POR Jorge Octavio González
El nombre de Nazario Garibay es conocido desde hace años por denunciar, en cuanta tribuna le han permitido, la masacre de la que fue víctima su familia por parte de marinos y soldados.
Si escriben Nazario en el buscador de Facebook, el de apellido Garibay es el que aparece en primer lugar confrontando a Salvador Gómez Meillón, ex titular de ASIPONA, en un evento del Congreso del Estado, por encubrir a los asesinos de sus seres queridos.
¿Pero quién es Nazario, de apellidos Rodríguez Guerra, postulado por la alianza Fuerza y Corazón por México a la diputación federal por el segundo distrito electoral?
De acuerdo a la información disponible, es un empresario de la papaya que se hizo millonario en ese negocio.
En el PRI, como se puede apreciar, le dieron prioridad a los empresarios para nominarlos en las candidaturas que lograron ganar en la alianza con el PAN.
Por el perfil de Nazario Rodríguez Guerra, sin embargo, se puede deducir que en el Revolucionario Institucional vendieron las candidaturas a quienes podían comprarlas, tal y como sucedió con Óscar Ávalos Verdugo, el empresario que, además de ser el dirigente del PRI en Tecomán, es el candidato a la presidencia municipal.
En el PRI no importó la trayectoria social ni la lucha política ni la militancia de años para nominar a sus candidatos; lo que prevaleció en el tricolor fueron las carteras de los interesados en aparecer en las boletas, creyendo que por el hartazgo a MORENA se colarían fácilmente en la Cámara de Diputados.
Si bien su contrincante de Movimiento de Regeneración Nacional es Gricelda Valencia de la Mora, una senadora que nunca vio por Colima y rara vez se apareció en la entidad, lo cierto es que la señora es mala por conocida y, todavía peor, bajo la marca de MORENA.
La candidata de Movimiento Ciudadano a la diputación federal por el segundo distrito electoral es Daniela Muñiz, alguien que, para su mala fortuna, nadie conoce ni está en el radar político de muchas personas.
Eso de “lo nuevo” no necesariamente tendrían que aplicarlo al pie de la letra; al menos debieron poner a una persona con trayectoria o que se haya destacado en algo.
Pero en fin: la candidatura de Daniela Muñiz es, como la de Jorge Álvarez Máynez a la presidencia de la República, testimonial.
Nazario Rodríguez Guerra tiene a dos malos contrincantes en la elección; sin embargo, por más alejada que haya estado de Colima, es más probable que la sociedad le dé el voto a Gricelda Valencia de la Mora por tener seis años en el Senado de la República votando las iniciativas de Andrés Manuel López Obrador.
¿O en serio Rodríguez Guerra se creyó el cuento de que la alianza Fuerza y Corazón por México se va a llevar carro completo en las dos Cámaras y el efecto Xóchitl Gálvez Ruiz los arrastrará como AMLO a sus candidatos en el 2018?
Aquí se dijo con anterioridad: la candidatura de Xóchitl Gálvez no jalará a los abanderados de abajo porque ella no es una figura nacional y no tuvo equipos en las entidades que la estuvieran promoviendo, esto porque hasta hace menos de un año ni ella se esperaba ser la candidata a la presidencia de México.
Pocas probabilidades se le ve al señor Nazario en la contienda electoral.
Pero, como dicen por ahí, en política nadie puede dar por sentado las cosas; todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos.
Ojalá la inversión que hizo en comprar la candidatura no sea un mal negocio.