POR PXPress
SIEMPRE QUE ATRAVIESA UN MOMENTO DE CRISIS, quien tiene que venir a Colima a salvar a la gobernadora Indira Vizcaíno es el presidente Andrés Manuel López Obrador. No es la primera vez que lo hace; la otra ocasión también vino a refrendar su apoyo y confianza a la mandataria, evidenciando su debilidad. ¿Qué sentirá una feminista, como dice ser la gobernadora, que sea el macho de Palacio Nacional el que tenga que protegerla y cuidarla de los enemigos y conspiradores que la quieren derrocar del cargo que alcanzó con la ayuda del dinero ilegal y las organizaciones criminales? A una verdadera defensora de los derechos de las mujeres le bastaría destacar con sus hechos y acciones; a una falsa e hipócrita, con la figura patriarcal de quien ostenta en estos momentos el poder en México. EL PRIMER INFORME de Gobierno en el Congreso del Estado fue de lo más vergonzoso: además de seleccionar a sus incondicionales y a gente de choque para llenar las galeras de la sede del Poder Legislativo, la mayoría de los discursos de las bancadas fueron zalamerías y palabras de amor para la gobernadora, algo inapropiado e indigno para representantes populares que se deben al pueblo y no a la mandataria. Desde el suelo donde ven a la gobernadora, Priscila García, Evangelina Bustamante, Myriam Gudiño y, no se diga, Isamar Ramírez y Andrea Naranjo, fueron el fiel reflejo del servilismo y la lambisconería; fue de pena ajena ver a mujeres que se dicen progresistas e independientes besar los pies de la gobernadora y echarse a sus brazos, sin reconocer el problema que se vive en la entidad en todos los rubros. Mención aparte merecen Crispín Guerra Cárdenas, Héctor Magaña y el propio Ignacio Vizcaíno, quienes fueron los portavoces de miles y miles de colimenses que a un año de gobierno han despertado del letargo que los obnubiló la cascada de dinero que gastaron en la campaña para convencerlos de que ellos eran diferentes y la mejor opción. Tan incómodos fueron sus posicionamientos que se activaron los porros que ingresó la represora Carmen Virgen Quiles, secretaria general del Congreso del Estado, para gritar, insultar e interrumpir a los diputados en sus discursos, ante la complacencia de quien presidía la Mesa Directiva: Andrea Naranjo. INDIRA VIZCAÍNO SILVA, en su mensaje al pueblo de Colima, se lució en el repertorio de mentiras: fue increíble escucharla decir tantas falsedades. Lo peor, sin embargo, fue su reproche al pasado: aunque en alguna conferencia dijo que no era cierto que culpara de todos los males a la pasada administración, ayer miércoles dedicó gran parte de su discurso a recriminar al gobierno anterior de todo el desastre y crisis financiera que le dejaron. Lo que no dijo, por estar en un lugar controlado sin que nadie le pudiera recriminar, es que esos que culpa del desastre de Colima están libres y nadie ha puesto un pie en la cárcel; mucho menos están siendo juzgados por las irregularidades cometidas. Es más: ¡ni siquiera los han notificado para su juicio político! Ahí demuestra su hipocresía: por un lado, justifica no haber hecho nada este primer año de gobierno por culpa de la crisis financiera de la pasada administración; por el otro, esos mismos que acusa y señala como los responsables del desfalco están en libertad y disfrutando cómodamente de su retiro político. ¿Qué espera para llamarlos a cuentas? Tiene todas las instituciones a su servicio: el gobierno del Estado, la Fiscalía General del Estado de Colima, el Congreso del Estado y dice tener todo el apoyo del gobierno federal, que tiene a su disposición la Fiscalía General de la República, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y la Secretaría de la Función Pública. ¿Cuál es el pretexto? No tiene. Ya no le alcanza el discurso de culpar el pasado; por eso ordenó a sus empleados del Congreso del Estado organizarle el evento a modo para que nadie pudiera refutarle ninguna de sus mentiras. LO QUE DE PLANO evidenció Indira Vizcaíno en la parte final de su discurso fue la molestia que le provoca la crítica en redes sociales: sabedora de que no puede comprar a los miles de internautas que la cuestionan día a día en internet, como sí lo hace su esbirro y socio de negocios Miguel Ángel Vargas Vaca con los medios a través de los recursos millonarios que tiene a su disposición en la Coordinación General de Comunicación Social, arremetió contra los que, dice, todos los días le hacen “guerra sucia” en las redes sociales, como si las expresiones de los ciudadanos, sus inconformidades y críticas a la administración no fueran legítimas sino orquestadas por conspiradores que la quieren sacar a la mala del gobierno del Estado. Risible, por demás, que haya dicho lo siguiente de sus críticos: “son muy ruidosos, muy maquiavélicos, pero también muy poquitos». Así se burla de quienes la cuestionamos; así minimiza la crítica con fundamentos. Si son poquitos, como dice, ¿por qué le molesta? Si son minoría no debería preocuparle; no le causaría irritabilidad. Lo que esconde ese enojo, esa molestia, es que por más millones de pesos que gasta en medios a modo que le aplauden y le pintan el Colima de maravilla que ella desea, no puede torcer la realidad a su conveniencia ni apagar la voz de miles y miles de ciudadanos hartos de su frivolidad, indolencia, corrupción y torpeza en su gobierno. Aunque tenga en su bolsa a los mismos medios que estaban al servicio de José Ignacio Peralta, la percepción seguirá siendo la misma: estar en los últimos lugares de entre todos los gobernadores de México, a un lugar de ser la peor de todo el país. ¡Qué vergüenza!
EN EL MUNICIPIO DE MANZANILLO comenzó abiertamente el enfrentamiento que ya se vislumbraba desde hace rato, pero donde ninguna de las dos partes involucradas había dado el primer paso. Hasta antes de lo ocurrido recientemente, todo se iba en escarceos y fintas, pero sin pasar a mayores. Hoy, sin embargo, se dio lo que se puede definir como el detonante de un enfrentamiento que será encarnizado entre dos sectas de Morena muy bien identificadas: por un lado, la que encabeza la Gobernadora Altozano; por el otro, la que comanda la reiterativa presidenta municipal porteña, Griselda Martínez Martínez, a la que le aplicaron un revés con la pérdida de cuatro elementos de su cabildo de mayoría morenaca, maniobra en la que tuvieron gran preponderancia dos miembros del grupúsculo político de busca chambas llamado Experiencia y Sabiduría, a saber: Francisco Hueso Alcaraz y Miguel el Plateadillo Salazar Abaroa, eternos vividores de la nómina oficial que responden a los intereses del viejo que funge como gobernador de facto en Colima, Arnoldo Vizcaíno Rodríguez. Bajarle cuatro de sus integrantes del cabildo a la alcalde porteña, como son el síndico Cristian Bolaños Rodríguez y los regidores Melissa Hueso Barragán, Ramón Hueso Alcaraz y Jaime Salinas Sánchez, fue un golpe que ya se venía gestando desde tiempo atrás, el cual tiene objetivo de largo alcance: minar las posibilidades de la Gris Celda Martínez en 2024, pues no sólo busca obtener una posición en el Senado de la República para ella, sino que también quiere heredar en su actual cargo a una incondicional, como lo es la secretaria del Ayuntamiento de Manzanillo, la fajadora y golpeadora Martha Zepeda del Toro, con la que ambas forman la versión ojete de la Guayaba y la Tostada, aquellas desmadrosas borrachas de las películas más icónicas de Pedro Infante. El golpeteo, en el que ya no se pedirá ni dará cuartel, ha dejado algunas bajas, pues Indira Vizcaíno Silva ya se dio cuenta que su mediocre y limitada candidata a la alcaldía, Rosa María Bayardo Cabrera, no despierta ninguna simpatía ni entre sus parientes más cercanos, mucho menos entre el politizado electorado manzanillense, por lo que ahora la intención será evitarle una vergonzosa derrota. Así, pues, ahora el Plan B sería mandar a dar la pelea a la verde ecologista senadora Gabriela Benavides Cobos, que iría en alianza con Morena y ya cuenta con la experiencia de haber estado en ese cargo durante el trienio 2015-2018 (de cualquier forma, eso no es ninguna garantía, por cierto). La hipotética derrota de Gaby Benavides ante una posible alianza del PRI, PAN, PRD y hasta MC (pero ya sin el desprestigiado Locho Morán Sánchez) le dolería menos a Indira Vizcaíno si la vapuleada en las urnas es la actual legisladora y no su amiga Rosy Bayardo, a la que no se quiere exponer a una derrota humillante. No se debe olvidar que el sueño húmedo largamente acariciado por el vejete Arnoldo Vizcaíno es ser senador, posibilidad que se le presenta en el 2024, antes de que se le vaya definitivamente el último tren. Y, bueno, de aquí p´al real, la guerra entre las dos sectas morenacas va a sacar chispas. Espere programa.
CONTRASTANTES LAS POSTURAS DE los pocos integrantes del Partido Encuentro Social en Colima. Mientras la secretaria general Claudia Aguirre cuestiona duro a la administración de Indira Vizcaíno, la diputada Kate Castillo se perdió en el camino y se le olvidó cuando decía que tenía que ir al colegio por su hijo con miedo, mientras Indira Vizcaíno tenía escoltas a su servicio y camioneta blindada. ¿Qué fue de aquella joven legisladora, carismática y aguerrida, que ahora parece una más de las diputadas oficialistas en el Congreso del Estado? La situación de inseguridad entonces era grave, pero ahora está peor. ¿Qué cambió? ¿Será que de plano ya le llegaron al precio?