POR Jorge Octavio González
Lo que en primera instancia podría considerarse un simple accidente, con esos cortos circuitos que sucedieron los días viernes y sábado en la Feria de Colima, en el fondo podría ser una reacción del crimen organizado ante los negocios que, trascendió en redes sociales, Indira Vizcaíno tiene con prestanombres en las instalaciones de los máximos festejos.
Y es que, de acuerdo a la información que salió a relucir el fin de semana, justamente el bar que tuvo el primer incidente, en donde se puso en riesgo la vida de los asistentes, muchos de ellos en estado de ebriedad, es uno de los negocios del que es socia la gobernadora.
¿Por qué, si es el único lugar que tiene protección de la Policía Estatal y de la Guardia Nacional, tuvo ese desperfecto que, según los videos publicados, pudo pasar a mayores? Porque, ciertamente, es uno de los que apuntan a la mandataria en los negocios que está haciendo en esta edición de la Feria de Colima.
Indira Vizcaíno, el jueves por la noche, acudió con una comitiva de funcionarios a cortar el listón de inauguración de los establecimientos que pagaron fuertes sumas de dinero para poder instalarse en los terrenos.
Ese día todo salió bien; no hubo ningún incidente ni nada que se la pareciera. Pero el viernes, cuando se abarrotó de gente el lugar, de casualidad la puerta del bar se incendió y con la ayuda de decenas de agentes de seguridad intentaron sofocar las llamas.
Cabe hacer mención que en redes sociales se burlaron de quienes utilizaron un extintor de fuego para apagar un corto circuito, evidenciando la ignorancia de quienes tienen la encomienda de salvaguardar la integridad de los asistentes a los negocios de la Feria de Colima.
Al día siguiente, el sábado 28 de octubre, sucedió otro incidente a las afueras de un negocio de tacos, en donde un transformador comenzó a hacer corto circuito y las personas que pasaban por el lugar comenzaron a regresarse y a entrar en pánico porque era la segunda ocasión que pasaba algo parecido.
Ahora, sin embargo, existe el temor fundado de los padres de familia acerca de que, si sucedieron estos hechos en lugares cerrados y concurridos por los colimenses, ¿qué pueden esperar del área de juegos mecánicos, donde un corto circuito puede colapsar uno de los juegos más peligrosos, justamente cuando estén a cientos de metros de altura?
¿Dónde estaban los miembros de Protección Civil Estatal los días y semanas previos a la inauguración de la Feria de Colima para supervisar que todos los establecimientos contaran con las medidas de seguridad para las personas? Indira Vizcaíno estuvo yendo en diversas ocasiones, a veces sin venir al caso, a las instalaciones de la Feria de Colima; se supone que acudía a supervisar los trabajos de su gente para que todo quedara bien el día 27 de octubre.
Pero ahora sabemos que no fue esa la razón; la verdadera cuestión es porque estaba afinando los detalles de los negocios donde ella se asoció con gente señalada por lavar dinero en restaurantes de la entidad.
Indira Vizcaíno tiene un problema con el dinero y es capaz de poner en riesgo la vida de la gente con tal de enriquecerse al amparo del poder.
Que la gobernadora acuda a conciertos y a bares con escoltas fuertemente armados, en medio de una amenaza clara y evidente de una organización criminal que le recriminó el apoyo a los contrarios, es una irresponsabilidad mayúscula.
Pero si algo caracteriza a la mandataria estatal es la indolencia, el cinismo y su corrupción.