POR Jorge Octavio González
Margarita Moreno González dio 43 nombramientos de base a igual número de trabajadores del ayuntamiento de Colima.
Y aunque se puede ver como un gran número de personas beneficiadas, en el fondo los que deberían ser basificados son 200, de acuerdo a lo dicho por el líder sindical Héctor Arturo León Alam.
La presidenta municipal de Colima, en el evento realizado en el auditorio de la comuna capitalina, dijo que “somos el único municipio en el Estado, y de los pocos en el país, en ser familiarmente sostenible, lo cual quiere decir que ponemos al ser humano, a la familia, en el centro de cualquier toma de decisiones”.
Y agregó que, en ocasiones, “nos enfocamos en buscar políticas públicas a favor de las familias y nos olvidamos que los servidores públicos también tenemos familia que nos espera en casa y de repente sacrificamos mucho”.
Qué tarde se dio cuenta Margarita Moreno que los trabajadores también tienen familia y requieren el cargo para el sustento de sus casas; lo que no se entiende es por qué, entonces, desde un inicio vio con hostilidad el trabajo del sindicato mayoritario del ayuntamiento de Colima.
En la transición, por ejemplo, había trabajadores que tenían la venia del sindicato para continuar en la administración 2021-2024; sin embargo, sus cercanos, esos que sólo la llevaron al despeñadero en las pasadas elecciones, le aconsejaron dar de baja a todos para colocar a los amigos y amiguitas que estuvieron en su campaña.
Margarita Moreno creó un problema donde no lo había.
Y ahora, después de haber despedido a trabajadores de base y pelearse con el sindicato de Arturo León Alam, sin haber analizado la catástrofe que significó para Héctor Insúa confrontarse con ellos, viene con la narrativa de que los trabajadores tienen familia y que por tanto había que darles certeza laboral.
El mismo Héctor Arturo León Alam dijo, en entrevista, que el trámite de las basificaciones estaba en marcha en la Oficialía Mayor, pero que alguien lo bloqueó y todo quedó en suspenso.
Cierto es que el bloqueo vino de los mismos que le han aconsejado, de mala manera, actuar como una mentirosa, como cuando fingió haber renunciado al PRI para poder participar en la elección del 2024; o como cuando negó haber participado en actos o eventos del partido del que pretendía desvincularse.
A Margarita Moreno no le interesa el bienestar de la gente y menos de los trabajadores del ayuntamiento de Colima; si así fuera habría llevado la fiesta en paz con el sindicato y no se dejaría llenar la cabeza de telarañas de sus incondicionales que, desde la administración de José Ignacio Peralta Sánchez, hicieron todo tipo de artimañas con tal de financiar su campaña a la presidencia municipal de Colima.
Aunque ayer el líder sindical aplaudió la decisión de Margarita Moreno de darle a 43 trabajadores su base, en el fondo hay agravios que no se olvidan.
Y lo que pretende Margarita Moreno con esta acción, después de menospreciar a los trabajadores y despedirlos sin consideración alguna, es que se olviden de la hostilidad con que trató a todo mundo y poder asumir su regiduría en la próxima administración tranquilamente.
Pero está equivocada: una cosa es que hasta el final de su administración esté cumpliendo con lo que debió haber hecho desde un principio y otra que los agravios se olviden y perdonen todas las irregularidades que se cometieron en aras de financiar una campaña perdedora que sólo sirvió para que unos cuantos se quedaran con el dinero, como lo hicieron en la campaña antepasada, cuando sustrajeron dinero del gobierno del Estado en la pasada administración.
Margarita Moreno no tiene palabra, nunca se deslindó de la corrupción de Carlos Noriega García y protegió a sus incondicionales, que sólo la engañaron e hicieron negocios al amparo del poder.