Los crímenes políticos regresan

POR Luis Fernando Moreno Mayoral

El pasado vende. Y más los casos que cimbraron al mundo y a los mexicanos por sus implicaciones.

Las series dramatizadas y documentales sobre el asesinato de Luis Donaldo Colosio reviven heridas que a muchos de los jóvenes que apenas votaron en estas elecciones ni siquiera les tocó vivir.

¿Por qué recrearlo ahora?

¿Cálculo político o simple marketing por el amor al vintage?

Igual sucede con el artero crimen en contra del comediante Paco Stanley, que ha causado más revuelo por la gente involucrada y señalada que por la producción en sí.

Vi, en Prime Video, la serie completa este fin de semana. Y no queda duda alguna que ese caso tiene todos los ingredientes que hacen exitosa una dramatización: asesinatos, sexo, traición, política y narcotráfico.

Un coctel explosivo.

La teoría de la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, a cargo de Samuel del Villar, dañó a muchas personas que después de años de estar en la cárcel tuvieron que ser dejados en libertad.

¿Qué es lo que atraen a la actual generación las series dramatizadas sobre crímenes políticos que sucedieron, justamente, en los años del PRI autoritario y hegemónico?

Ahí está, también, la muerte de la niña Paulette y el lamentable papel de la Procuraduría de Justicia del Estado de México. Una burla.

¿Por qué la necesidad de ahondar en sucesos tráficos de hace muchísimos años?

En Colima, por ejemplo, nos haría bien que retomaran casos como el asesinato de Silverio Cavazos Ceballos, que tiene, como las series más exitosas, drama, crímenes políticos, traiciones y narcotráfico.

Como sucedió con Paco Stanley, conde la güera colombiana amenazó al conductor si no le regresaba las propiedades que El señor de los cielos puso a su nombre, hay algo similar en el crimen del ex gobernador de Colima.

El asesinato del policía de Ixtlahuacán, clave para entender el móvil del asesinato contra Cavazos, fue conveniente para quienes desean mantener en el absoluto misterio el caso. Lo silenciaron.

A Gerardo Mendoza Chávez, autor intelectual del crimen de acuerdo a la versión de la entonces procuradora Yolanda Verduzco, de inmediato lo trasladaron a Puente Grande, donde el cártel que domina lo asesinó; igual suerte tuvo su apoderado legal Samuel Rodríguez Moreno, que después de estar fuera de Colima decidió venir y fue recibido por sicarios a balazos.

¿Y Rafael Gutiérrez Villalobos, el único de los testigos del crimen que sobrevivió? Hay muchas teorías al respecto.

¿Qué pasó, por ejemplo, con Crispín Gutiérrez Moreno, también de Ixtlahuacán, cuyo asesinato fue calificado como justicia divina por la viuda del ex mandatario estatal?

Aquí hay mucho material para hacer series.

Deberían venir aquí a investigar.

*Si en el PRI y el PAN no entienden el mensaje que la sociedad les envió a través de las urnas y continúan con los mismos caciques corruptos tomando decisiones, entonces seguirán perdiendo elecciones hasta correr la suerte del PRD.

Advertidos están.

*Concluyó la jornada electoral y a Colima regresaron los crímenes a plena luz del día; algo se tiene que hacer para sofocar este mal.