que me permitió que me acompañara anoche”. ¿Algo del ataque de sicarios al bar La Sinvergüenza? ¿Algo sobre la mujer asesinada en la colonia Del Valle? ¿Sobre los balazos a la fachada de un bazar en El Zalatón? ¿Acerca de la pareja ultimada en Manzanillo? ¿Y del ejecutado en Comala? Nada. Pero eso sí: las críticas al vestido, para Indira Vizcaíno, son imperdonables; por eso añadió: “vivamos sin miedo, sin misoginia, sin machismos, sin que nos objetivicen… Vivamos libres”. Como si manejara el humor negro, la frase “vivamos sin miedo” se le regresó como un búmeran. El sábado 17 de septiembre, mientras se vivió uno de los días más violentos de los últimos meses en Colima, la mandataria estatal se encontraba en la Ciudad de México en el tercer Congreso Nacional Ordinario de MORENA, en donde, en contra de los estatutos de Movimiento de Regeneración Nacional, se reeligieron Mario Delgado Carrillo y Citlali Hernández Mora, argumentando que “las y los congresistas nacionales aprobaron extender la vigencia de las funciones de quienes ocupamos la Presidencia y la Secretaría General hasta octubre de 2024 con el fin de garantizar que el partido continúe de manera ininterrumpida las tareas de organización durante los procesos electorales de 2023 y 2024”. Ese mismo sábado, mientras Indira Vizcaíno se tomaba fotos y reía con Claudia Sheinbaum, Marina del Pilar, Evelyn Salgado, la delincuente electoral Delfina Gómez, Alfonso Durazo, entre otros, en Colima asesinaron a dos mujeres, una de ellas adolescente, en Prados del Sur, en la ciudad de Colima. ¿Dijo algo? Nada. Ese día encontraron el cadáver de un hombre maniatado en un predio de Los Limones. Silencio de la gobernadora. Más tarde asesinaron a balazos a un sujeto en la colonia Gregorio Torres Quintero, en Colima. ¿Y de eso? Ni una sola palabra. En Rancho Blanco, en Villa de Álvarez, balearon la fachada de una casa de la calle Elisa Chávez Polanco. ¿Indira dijo algo al respecto? Nada. Por la noche asesinaron a un sujeto en la colonia Placetas, en la ciudad capital. ¿Sobre esto? Tampoco. Y esa misma noche, pero en Villa de Álvarez, también fue ejecutado un hombre a balazos. Sobra decir que la gobernadora ni siquiera se dio por enterada. La mañana del domingo, sin embargo, unos sujetos balearon una vivienda en la calla Amapola, de la colonia Lázaro Cárdenas. ¿Indira? Tal vez ni estaba despierta todavía. Horas más tarde en la colonia Nuevo Milenio unos sujetos atacaron a balazos a dos personas y los dejaron con heridas de gravedad. ¿Algún comunicado oficial? Cero. En Villa de Álvarez, en la colonia Emiliano Zapata, ejecutaron a un individuo a balazos. Lo de siempre: nada. Y para cerrar el fin de semana violento, hubo un ataque en la Juan José Ríos, en Villa de Álvarez, cerca de una iglesia y cancha de usos múltiples, dejando dos personas muertas. ¿Algo al respecto? Seguro la gobernadora y sus funcionarios del área de seguridad ya estaban dormidos. A ver qué dicen mañana. La gobernadora Indira Vizcaíno, como ha hecho en otras ocasiones, puede decir que para los temas de seguridad tiene a su siniestro vocero de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz y la Seguridad de Colima; sin embargo, ni siquiera en estos días de terror asomó la cabeza Gustavo Joya para al menos hacer el conteo oficial de los muertos del fin de semana. Pero no se trate del vestido que usó la mandataria estatal la noche del 15 de septiembre porque ahí sí se indigna ella, saca un comunicado y salen las oficiosas que nadie llamó a defenderla, tratando de congraciarse con la gobernadora, como la deudora Conny Lozoya Baeza, quien pidió a las mujeres a “ser sonoras”, exhibiendo su ignorancia, pues debió decir “a ser sororas”. El problema, como bien se dijo en redes, no es el vestido; es la indolencia, el cinismo, el vacío de autoridad que hay en Colima y que tiene a la entidad en un vilo por la ola de violencia y terror que se vive todos los días. No se confundan: no es ataque misógino; es hacerle ver a la gobernadora que está para trabajar y no para defender su vestido ni para irse a los actos de su partido a ver cómo pisotean la ley y se reeligen corruptos e impresentables como Mario Delgado y Citlali Hernández. Nada más, pero tampoco nada menos…
ANTES DE LLEGAR A LA DIRECCIÓN del Incode, Sergio Jiménez Bojado era el dirigente estatal de Morena en Colima, donde respondía a los intereses de Claudia Valeria Yáñez Centeno y Cabrera, a la sazón diputada federal y fuerte aspirante para convertirse en la candidata a la gubernatura del estado, proyecto en el que perdió la partida frente a la ambiciosa Indira Vizcaíno Silva. En los hechos, Jiménez Bojado se la jugó con la exlegisladora, pero al haberse disciplinado ante el clan de los Vizcaíno, le tocó premio en el chiquigabinete ampliado del indirato. Por esa razón es que llegó a ese cargo nuestro héroe, que como responsable del deporte en la entidad salió muy bueno como mecánico. El hecho de enviar a determinado cargo a alguien que no tiene el perfil y ni siquiera le pone ganas, es muy propio de los nuevos ricos de la política, pues el requisito para desempeñarse en alguna responsabilidad oficial es el de garantizar 90 por ciento de lealtad y 10 por ciento de capacidad. En el Incode no podía ser la excepción con un Jiménez Bojado que es experto en disciplinas como levantamiento de tarro, lanzamiento de jaibolina y barra libre, pero no en las deportivas, pues lo suyo es la grilla y estirar la mano cada quincena. Como es de suponer, con este tipo de fósiles de la política sería muy difícil que se pudiera hacer algo en el deporte, en virtud de que el tipo no atiende ni siquiera los problemas más inmediatos que existen entre el personal, mucho menos los de apoyar la importante área. Así, resulta que alrededor de un centenar de trabajadores, entre entrenadores, promotores y deportistas de alto rendimiento no han recibido sus sueldos o becas por parte del Gobierno del Estado desde mayo del año pasado, es decir, desde la administración encabezada por Nachito Peralta Sánchez. Concedemos que ese problema de falta de pago se generó en el gobierno anterior, pero en el casi año del de Indira Vizcaíno ningún funcionario ha movido alguno de sus varios dedos a favor de esa gente que ya no sabe qué hacer para llevar algo de comer a su familia. El caso es que el tema se le ha presentado en dos ocasiones directamente a la gobernadora en los llamados Diálogos Comunitarios, donde ella le ha pasado la bolita ¡a Jiménez Bojado!, quien no ha hecho absolutamente nada desde el inicio ni le interesa hacerlo, pues el tipo tiene animadversión por su gente y ya se cansó del cargo, del que sólo espera que nombren a su relevo. El asunto ha llegado también a manos de la secretaria General de Gobierno, Guadalupe Solís Ramírez, que no ha logrado nada. Eso sí: la Gobernadora Altozano se reunió hace unas semanas con su subordinado, donde ella presumió que “los y las deportistas de alto rendimiento tendrán todo lo que requieran para llegar tan alto como sus talentos y disciplina se lo permitan”. Lo anterior, obvio, no deja de ser pura palabrería, pues los casi cien trabajadores y becarios no han recibido ningún tipo de respaldo, lo cual no ha impedido que hagan su trabajo en favor del deporte colimense. Una entrenadora que no ha recibido su paga en el Incodis se quejó amargamente, al tiempo que resumió todo en una frase muy certera: “Necesitamos ayuda para que nos escuchen y nos atiendan. El deporte es el mejor antídoto para erradicar los malos hábitos sociales”. Dicho lo anterior, sería bueno saber si Indira Vizcaíno ya va a tomar en serio su papel y, por fin, se va a poner a trabajar en serio en lo que es su responsabilidad como gobernadora. La mejor noticia para el deporte colimense sería que, aparte de anunciarse el relevo del chambón Jiménez Bojado, se diera a conocer que ya van a pagarles a los entrenadores, promotores y deportistas de alto rendimiento que siguen trabajando por puro amor a la camiseta.
EN EL COLMO DEL CINISMO, la señora Alexa González acaba de informar que la Fiscalía General del Estado de Colima pretendía culpar a su finado esposo, el taxista Carlos Castillo, del accidente donde murió. Increíble desfachatez que el mini fiscal se haya hincado (dicen que es su posición favorita) para limpiar la imagen del hijo alcohólico e irresponsable de Armando Reyna, quien, en estado de ebriedad, manejando a exceso de velocidad, provocó el accidente donde falleció la persona en cuestión, huyendo del lugar como el vil cobarde que es. Lo que también informó es que los abogados que la están ayudando lograron tumbar la decisión de la Fiscalía, con un juez de control, por lo que todavía hay una esperanza de que se haga justicia y a ese júnior lo refundan en la cárcel. Abundaremos al respecto.
TENEMOS QUE HACER LA PREGUNTA porque estamos con el pendiente. ¿Alguien sabe qué es lo que hace en la coordinación de Comunicación Social el pendenciero Miguel Ángel Salazar Abaroa? Dicen que es como el niño Dios: todos saben que existe, pero nadie lo ha visto.