Mañana, en el 8M, la Universidad de Colima va a arder

POR Jorge Octavio González

En el año 2019 un profesor de la Universidad de Colima fue denunciado por acoso y hostigamiento sexual; la alumna quiso llegar hasta las últimas consecuencias, sin importarle las represalias de la institución educativa ni lo que dijera la sociedad.

Las investigaciones seguían su curso, pero un día, en uno de los cubículos de la escuela donde laboraba el maestro denunciado, sucedió una tragedia que dejó a la mayoría sorprendidos.

El agresor, ese que estaba a punto de ir a la cárcel, intentó suicidarse en su centro de trabajo; de inmediato profesores y alumnos lo contuvieron y llamaron a las autoridades educativas, antes que a las oficiales, para ayudarlo.

Tan mal se veía el profesor, cargando con una culpa que lo carcomía por dentro y lo mataba lentamente, que muchos sintieron pena por la situación por la que estaba atravesando.

En la Universidad de Colima, en lugar de rescindir su contrato laboral, en lugar de aprovechar la situación para poner el ejemplo a los demás maestros que gustan de acosar a las alumnas, lo que hicieron fue jubilarlo con todos los privilegios de la ley.

Eso sí: se acordó que nadie, ni los alumnos ni los profesores, hablarían del caso con los medios de comunicación ni en las redes sociales.

El asunto, sin embargo, pudieron ocultarlo unos años, pero volvió a resurgir a raíz de las denuncias que decenas de mujeres estudiantes y ex universitarias dieron a conocer a través de una página de Instagram que, ante todo, protege la privacidad de todas ellas para expresar libremente lo que sufrieron con profesores acosadores que continúan en la impunidad con este rector Christian Torres Ortiz Zermeño.

Mañana, en el Día Internacional de la Mujer, el 8M, cientos de estudiantes en activo y egresadas de la Universidad de Colima se reunirán en Camino Real, a la altura de una compañía telefónica, para marchar hacia el Jardín Libertad, en donde exhibirán a los profesores agresores con nombre y apellido y fotografía, todo con la finalidad de que las autoridades estatales tengan conocimiento de las conductas indebidas de esos acosadores sexuales.

Y es que, como ha quedado comprobado, las estudiantes que denuncian ante la Unidad para la Atención Integral a la Discriminación y la Violencia de Género reciben, además de la revictimización, el desdén de quienes conforman ese mecanismo que tendría que ser para protegerlas, pues por si fuera poco hacen del conocimiento del agresor la identidad de su denunciante, y los obligan a convivir en tanto analizan el caso y emiten una resolución.

En la página de Instagram (@universitariasfeministascol) ya están subiendo los testimonios de las jóvenes que sufrieron, algunas durante años, el acoso y el hostigamiento sexual de profesores de la Facultad de Letras y Comunicación, en donde, para vergüenza del gremio, utilizan el poder de la palabra para convencer a las alumnas de salir con ellos.

En PXPress retomaremos las denuncias que están haciendo públicas para que tengan más difusión y, al mismo tiempo, las autoridades competentes tomen cartas en el asunto para llevar a estos pervertidos a la cárcel.

Porque, ciertamente, queda claro que Christian Torres Ortiz Zermeño no hará nada porque la mayoría de los acusados son sus amigos de parranda y también le deben saber algo que le impide actuar en consecuencia.

No por nada, después de varios años, la Abogacía General de la Universidad de Colima emitió un comunicado en donde informó que un maestro del nivel medio superior fue despedido por “conductas graves de hostigamiento sexual en perjuicio de una estudiante”.

Una burla para la sociedad: de cientos y cientos de denuncias que se han hecho a través de la Unidad para la Atención Integral a la Discriminación y la Violencia de Género, resulta que sólo un profesor ha sido sancionado, cuando las estudiantes han confesado que sus denuncias son rechazadas para no actuar en contra de los maestros que gozan de impunidad en esta rectoría y con este cobarde y cómplice rector.

Mañana, en el 8M, la Universidad de Colima va a arder.

Literal.