POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Mely Romero Celis rindió su Informe Legislativo —de los primeros seis meses como senadora— en medio de un oportunismo político por el plagio de una iniciativa y el silencio ante la protección e inmunidad que se le dio a un agresor de mujeres.
Anunciado con bombo y platillo, como en los tiempos del viejo PRI, el acto en sí terminó siendo como cualquier otro: ya no se llevó a cabo con todo el lujo y la parafernalia; tampoco se dieron cita todos los políticos locales y de la Ciudad de México a legitimar su trabajo en el Senado de la República.
El video que presentó al inicio del evento, antes de que tomara la palabra, fue realizado para generar la percepción de que Mely Romero es una aguerrida opositora en la Cámara Alta; ahí se pueden apreciar algunas intervenciones de la priísta con un fondo musical estridente.
La senadora de primera minoría, perdedora en las elecciones del pasado 2 de junio del 2024, ha sido todo menos oposición; ella se ha sumado al oficialismo cuando así conviene a los intereses y a la línea de Alito Moreno Cárdenas.
¿Por qué, por ejemplo, el PRI en la Cámara de Diputados protegió a Cuauhtémoc Blanco en la sesión de la semana pasada y le dejaron el fuero para que continuara impune? Más allá de las cuestiones técnicas de la carpeta de investigación de la Fiscalía General del Estado de Morelos, lo cierto es que se le dio una patente de corso al ex futbolista para no enfrentar las serias acusaciones que pesan en su contra.
Y aunque pueden alegar que los priístas que protegieron a Blanco fueron los diputados federales, en el Senado de la República no hubo una sola voz que difiriera de lo votado por la fracción parlamentaria del PRI.
Rubén Moreira, cada que tiene oportunidad, dice que no se aliaron con MORENA para intercambiar la impunidad de Cuauhtémoc Blanco por la de Alito Moreno; sin embargo, todo parece indicar que así es: el voto unánime del PRI con el oficialismo los pintó de cuerpo entero como los mismos tramposos y corruptos de siempre.
Mely Romero, en el Senado de la República, ¿dijo algo al respecto? No. Imperó el silencio: la senadora no fue capaz de ir en contra del discurso avalado por los machos del PRI, como sí lo hicieron algunas mujeres morenistas en contra de la orden tajante de Ricardo Monreal Ávila.
En MORENA —¡en MORENA!— un porcentaje de las mujeres no estuvo de acuerdo en proteger a un agresor de mujeres. Y aunque están pagando las consecuencias de tal atrevimiento, en el fondo demostraron más valentía y congruencia que las mujeres del tricolor.
La senadora de la República por el PRI, que representa a los colimenses, no fue congruente ni consistente con el discurso feminista y permitió, con su silencio, que la voz de una mujer violentada fuera ignorada y se protegiera al agresor con un ¡no estás solo, no estás solo! Vergonzoso.
Y en cuanto al plagio de la iniciativa presentada por Manlio Fabio Beltrones, ni qué decir: Mely Romero no tuvo empacho en anunciar públicamente una propuesta que, a diferencia de la del sonorense, no tenía una argumentación técnica ni económica para involucrar a las madres buscadoras en una función gubernamental en donde tengan prestaciones de ley y seguridad social.
Pero he ahí la diferencia entre un político con décadas de experiencia y una senadora que viene de varias derrotas al hilo y aún no dimensiona que su lugar como oposición será por muchos años más.