Los sueños húmedos de Riult

POR Luis Fernando Moreno Mayoral

¿En serio creen que Indira Vizcaíno, que luchó contra el viejo sistema, lo arrodilló y lo sacó del poder de Colima después de casi 100 años, generaría las condiciones para que regrese de la mano de un golpeador de mujeres y desobligado padre de familia como Riult Rivera?

Quienes lo afirmen desconocen la personalidad y el proyecto transexenal de la gobernadora, que pasa por dejar a una de las suyas en la gubernatura en el 2027.

Y para integrarse al gabinete de Claudia Sheinbaum Pardo en la segunda mitad de su sexenio, una de las condiciones es ganar Colima para el movimiento.

No hay manera, por ningún lado que se le vea, que la mandataria estatal tenga en su mente entregar el poder a un representante del viejo régimen criminal y corrupto nomás porque sí.

¿Qué ganaría? Nada.

¿Qué tendría que pasar para que tomaran en serio el nombre de Riult Rivera y lo consideren una seria amenaza en los comicios del 2027?

Que tres aliados del movimiento, que han estado en las buenas y en las malas, se caigan por algún escándalo de corrupción o personal que los desacredite.

Hasta el momento no ha sido el caso ni de Rosi Bayardo ni de Viridiana Valencia Vargas ni de Julio León Trujillo.

En el Congreso del Estado está, aunque hasta el momento ha mantenido un bajo perfil, José Manuel Romero Coello.

Y en la esfera federal se encuentran los aliados que, por alguna negociación en la Ciudad de México, están más que dispuestos a sacrificarse por la patria: Virgilio Mendoza Amescua, Joel Padilla Peña y Leoncio Morán Sánchez.

De aquí al 2026, cuando la efervescencia electoral esté más que candente, seguramente saldrán más nombres del oficialismo que estén dispuestos a continuar el trabajo de la actual gobernadora en Colima.

Con todos ellos, mujeres y hombres, ¿alguien cree, en su sano juicio, que la mandataria estatal esté pensando en un sujeto irresponsable, miserable y doble cara como Riult Rivera para que la suceda en la gubernatura del Estado?

Está más que claro que Riult Rivera tiene a los propagandistas más entusiastas —ni tanto: lo hacen porque les pagan— de toda la región; el problema es que sus pronósticos están más que errados y no es por ahí como van a ayudar a su jefe a salir del atolladero en el que se encuentra en el ayuntamiento de Colima.

Antes siquiera de ponerse a pensar en el 2027, Riult Rivera debe comenzar a trabajar y dejar que Mario Anguiano Moreno le esté dictando la política pública a la administración municipal; también debe afrontar los serios problemas que tiene la ciudad en cuanto a inseguridad, servicios públicos, vialidades y todo lo que conlleva ser presidente municipal de Colima.

Una foto para presumir en los medios no significa nada.

Y menos cuando se sabe que es Riult Rivera el que siempre la pide, casi en súplica.