POR Jorge Octavio González
Ha quedado demostrado que los gobiernos de la 4T no quieren rendir cuentas a la sociedad ni transparentar sus contratos y proveedores a la opinión pública.
Andrés Manuel López Obrador, según los dichos del secretario de Gobernación en una reunión con diputados de MORENA, quiere que el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) quede inoperante.
“Sería nuestro mundo ideal”, se escucha decir a Adán Augusto López Hernández, que estaba repitiendo las palabras del presidente de la República al respecto: el mundo ideal, el de López Obrador, el de la Cuarta Transformación, es la opacidad, la no rendición de cuentas y la clasificación de la información o la reserva de éste para diez o veinte años más.
También agregó que ellos, los de MORENA y el gobierno federal, no tienen prisa por nombrar a los comisionados que faltan en el INAI para que funcione correctamente; en estos momentos está inoperante porque faltan tres comisionados de 7 que deben ser.
El Senado de la República logró nombrar dos, con lo que ya podría funcionar; sin embargo, en uso de sus facultades constitucionales, Andrés Manuel López Obrador los vetó porque, según él, se habían repartido entre MORENA y el PAN uno y uno.
Lo cierto, sin embargo, es que la línea de Palacio Nacional a sus legisladores tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores es clara: no nombrar a un solo comisionado del Instituto Nacional de Transparencia para que quede inservible y no pueda sesionar para destrabar las más de dos mil solicitudes de información que están pendientes de dictaminar.
Los más alegres de esta determinación son los gobiernos corruptos que desean mantener en la opacidad la información que se les solicita; los grandes perdedores son la sociedad en general, la ciudadanía que ya no podrá pedir información a los sujetos obligados porque en INAI no está operando como lo mandata la ley.
¿Y eso a quién beneficia? A los políticos corruptos que, con esta determinación del presidente de la República, regresarán a los tiempos del PRI autoritario que no permitía que se revelaran sus secretos más oscuros a la opinión pública. Así es como AMLO quiere que vivamos: sin rendición de cuentas ni transparencia.
¿Qué dirá, ante esto, la presidenta municipal de Manzanillo, Griselda Martínez Martínez, que se ha vanagloriado de encabezar una administración cien por ciento trasparente, y que, al mismo tiempo, respalda las aspiraciones del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, que es el operador del presidente para mantener disfuncional el INAI?
Vergüenza debería darle respaldar a un funcionario que recomendó al presidente vetar a los comisionados en lugar de sugerirle que, como lo mandatada la Constitución, respete la ley y conmine a sus legisladores en las dos Cámaras que nombren cuanto antes a los comisionados faltantes para que el INAI continúe al servicio de la sociedad.
Pero no: ahí están, tanto Griselda Martínez como Martha Zepeda del Toro, promoviendo a López Hernández, dejando sus responsabilidades a un lado con tal de obtener un cargo en un eventual gobierno del actual secretario de Gobernación.
Aunque en eso todos los de MORENA están igual: desde el gobierno del Estado, pasando por el Congreso del Estado, están felices por no tener que rendir cuentas a la sociedad.
¿Quién lo diría? MORENA es igual al PRI.